Slk
Extremadamente Imbécil
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Básicamente los conceptos de la discoteca han cambiado desde que yo salía y todos estábamos en la pista, tomábamos cubatas, los que queríamos, y ya.
Hoy todo ha cambiado, porque ha llegado EL PRIVADO.
Y con el privado a manos de vuestro cronista y observador Slk, llega este post lleno de metáforas y explicaciones biológicas.
Ayuda mucho que en donde ando las fiestas van por nacionalidades, en donde solo entras si eres de ese pais organizador.
"Nacionalismo excluyente, nacionalismo excluyente, los países no tienen derechos, los tienen las personas. Gñe".
Y en este caso durante cinco días seguidos hemos visto estos cuatro paises:
Francia (Marruecos, Argelia)
Italia
Alemania
Israel
Es cojonudo, porque son cuatro países que no se parecen una mierda entre sí. Y el primer detalle es que eso se nota mucho entre los machos, pero apenas entre las hembras.
Lo que tienen en común una francesa o "francesa", una italiana, una alemana o una israelita, es mucho. Por ejemplo, ni una de ellas, ni siquiera una, ha pagado una sola botella. Ni un jodido euro. Todas ellas, han mojado las bragas al ver a los tíos en el privado, y ahora explicaré más detalladamente de qué va esto.
También todas ellas, al contrario que ellos, gozan como niñas figurando en el palco que hay para bailar justo donde está el DJ y que para acceder a él el criterio es básicamente lo que les sale de la polla a DJ's y promotores. Se pelean por ser de las pocas agraciadas y las que les ha tocado el rasca se exhiben jodidamente entusiasmadas, por horas, siendo el centro de la discoteca y de toda la masa que es donde mira, hacia la cabina del DJ copada por ese palco en donde ellas se sienten gogos por un día.
Pero vayamos al fondo de la cuestión. Qué coño es el privado y para qué?
El privado es un espacio privilegiado y apartado, en donde hay cómodos sofás y te sirven botellas que valen un pastón y shisha que también vale un pastón, que además está situado en el mejor costado de la discoteca con mejor visión del espectáculo.
Cuando traen las botellas les ponen bengalas y todo, creando un clima de distinción, y si tú estás sentado ahí como un Rey todos los ojos de los pobres que están ahí apelotonados en la pista, de pie, sin un puto taburete, con el cubata ya caliente, sudando y apretujados, te están mirando con envidia.
Ellos tienen derecho a que unas cuantas personas extra que estén en la pista suban y compartan con ellos el privado si ambas partes están de acuerdo.
Yo soy el que protege el privado de invasores con la cinta esa de mierda.
El comienzo es lo más brutal. La discoteca se llena muy rápido, y el grupo de privadistas aparece también relativamente rápido para sacarse la polla, y ahí se hace la puta magia. Es el momento más heavy que me puto encanta.
Ellos se sientan, aparecen dos camareros con la botellaca, las hay hasta de seis litros, su cubitera, sus refrescos, su bengala y su privilegiado espacio. No tienen que hacer NADA.
Hay que decir que aquí no hay chicas de imagen. No se usa eso. Todo el mundo es real y nadie cobra por figurar.
La cosa es que en menos de diez minutos aparecen siempre el grupito de nenas, con la sonrisa boba al ver a la aristocracia masculina del privado. La cara de oler mierda desaparece. Como se ponen de cachondas. Como les encanta la puta sensación de poder, aunque sea un poder tan efímero, ridículo, superficial y cero garantista (podéis gastaros 600 euros entre cuatro colegas siendo unos matados).
Y no es una ecuación totalmente exacta, pero casi siempre, aparecen a pedirles autorización para pasar al privado de las que físicamente están mejores. Ellas siempre lo saben. Aunque alguna que otra se lleva calabazas.
Normalmente o ellas se lo piden directamente o me lo piden a mi. "Pregúntales si puedo".
Ojo a la amez de los moros de Francia. Ellos tenían a algunas ahí que ya habían subido al pedirselo a ellos. Entonces me pide un grupo de tres niñas que les diga a ellos si pueden subir. Una de ellas así alta rubita era una preciosidad de tia. Me acerco a Mohamed, se lo digo, mira hacia ellas, y con gesto de desaprobación me dice "no....".
Ojo, no es "oye nah que no quiero saber nada que me dejen en paz". Es "ah si? Quienes son esas que quieren subir?", prestando atención. Y entonces cuando observa quiénes son decide "nah....".
