Hay que ser pardillo para hacerse una cocina ahora que Burger King tiene servicio a domicilio. No, es que veo Masterchef y hago un risotto sensacional. Ya.
La nevera es uno de los electrodomésticos que más contribuye a la decadencia de Occidente. Ser capaces de conservar todo tipo de comida nos hace más débiles y perezosos, además de distorsionar la percepción del mundo como lugar cruento y desagradable que es. Es una de las principales causas de que no sepáis hacer nada por vosotros mismos y deleguéis todo control a una casta de imbéciles llamada políticos.
Es curioso como el salón y el comedor van menguando a medida que aumentan la cocina y el cuarto de baño. Las casas ya no son hogares, son talleres de reparación de humanos, donde los esclavos-trabajadores van repararse y reponerse para seguir generando una riqueza de la que solo olerán un ínfimo porcentaje, suficiente para su conservación un día más.
Os la están jugando delante de vuestras narices y ni lo oléis. Seguid haciendo cocinas, grandes, espaciosas, con mucha tecnología. Seguid. Seguid bailando al son de una música que no escucháis pero con la que os bombardean en series, películas, programas de tv y revistas.
Me he hecho un cocinón y me he instalado un jacuzzi en el baño. Me han bombardeado con que eso es lo que denota estatus y es signo de saber vivir la vida, así que para qué pararse a pensarlo detenidamente. La victoria sobre el espíritu humano es total.
La prueba definitiva de que lo que digo es cierto es que son las mujeres, los seres más manipulables y carentes de criterio del universo, las que más pierden el culo con estas salas, antaño meros rincones en el hogar, y sus cachibaches. Seguid, jajaja, seguid. De casa al trabajo y del trabajo a casa. ¿Es que no lo veis?