wetamir
Falócrata del retulador
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- 26 Mar 2007
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Saludos.
Ayer asistí a un evento social, vamos, que salí de casa y hasta estuve con gente, todo un logro. Unos cuantos amigos y conocidos nos reunimos en un local en donde aparte de música y pinchos había un futbolín.
Un futbolín Delgado de madera y metal, no una mierda de plástico que la levanta un niño con una mano, un futbolín viejo restaurado, cojonudo.
No hizo falta ni drogas, ni alcohol, ni música pachanguera, a los dos minutos de empezar a darle al futbolín cualquier ánimo reservado, timidez o frialdad social se desvaneció y ya estábamos todos como locos. Joder, es sin duda lo mejor que ha aportado Galicia al universo.
Tras un par de partidas la memoria muscular empezó a trabajar y volvieron a aparecer mis futbolín skills de adolescente, como si de un episodio de Oliver y Benji aparecieron técnicas mortales de probada eficacia, así como reglas arcanas que todos conocíamos y que solo había que refrescar.
-"Pasársela entre delanteros es bola."
-"Si no la toca, no es saque."
-"Si el rival no mete gol tiene que pasar por debajo de la mesa."
-"Si hago bola y él no me levanta los jugadores se la chupa por idiota."
Callos en las manos a la media hora, a grito pelao, cada gol celebrado como si ganaras la champions.
En esto que llegan mas tarde los amigos de una amiga de una conocida de tal...
Una obesa mórbida maquillada como una puerta y su perro marica petardo moderno pelo pincho, ambos fumando y riendo escandalosamente, cuchicheando petardadas al oido. Merecían ser baneados de la realidad.
Y van, y se ponen de siguientes en el futbolín. -"Luego vamos nosotros." Dijo la inmensa gorda mientras el marica le daba una afeminada calada a su pitillo.
Era inevitable, la media sonrisa de desprecio que se nos dibujó a todos en la cara, nuestra prepotencia al ver a aquellos dos freaks inmiscuirse en un terreno tan ajeno, tan viril.
Casi me partía de risa al imaginarme a la gorda tratando de pasar por debajo del futbolín cuando se comiese siete goles en siete segundos.
Bueno, pues jugaban de la ostia, la pareja basura de mierda esta. Tras la pirmera media hora quedó claro que no era suerte, una hora después estábamos desquiciaos. Hubo gente que se picó de verdad.
La gorda dominaba la barra de centrocampistas con soltura y con sus delanteros creaba un puto MURO, encerraba la bola al frente y no había Dios que la sacara de ahí. Incluso detuvo mi tiro del Águila(TM) la cacho perra puta obesa vaca burra de mierda esta. Y el Maricón paraba con el portero, no digo mas, metía tremendos trallazos con la defensa y sabía defender, pero es que el cabrón paraba con el portero. Todo adornado con risitas complices y caladitas a sus pitillos que bien podían contener cianuro y hacerle un favor a la humanidad.
Me sentí como Paul Newman en "El Color del Dinero" cuando es owneado por un aparentemente pardillo Forest Whitaker.
¿Qué moraleja extraer de esto? Evidentemente, mi erróneo juicio. Nos creimos todos muy superiores y los hijos de mil putas estos nos ownearon bien.
Ayer asistí a un evento social, vamos, que salí de casa y hasta estuve con gente, todo un logro. Unos cuantos amigos y conocidos nos reunimos en un local en donde aparte de música y pinchos había un futbolín.
Un futbolín Delgado de madera y metal, no una mierda de plástico que la levanta un niño con una mano, un futbolín viejo restaurado, cojonudo.
No hizo falta ni drogas, ni alcohol, ni música pachanguera, a los dos minutos de empezar a darle al futbolín cualquier ánimo reservado, timidez o frialdad social se desvaneció y ya estábamos todos como locos. Joder, es sin duda lo mejor que ha aportado Galicia al universo.
Tras un par de partidas la memoria muscular empezó a trabajar y volvieron a aparecer mis futbolín skills de adolescente, como si de un episodio de Oliver y Benji aparecieron técnicas mortales de probada eficacia, así como reglas arcanas que todos conocíamos y que solo había que refrescar.
-"Pasársela entre delanteros es bola."
-"Si no la toca, no es saque."
-"Si el rival no mete gol tiene que pasar por debajo de la mesa."
-"Si hago bola y él no me levanta los jugadores se la chupa por idiota."
Callos en las manos a la media hora, a grito pelao, cada gol celebrado como si ganaras la champions.
En esto que llegan mas tarde los amigos de una amiga de una conocida de tal...
Una obesa mórbida maquillada como una puerta y su perro marica petardo moderno pelo pincho, ambos fumando y riendo escandalosamente, cuchicheando petardadas al oido. Merecían ser baneados de la realidad.
Y van, y se ponen de siguientes en el futbolín. -"Luego vamos nosotros." Dijo la inmensa gorda mientras el marica le daba una afeminada calada a su pitillo.
Era inevitable, la media sonrisa de desprecio que se nos dibujó a todos en la cara, nuestra prepotencia al ver a aquellos dos freaks inmiscuirse en un terreno tan ajeno, tan viril.
Casi me partía de risa al imaginarme a la gorda tratando de pasar por debajo del futbolín cuando se comiese siete goles en siete segundos.
Bueno, pues jugaban de la ostia, la pareja basura de mierda esta. Tras la pirmera media hora quedó claro que no era suerte, una hora después estábamos desquiciaos. Hubo gente que se picó de verdad.
La gorda dominaba la barra de centrocampistas con soltura y con sus delanteros creaba un puto MURO, encerraba la bola al frente y no había Dios que la sacara de ahí. Incluso detuvo mi tiro del Águila(TM) la cacho perra puta obesa vaca burra de mierda esta. Y el Maricón paraba con el portero, no digo mas, metía tremendos trallazos con la defensa y sabía defender, pero es que el cabrón paraba con el portero. Todo adornado con risitas complices y caladitas a sus pitillos que bien podían contener cianuro y hacerle un favor a la humanidad.
Me sentí como Paul Newman en "El Color del Dinero" cuando es owneado por un aparentemente pardillo Forest Whitaker.
¿Qué moraleja extraer de esto? Evidentemente, mi erróneo juicio. Nos creimos todos muy superiores y los hijos de mil putas estos nos ownearon bien.