Lo que se llama seleccionar, decidir y cambiar la puta tortilla de lado.
Tengo que decir, y analizar, con suma tristeza, y con sumo pesimismo, que esto se va a la puta mierda.
Porque, en realidad, y siendo todos los varones de culturas tan distintas, el resultado no era muy distinto.
El resultado era la nada. Porque, en realidad, se apalancan, ellas hacen el paripe, ellas los usan y sacan el beneficio de la comodidad y el privilegio. Es que ni uno se las acaba tirando. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que a ellos no les importa. Ni a los unos ni a los otros. Lo peor es que aceptan simplemente ser usados para que se les haga caso aunque ahí no caiga ni una simple mamada. Estamos hablando de tios jóvenes, de distinta procedencia, que están ALTERNANDO, que es lo que hasta hace nada hacían los señores mayores en los cabarets/putiferios, que ya ni se les levantaba pero querían sentir aquello de que unas tias jóvenes les hicieran creer entre jijijaja invitando a copas de 100 euros y comisión para ellas que estaban algo así como ligando. La sola diferencia de que estas tias no cobran comisión. Sólo cobran la satisfacción de sentirse reinas.
Me parece totalmente triste y grave.
Hace 20 años cuando yo tenía esa edad, en las discotecas catalanas de y para guiris, me enrollaba con diez tias en tres horas, y follaba relativamente fácil. Yo y casi cualquiera, unos más otros menos.
Hoy apenas ves nada de eso. Apenas acaban follando salvo excepciones. Apenas hay besos. Para ellas nada motiva. Hay cachas por un tubo. Hay italianos de estos niñatos que son todos iguales y tan italianos por un tubo. Hay malotes marselleses por un tubo. Nadie puede ofrecerles nada que les fascine. Nada les impresiona. Todo lo tienen al alcance. Si te pones con el privado lo ven diferente en un principio y para ellas son más especiales, pero en realidad una vez suben no ven nada especial. Es un macarra marselles más. Es un Simone más. Es un berlines rubio más.
Nos desprecian y les aburrimos, porque ya no tenemos nada que ofrecerles.
Supongo que me he expresado y me he hecho entender. Es algo complicado de explicar.
La quinta de los nacidos hasta los años 80 debemos dar gracias de haber podido lidiar entonces con un género femenino que todavía anhelaba lo masculino.
Hoy todo ha cambiado, porque ha llegado EL PRIVADO.
Y con el privado a manos de vuestro cronista y observador Slk, llega este post lleno de metáforas y explicaciones biológicas.
Ayuda mucho que en donde ando las fiestas van por nacionalidades, en donde solo entras si eres de ese pais organizador.
"Nacionalismo excluyente, nacionalismo excluyente, los países no tienen derechos, los tienen las personas. Gñe".
Y en este caso durante cinco días seguidos hemos visto estos cuatro paises:
Francia (Marruecos, Argelia)
Italia
Alemania
Israel
Es cojonudo, porque son cuatro países que no se parecen una mierda entre sí. Y el primer detalle es que eso se nota mucho entre los machos, pero apenas entre las hembras.
Lo que tienen en común una francesa o "francesa", una italiana, una alemana o una israelita, es mucho. Por ejemplo, ni una de ellas, ni siquiera una, ha pagado una sola botella. Ni un jodido euro. Todas ellas, han mojado las bragas al ver a los tíos en el privado, y ahora explicaré más detalladamente de qué va esto.
También todas ellas, al contrario que ellos, gozan como niñas figurando en el palco que hay para bailar justo donde está el DJ y que para acceder a él el criterio es básicamente lo que les sale de la polla a DJ's y promotores. Se pelean por ser de las pocas agraciadas y las que les ha tocado el rasca se exhiben jodidamente entusiasmadas, por horas, siendo el centro de la discoteca y de toda la masa que es donde mira, hacia la cabina del DJ copada por ese palco en donde ellas se sienten gogos por un día.
Pero vayamos al fondo de la cuestión. Qué coño es el privado y para qué?
El privado es un espacio privilegiado y apartado, en donde hay cómodos sofás y te sirven botellas que valen un pastón y shisha que también vale un pastón, que además está situado en el mejor costado de la discoteca con mejor visión del espectáculo.
Cuando traen las botellas les ponen bengalas y todo, creando un clima de distinción, y si tú estás sentado ahí como un Rey todos los ojos de los pobres que están ahí apelotonados en la pista, de pie, sin un puto taburete, con el cubata ya caliente, sudando y apretujados, te están mirando con envidia.
