Un amigo mío, frecuentador habitual de clubes de intercambio de parejas, porque lo mismo le da pelo que pluma, y si es de mujer el pelo le gusta canoso -hay gente para todo- un día me contó su aventura de fin de semana en uno de ellos. Tras haber trabado contacto con un matrimonio cuarentón por internet, acuden los tres a un club de estos y se montan un trío. Tras la performance, el fulano y mi colega salen de los reservados y se van a la barra a tomarse una copa, dejando a la mujer dentro, y a esta siendo follada por otros tres o cuatro que estaban allí. Según salen, el marido sonríe y le dice a mi amigo:
Estoy convirtiendo a mi mujer en un monstruo.
Mi amigo me la contaba partiéndose la caja. Yo primero me reí, pero luego la volví a pensar. "Estoy convirtiendo a mi mujer en un monstruo". Joder. No me la pude quitar de la cabeza. Estoy convirtiendo a mi mujer en un monstruo. Imaginé a una chica cualquiera, normal, como cualquier otra, que jamás había pensado en algo mucho más fuerte que morrearse con dos tíos en una misma noche, que un día conoce a un fulano que igual tampoco había pensado nunca en mucho más que en hacerse un trío con dos guarruzas, y eso porque lo había visto en una peli porno. Imaginé que la chica se enamora de él, él de ella. Imaginé que ambos pensaron que el otro y sólo el otro serían las únicas personas con las que estarían el resto de sus vidas, y que hasta desearon que así fuera -por eso se casa la gente, ¿no?, porque uno piensa esto en un momento dado-. Imaginé a esa chica creyendo morir si un día descubría que su marido se fijaba en otra, cuanto ni más si se la follaba. Imaginé a ese tío creyendo lo mismo de su mujer. Imaginé que en un momento dado fueron personas convencionales. Imaginé todo el proceso hasta llegar a lo que llegaron. Imaginé cómo en él empieza cierto interés morboso, cómo le da miedo comentárselo a la mujer por si acaso esta le pone de cerdo para arriba, cómo un día lo hace, cómo un día le propone a ella hacer algo que se sale de lo normal, la sorpresa de ella, sus reticencias, la duda, el día que al final lo deciden e imaginé ese proceso hasta llegar a ir los dos con mi amigo a que este se follara
a los dos y luego la otra a cuatro más en el mismo sitio y hasta lo gozara y quisiera más y hasta convertirse ella en la instigadora de tales cosas. Imaginé todo el proceso que hay detrás de decir esa frase. Estoy convirtiendo a mi mujer en un monstruo. Además, decir eso quiere decir que el tío sabía que se les estaba yendo de las manos, y de qué manera, para llamar a su mujer "monstruo".