Pues algo hay de intercambios y mirones señor
@hitsfromthebong ,ya le contare a su debido tiempo,pero ahora es su turno hamijo!
Uf, ya me ha puesto ustec el carajo como una viga señor Eater. No veo el momento en el que cuente algo sobre intercambio y/o mirones. Sí, me toca a mi, así que voy a contar la historia de la casada desquiciada a la que cité en mi anterior historia.
Baduc, por supuesto. Empiezo a hablar con una casada que se parapeta en la teoría de que está ahí para buscar gente interesante con la que conversar, ya que a veces pasa temporadas sola debido a que su marido es militar y se va por ahí de misión de vez en cuando. Pretendía conservar una imagen de decente no interesada en sexo, pero todos sabemos que eso no es más que una manera de presentarse al público, luego, a poco que se rasca un poco la pintura, salen a flote las verdaderas intenciones, que no eran otras que la de zamparse una picha en ausencia de su esposo milico.
Quedamos en la pizzería El Jueves, en a calle Feria (que ya no existe por cierto). Apareció muy arreglada y estaba buenorra, más que en las fotos. Nos sentamos à table y pedimos dos picsas y una ensalada además de una botella de Rioja. Ella me cuenta su vida, seleccionando por supuesto los pasajes que le interesaban y omitiendo los que le podían hacer quedar mal; como hice yo, como haría cualquiera. El protocolo se estaba cumpliendo según la normativa y la cháchara, a pesar de artificial y de apestar a paripé, no estuvo mal del todo.
Terminamos de cenar y nos vamos a tomar una copa al Habanilla, en la Alameda. Allí se empieza a calentar la cosa y empezamos a besuquearnos, recogemos las chupas y su bolso y nos vamos dando un paseíto para su casa, ya que vivía en la Macarena y nos cogía a un tiro de piedra.
Llegamos y ella saca dos Coronitas, se sienta a mi lado y seguimos con la conversación. A mitad de botellín o asín empezamos a liarnos ya en serio. Ésta, al igual que la madre de los tres hijos a la que sigo viendo, también tenía fotos de su mini prole; estos son su marido y su hijo de 16 años. Se despelota y veo que está muy muy potable, se ve que se cuidaba e iba al gimnasio y tal. Y ahora es cuando sale la bestia del LOL, porque la tía tenía unas parafilias extrañísimas y que más que morbo lo que provocaban era que te descojonases de risa. Fraccionemos el polvo en varias de estas situaciones:
1- Después de las mamadas pertinentes, la tía coge un libro de cocina, se apoya en la mesa del salón con el culo en pompa y me pide que la azote mientras lee en voz alta las recetas. "Se echan dos dedos de aceite en una sarten profunda... Plassss! AGGGGHHH...UFFFF... Añadir la cebolla y el ajo bien picados... Zassss! UAAAAGG... DIOSSSS... HOSTIA..."
2- A continuación quiso comerme la polla mientras yo veía un partido de furbol que su marido tenía grabado en un deuvedé bebiéndome una cerveza. Me hizo sentarme en el sofá y se puso de rodillas a mi derecha, empezó a mamar y a pajear mientras yo le daba tragos a la Coronita y veía cómo el defensa del Madrid mandaba la pelota a corner.
3- Luego quiso que yo me la menease mientras ella se metía el mango de un cepillo por el coño. No antes sin (y esto es, si no lo más surrealista que he vivido, uno de los momentos más surrealistas) poner de fondo un disco de gore-grind, en concreto el Gargle Cummics de Rompeprop. Imagínense el momento.
4- Follamos en varias posturas después de todos esos juegos desquiciados, y para mi corrida se reservó el final de traca. Me quiso pajear para que me corriera en una foto de su boda; la sujetó con su mano izquierda colocándola justo debajo del cabesón de mi nabo y lo pajeó a gran velocidad, en pocos segundo estaba poniéndolos perdidos de lefa a ella y a su marido en el altar de la church.
No me dejó quedarme a dormir, me dijo que su hijo de 16 años había salido con los coleguis y volvería en cualquier momento. O sea, que hicimos todo eso en el salón y su puto hijo pudo aparecer y pillarnos in fraganti. Alucinante.
Hice el camino desde la Macarena al Parque Amate andando, impactado, haciéndome mil preguntas sobre de dónde cojones había salido esa tía. ¿Sabía el marido lo que ella hacía en su ausencia? ¿Lo tenían pactado para luego ella darle la crónica y follar como locos? ¿Disfrutaba el milico de estas prácticas sexuales lunáticas o estaban reservadas solo a los baduleros y demás calaña? ¿Quería volver a verla? ¿Sabría su hijo lo rematadamente loca y puta que era su madre, y por eso daba igual que la pillase en plena faena con no importa qué gañán?
Entiendo perfectamente que ahora algún forero me diga que faltan los aliens y Drácula peleando contra Spiderman mientras me la chupa Inés Arrimadas, pero es que joder... Es la puta verdac. La peña está hecha trizas de la olla. Eso sí, me dejó hacerle una foto en un momento de descanso, asín que aquí les presento a la casada desquiciada: