Me imagino muchas cosas sobre tu vida siempre, familia incluida.
Imagino siempre que eres del 82.
Que tus padres son de clase media más cercana a la media-alta que a la media-baja.
Son el clásico, civilizado y progre matrimonio catalán.
Te pusieron de nombre Eudald, Llorenç, Marçal... algo así.
Alguno de los dos se dedica al mundo de la educación, la reinserción, la pedagogía... alguno de los dos lleva gafas.
Son los padres ideales que todos los que hemos tenido padres no totalmente equilibrados habríamos querido tener.
Cuando tú eras niño discutían sobre si era mejor pedagógicamente comprarte este juguete o el otro.
Estaban convencidos de que el ser un poco colegas contigo iba a enriquecer la educación.
Estaban convencido de que serías un genial abogado, médico, arquitecto... que acabarías en tu despacho de la avenida Diagonal y dando clases de lo tuyo en la Universidad para que esos jóvenes aplicados y gafosos te trataran como a una referencia.
Y acabaste siendo lo que eres.
Todos esperábamos por supuesto tus padres también que tu vida fuera lo anterior, lo de la Diagonal. Era así debía ser así ostia puta. Esta escrito. Todo se hizo para que fuera así.
Eres un hijo de puta.