Ya tenía yo ganas de un tema sólido:
No voy a discutir con Celibado sobre lo que es una enfermedad, porque eso ya es un concepto prefabricado y demasiado alejado de la raíz, al igual que repetir lo que se lee en los libros. Aún así, el mismo lenguaje, educación y la escritura nos condiciona mucho, pero se puede llegar a un mínimo nivel de objetividad si nos centramos en lo básico.
De todos los que han dado su opinión aquí sobre el tema, creo que Virgilio es el que se acerca más a una opinión objetiva de lo que mueve al ser humano: el placer. Está claro que hace tiempo que no mostramos comportamientos simplemente procreadores o de supervivencia en el medio. En eso ha ayudado mucho la obsesión por el confort y el estilo de vida actual, que cubre las necesidades básicas (todo tiene un precio, claro, pero hoy en día poca gente se juega la vida en el primer mundo para comer, tener un espacio vital o encontrar un/a compañero/a) , dándonos más tiempo para pensar en el ocio.
Cuando el ser humano no tenía su autoconocimiento muy desarrollado, se movia únicamente por impulsos. Es decir, si probaba una manzana y le gustaba, buscaba más. Y si encontraba algo mejor, como un pedazo de carne, se daba cuenta que llenar el estómago proporcionaba una sensación de desahogo y satisfacción. Con el sexo y cualquier otra cosa es parecido. Un día el hombre se dio cuenta que al meterla en aquel agujero de la mujer, también le daba una sensación placentera, sin preguntarse si eso servía para algo. Simplemente, nuestro mecanismo consiste en buscar lo placentero y rechazar lo peligroso. La naturaleza usa el truco de "prueba esto y si te gusta repite para aumentar las probabilidades de éxito" para conseguir que todo tenga un sentido y una continuidad... y hasta ahí el mecanismo ha funcionado de puta madre... hasta que el hombre ha superado a la naturaleza. Entonces, llegados a este punto de objetividad del ser humano... volved a haceros la pregunta: "¿ser gay es una enfermedad?". Un día un palomo se la metió a otro y se dio cuenta que eso no estaba nada mal (¿culo peludo? La sandía tiene pepitas que hay que quitar, cientos de plantas comestibles tienen espinas y no por eso vas a dejar de ver lo gustosas que son. Y si queréis que vaya al grano y no cambie de tema, es como todo, con sus pros y contras. ¿Os suena la frase: "¿está bueno pero es un cabrón" o "es un tío de puta madre pero sólo lo quiero como amigo?"). Como todas las buenas ideas, en todas las sociedades se corre la voz y se tiende a imitar. El pastel de queso está bueno, te lo dice casi todo el mundo. No tienes por qué probarlo, pero sabes que hay bastantes posibilidades de que te guste a tí también, porque puedes ser más guap@ y más inteligente, pero todos tenemos cosas en común... y más con lo que gusta sin necesidad de razonamiento. Con las cosas explícitas, vamos, como son la comida, la manera de dormir, el sexo y el clima idóneo. También sabía un cavernícola que si se cargaba al jefe de la tribu y se autoproclamaba el nuevo líder, su calidad de vida mejoraría. Una cosa es que se atreviera... y creo que esa es la única diferencia entre ser heterosexual y gay. Cada día veis flipaos del fútbol, del heavy metal, de la "cultura de club", de las corridas de toros... gente que quiere sentir que forma parte de algo, adoptando poses exageradas y miméticas como estilo de vida que les diferencie "del resto" (¿o era de otras tribus?). ¿Por qué no iba a pasar lo mismo con "las locazas"? Hay mitómanos en todo. Para mí un mitómano (por ejemplo, de Elvis Presley, con todos mis respetos) es el enfermo, más que el Pepe clavándosela hasta el fondo al Alberto un domingo por la tarde. No están desviándose del principio del placer que rige al ser humano a todos los niveles. Pero volviendo a los que exageran y quieren poner etiquetas complicadas a lo simple... más que enfermos, lo que son es inseguros.
P.D: Nuestra enfermedad es la inteligencia.