¿Por qué muchos de los foreros tenemos la misma anécdota futbolera?
A mí nunca me ha gustado el fútbol, siempre fui de baloncesto. Pero claro, todo el mundo jugaba al fútbol, a los de mi clase a veces les faltaba alguno, y algunas veces acababa cediendo a la presión social y jugando de defensa a un lado, en esencia para ponerme en medio cuando atacaban los otros, siempre con nefastos resultados. Incluso un año quisieron hacer un equipo para competir en una liga intercolegial, y me acabaron liando. Chupé banquillo el 95% del tiempo, aún recuerdo la expresión de mi padre todos los sábados cuando iba y venía en el coche, mirándonos ambos sabiendo que no iba a salir a jugar, y que de salir sería 5 minutos y de relleno, por pena.
Mi culmen futbolero fue un día jugando, contra la clase rival (puto octavo A), que llegamos a los penaltis y fueron metiendo (o fallando) por parejas, manteniendo el empate. Allá que tira el rival un penalti, lo falla, y me toca a mí. Toda la presión de la clase, todos los "guays" arropándome y diciéndome dónde y cómo tirarlo, las niñas más populares vitoreando mi nombre. Se hace el pasillo, colocan el balón, el portero sonríe sabiendo que soy el más paquete del equipo, casi saborea ya mi fracaso, y allá que voy, cojo carrerilla y meto un zambombazo con toda la fuerza y rabia que tenía. El portero se queda parado, sonriendo, y el trallazo va al centro, pero golpea el larguero y acaba en el fondo de la red. Después de un silencio de segundos, el portero blanco paralizado y todo el mundo explota en júbilo, me abrazan, me vitorean, y me llevan en volandas hasta clase, ya que había acabado el recreo. Uno de los días donde me sentí más integrado y popular, donde fui el puto héroe para mis coetáneos de EGB.
Al día siguiente nadie se acordaba de aquello, y volví a ser el mismo niño gafotas y empollón al que nadie hacía caso. Pero todavía me acuerdo de Elenita dándome un beso en la mejilla y restregándome sus prototetas por haber metido un patadón a un cacho de cuero y colarlo al fondo de una red.