Niandra rebuznó:
¿Sant Jordi o San Valentín?
Sant Jordi. El catorce de febrero solo es para enamorados gilipollas, double combo.
Cosas que pasan por no ser la chicha popular de la clase.
Sin embargo, cada tarde cuando llegaba del colegio tenía una rosa en mi cuarto, una rosa que me regalaba mi padre y que, hasta hace poco, nunca ha faltado una sola fecha. Un poco traumático todo.
Acabo de recordar una anécdota de uno de esos días de Sant Jordi, joder, si no lloré ese día no he llorado nunca.
Cuando recupere un poco de dignidad la cuento.
Toneti rebuznó:
Ellas en cambio nos tienen que regalar un libro y se tienen que romper la cabeza en pensar cual nos puede gustar.
No te creas que nos rompemos demasiado la cabeza, sois obvios, lineales y prácticos. Es más fácil que yo acierte tu regalo que tú el mío.
Además, carecéis de empatía, elemento fundamental e imprescindible a la hora de regalar algo.
Siempre me puso nerviosa eso de regalar un libro a cambio de una flor pero con los años una se da cuenta de que es lo más práctico, porque anda que no hacéis regalos de mierda, eh. Y te lo dice una a la que no le gusta nada que le regalen cosas.
Tannhäuser rebuznó:
¿Qué es eso de las caiditas, un eufemismo cursi/fijaté para "follar en el parque"?
A mí me suena más a quemar indigentes y tirarlos al lago de la Ciutadella en plan despótico cual Nerón de la vida.