Asta
Freak
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- 26 Nov 2003
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Cuando voy al monte siempre busco un sitio cerca de un rio o algo parecido. El caso es que sea agua limpia que fluya.
Me siento muy cerca del agua y me quedo con la mirada fija en un punto hasta que me duelen las piernas de tenerlas encogidas como un sioux. Cuando eso me pasa, por lo menos me he estado media hora como obnubilada.
Me gusta que me den esas “ausencias” porque es cuando más dueña de mi tiempo me siento. Cuando estoy consciente no me pertenezco en absoluto y eso no me gusta.
Junto al rio siempre tengo la misma sensación de robo. Siento que me roban mis horas, mi tiempo y mi vida. Junto al rio me convenzo de que soy menos libre que la piedra con musgo contra la que el agua se estrella. -“Cuando mañana esté sentada en mi mesa, rodeada de las mismas cuatro paredes de siempre, esta piedra seguirá aqui, al aire libre, mojada por un agua distinta cada vez. Y el agua seguirá haciendo glo-glo-glo". Cuando pienso esto me rayo y pongo la mente en blanco otra vez para que no me roben.
La piedra no es libre porque no se puede mover. Y no piensa. Pero me gusta más donde está ella que donde estoy yo normalmente.
Cuando me tengo que ir me da envidia de la piedra y la muevo de sitio para que se fastidie. A veces la hundo en el limo para que se aburra. Otras le raspo el musgo para que se quede desnuda y tenga frio.
Cuando llega el lunes y estoy en la oficina me voy a wáter y escribo en un papel “lo siento”. Lo echo y tiro de la cadena.
Me siento muy cerca del agua y me quedo con la mirada fija en un punto hasta que me duelen las piernas de tenerlas encogidas como un sioux. Cuando eso me pasa, por lo menos me he estado media hora como obnubilada.
Me gusta que me den esas “ausencias” porque es cuando más dueña de mi tiempo me siento. Cuando estoy consciente no me pertenezco en absoluto y eso no me gusta.
Junto al rio siempre tengo la misma sensación de robo. Siento que me roban mis horas, mi tiempo y mi vida. Junto al rio me convenzo de que soy menos libre que la piedra con musgo contra la que el agua se estrella. -“Cuando mañana esté sentada en mi mesa, rodeada de las mismas cuatro paredes de siempre, esta piedra seguirá aqui, al aire libre, mojada por un agua distinta cada vez. Y el agua seguirá haciendo glo-glo-glo". Cuando pienso esto me rayo y pongo la mente en blanco otra vez para que no me roben.
La piedra no es libre porque no se puede mover. Y no piensa. Pero me gusta más donde está ella que donde estoy yo normalmente.
Cuando me tengo que ir me da envidia de la piedra y la muevo de sitio para que se fastidie. A veces la hundo en el limo para que se aburra. Otras le raspo el musgo para que se quede desnuda y tenga frio.
Cuando llega el lunes y estoy en la oficina me voy a wáter y escribo en un papel “lo siento”. Lo echo y tiro de la cadena.