Pero es que esto todo, esta niñería, estas teen reputas que se creen divinas, esos canis y bakalas ostentando de coche, oros y follar, son consecuencia directa de algo muy natural:
una sociedad de bienestar que les ha dado todo.
Si viésemos a los abuelos de estos chavales veríamos a unos señores con unos cojonazos de piedra, que se dejaron la salud para sobrevivir a base de durísimo trabajo en un entorno de miseria pura.
Introducir aquí el típico discurso demagógico tipo "Antaño si que eran tiempos".
Pero en temas de educación, orden y valores, es la puta verdad.
Hay una pauta constante por la que les toca a unas generaciones partirse el alma a trabajar y prosperar mientras otras se tocan los cojones, se malcrían y despilfarran lo que no les ha costado nada ganar. Para generar, otra vez, una nueva prole que se criará nuevamente en la escasez y tendrá que dejarse los cojones a trabajar, cagándose en sus progenitores durante el proceso.
A veces la curva es tan pronunciada como aquí, otras veces no y se perpetúa la blandenguez y los genes de pelele durante varias generaciones.
Ahora, si vamos por paises, pues es evidente que un adolescente WASP estadounidense llamado Zack al que sus padres le han dado todo y cuyo mayor problema es no ligarse a Sandy la comepollas no se va a tomar los problemas igual que Zayid, un Iraquí de hoy en dia, que sobrevive en una casucha de barro y ya cuida de que no violen a sus hermanas.
Mañana mismo, a Zack le negarán un préstamo para comprarse una moto de agua y se pondrá a llorar como la nena que es, mientras que Zayid estará matando buitres a pedradas porque le disputan una patata.
A lo que voy es que
cuando la vida les pida cojones, voluntad, aguante, sacrificio o ímpetu, sabemos quien los va a tener y quien no, sabemos quien va a prosperar y quien va a ir degenerando y degenerando a los suyos hasta hacer de sus descendientes unos putos desgraciados.
La naturaleza y la vida tienden a ser hermosamente crueles.