POSEO SINDROME rebuznó:
Esta misma tarde me voy a sentar con ella y algunos de los pocos amigos de verdad que aun conservo, creo que merecen una explicacion y mis disculpas, si alguien tiene interes en saber como se va desarrollando todo esto, puede mover esto a un hilo aparte y prometo ir actualizandolo, ya que como ya he dicho, no quiero joder el hilo de iskariote.
Por lo demas, agradecer vuestros comentarios.
No jodes el hilo, es un hilo de autocrítica y lo que cito es sin duda un ejercicio muy saludable.
Por si te sirve de algo, ese yo de 16 años al que decía que me recordabas, siguió siendo así bastante tiempo más.
A los 20 llevaba ya 3 años con novia, más de 2 y medio viviendo juntos. La relación se estaba yendo irremediablemente a la mierda y yo no podía con todo. Trabajo, universidad y broncas en casa me tenían agotado y de un mal humor constante.
Mi madre ha tenido desde bien joven dolores de cabeza diarios que ningún médico le curaba, se comía los Hemicraneales como lacasitos. En uno de sus intentos por llegar a la raíz del asunto, acabó en un psiquiatra que le recetó una mierda que estaba funcionando. Realmente se notaba, jamás la había visto así de bienhumorada, paciente y generosa. Daba gusto tratar con ella por primera vez. Hoy día miro atrás y también creo que para ella fue un punto de inflexión.
El caso es que estaba tan contenta que, al ver a su hijo mal, quiso que yo visitase al matasanos también.
Según entré, el tío me hizo unos dibujitos y me habló de la Serotonina y tal. Salí de allí con una receta bajo el brazo y me puse a tomar unas pastillacas. Al principio, como me había advertido el médico, me quitaron el sueño, me revolvieron las tripas sin graves incidentes y me hicieron perder el apetito. También se supone que bajaban las ganas de sexo, pero para mí eso no era un problema porque mi novia ya no me atraía desde hacía tiempo. Las golfas de internet sí, pero es cierto que las pajas duraban más de lo habitual, nada preocupante.
El caso es que a partir del mes de tomarlas, más o menos, dejé de ser la persona agresiva e impulsiva que era. No me volví gilipollas, al revés, me sorprendía a mí mismo relativizando cosas que antes me habrían vuelto majara y hecho romper mobiliario y alguna puerta. Siempre la he tomado mucho con las puertas. Reflexionaba, buscaba soluciones, distintos puntos de vista y no me temblaba el pulso ni un poquito.
Se me curaron las heridas que me hacía en la boca al morderme los carrillos por dentro. Siempre he apretado los dientes al ponerme agresivo, creo que es normal, pero lo de los carrillos empecé a hacerlo porque el dolor me calmaba y así no me ponía tan violento. Como toda pareja que se desmorona, las broncas aumentaban y las heridas abiertas sobre heridas me estaban incluso suponiendo un problema para comer.
Y todo se fue.
Con la novia todo se acabó, las broncas desaparecieron porque yo ya no quería pelear más, pero ya no había nada que hacer, esto tenía que pasar.
Pero no todo fueron buenas noticias. Resumiendo, intenté dejar las pastillas pero el médico me las cambió por otras más fuertes (!). Estaba enganchado, me di cuenta y las quise dejar por mi cuenta, pasé un mono que me duró un par de meses en los que comprendí lo que siente alguien que está clínicamente deprimido y mientras tanto me follé a un montón de tordas del chat de terra a las que iba turnando en distintos días de la semana. Pero esto ya es otra historia.