Ellos tienen derecho a que unas cuantas personas extra que estén en la pista suban y compartan con ellos el privado si ambas partes están de acuerdo.
Yo soy el que protege el privado de invasores con la cinta esa de mierda.
El comienzo es lo más brutal. La discoteca se llena muy rápido, y el grupo de privadistas aparece también relativamente rápido para sacarse la polla, y ahí se hace la puta magia. Es el momento más heavy que me puto encanta.
Ellos se sientan, aparecen dos camareros con la botellaca, las hay hasta de seis litros, su cubitera, sus refrescos, su bengala y su privilegiado espacio. No tienen que hacer NADA.
Hay que decir que aquí no hay chicas de imagen. No se usa eso. Todo el mundo es real y nadie cobra por figurar.
La cosa es que en menos de diez minutos aparecen siempre el grupito de nenas, con la sonrisa boba al ver a la aristocracia masculina del privado. La cara de oler mierda desaparece. Como se ponen de cachondas. Como les encanta la puta sensación de poder, aunque sea un poder tan efímero, ridículo, superficial y cero garantista (podéis gastaros 600 euros entre cuatro colegas siendo unos matados).
Y no es una ecuación totalmente exacta, pero casi siempre, aparecen a pedirles autorización para pasar al privado de las que físicamente están mejores. Ellas siempre lo saben. Aunque alguna que otra se lleva calabazas.
Normalmente o ellas se lo piden directamente o me lo piden a mi. "Pregúntales si puedo".
Ojo a la amez de los moros de Francia. Ellos tenían a algunas ahí que ya habían subido al pedirselo a ellos. Entonces me pide un grupo de tres niñas que les diga a ellos si pueden subir. Una de ellas así alta rubita era una preciosidad de tia. Me acerco a Mohamed, se lo digo, mira hacia ellas, y con gesto de desaprobación me dice "no....".
Ojo, no es "oye nah que no quiero saber nada que me dejen en paz". Es "ah si? Quienes son esas que quieren subir?", prestando atención. Y entonces cuando observa quiénes son decide "nah....".
Lo que se llama seleccionar, decidir y cambiar la puta tortilla de lado.
Tengo que decir, y analizar, con suma tristeza, y con sumo pesimismo, que esto se va a la puta mierda.
Porque, en realidad, y siendo todos los varones de culturas tan distintas, el resultado no era muy distinto.
El resultado era la nada. Porque, en realidad, se apalancan, ellas hacen el paripe, ellas los usan y sacan el beneficio de la comodidad y el privilegio. Es que ni uno se las acaba tirando. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que a ellos no les importa. Ni a los unos ni a los otros. Lo peor es que aceptan simplemente ser usados para que se les haga caso aunque ahí no caiga ni una simple mamada. Estamos hablando de tios jóvenes, de distinta procedencia, que están ALTERNANDO, que es lo que hasta hace nada hacían los señores mayores en los cabarets/putiferios, que ya ni se les levantaba pero querían sentir aquello de que unas tias jóvenes les hicieran creer entre jijijaja invitando a copas de 100 euros y comisión para ellas que estaban algo así como ligando. La sola diferencia de que estas tias no cobran comisión. Sólo cobran la satisfacción de sentirse reinas.
Me parece totalmente triste y grave.
Hace 20 años cuando yo tenía esa edad, en las discotecas catalanas de y para guiris, me enrollaba con diez tias en tres horas, y follaba relativamente fácil. Yo y casi cualquiera, unos más otros menos.
Hoy apenas ves nada de eso. Apenas acaban follando salvo excepciones. Apenas hay besos. Para ellas nada motiva. Hay cachas por un tubo. Hay italianos de estos niñatos que son todos iguales y tan italianos por un tubo. Hay malotes marselleses por un tubo. Nadie puede ofrecerles nada que les fascine. Nada les impresiona. Todo lo tienen al alcance. Si te pones con el privado lo ven diferente en un principio y para ellas son más especiales, pero en realidad una vez suben no ven nada especial. Es un macarra marselles más. Es un Simone más. Es un berlines rubio más.
Nos desprecian y les aburrimos, porque ya no tenemos nada que ofrecerles.
Supongo que me he expresado y me he hecho entender. Es algo complicado de explicar.
La quinta de los nacidos hasta los años 80 debemos dar gracias de haber podido lidiar entonces con un género femenino que todavía anhelaba lo masculino.
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