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- 18 Abr 2006
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Basarse en la calidad media de los restaurantes de una zona para evaluar cuánto saben de gastronomía los locales puede resultar engañoso. No quiero disuadir a nadie de insultar a los valencianos de mierda, faltaría más, pero hay que ser justos.
Valencia y Alicante acogen a un sinfín de guiris y de madrileños del extrarradio. Se trata de clientela con poco gusto y pocas ganas de gastar, lo cual se suma a la avaricia de los hosteleros poco profesionales que ven en este plato tan barato una gallina de los huevos de oro.
Además, yendo desde fuera uno siempre va a acabar en los sitios típicos hechos para timar al pardillo, los restaurantes a pie de paseo marítimo no son el lugar para comer bien. Pero ni paella ni ensaladilla rusa.
A mí lo que me ha sorprendido siempre es que los valencianos que me he topado hablan maravillas de la paella de su abuela, como todo el mundo, pero es que es eso, LA PAELLA, una simple receta, con algún toque que a menudo no alcanzo a entender, y ya. No les saques de ahí. Renegando de todo lo demás, de toda variación y por supuesto de otras recetas hechas en el mismo recipiente.
No sé, en mi casa nos gusta el arroz y, si está bueno, nos da igual con qué. De abandonar esa ortodoxia patológica salen cosas interesantes y se divierte uno más en la cocina y en la mesa. Así que cada vez que escucho o leo a alguien pontificar sobre LA PAELLA AUTÉNTICA me da una mezcla entre lástima y risa porque es como que te venga un alemán a decir que ellos dan mejor uso al cerdo porque tienen recetas a capazos para salchichas y les echan muchas salsas.
Valencia y Alicante acogen a un sinfín de guiris y de madrileños del extrarradio. Se trata de clientela con poco gusto y pocas ganas de gastar, lo cual se suma a la avaricia de los hosteleros poco profesionales que ven en este plato tan barato una gallina de los huevos de oro.
Además, yendo desde fuera uno siempre va a acabar en los sitios típicos hechos para timar al pardillo, los restaurantes a pie de paseo marítimo no son el lugar para comer bien. Pero ni paella ni ensaladilla rusa.
A mí lo que me ha sorprendido siempre es que los valencianos que me he topado hablan maravillas de la paella de su abuela, como todo el mundo, pero es que es eso, LA PAELLA, una simple receta, con algún toque que a menudo no alcanzo a entender, y ya. No les saques de ahí. Renegando de todo lo demás, de toda variación y por supuesto de otras recetas hechas en el mismo recipiente.
No sé, en mi casa nos gusta el arroz y, si está bueno, nos da igual con qué. De abandonar esa ortodoxia patológica salen cosas interesantes y se divierte uno más en la cocina y en la mesa. Así que cada vez que escucho o leo a alguien pontificar sobre LA PAELLA AUTÉNTICA me da una mezcla entre lástima y risa porque es como que te venga un alemán a decir que ellos dan mejor uso al cerdo porque tienen recetas a capazos para salchichas y les echan muchas salsas.