El Loco de las Coles
Famelic escaleto
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- 29 May 2005
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Bueno, ha llegado la hora de contar mi experiencia.
Si tienes una mente clara y una idea exacta de lo que quieres hacer, lo cierto es que las cosas salen muy bien. Un verano, en mi pueblo costero, me dio la tremenda paranoia de reproducir el desembarco de normandía en la orilla del Mar Menor, tal y como lo había hecho Spielberg en el "Soldado Ryan".
Teníamos una cámara de video propiedad de un amigo, y a principios de Julio comuniqué lleno de ilusión mi proyecto a un nutrido grupo de amigos, que por supuesto se mostraron encantados con la idea.
El final del verano, a principios de Septiembre, me soprendió terminando de construir y pintar el quinto "asterisco" de madera que debía ir clavado en la orilla del mar, y buscando a quien nos prestara cuatro o cinco botes de madera y bidones para ir en bici a la gasolinera más cercana a comprar gasolina para las explosiones.
Pero juro por Dios que con algo más de tiempo, colaboración y dinero, hubiese llevado a cabo mi proyecto de forma impecable. Ahora que lo pienso, el hecho de que muchos de mis amigos permanezcan vivos y sanos, y de que conserven intactos todos sus miembros, hemos de agradecérselo a esa carencia de tiempo y medios que echó por tierra mi idea.
Si tienes una mente clara y una idea exacta de lo que quieres hacer, lo cierto es que las cosas salen muy bien. Un verano, en mi pueblo costero, me dio la tremenda paranoia de reproducir el desembarco de normandía en la orilla del Mar Menor, tal y como lo había hecho Spielberg en el "Soldado Ryan".
Teníamos una cámara de video propiedad de un amigo, y a principios de Julio comuniqué lleno de ilusión mi proyecto a un nutrido grupo de amigos, que por supuesto se mostraron encantados con la idea.
El final del verano, a principios de Septiembre, me soprendió terminando de construir y pintar el quinto "asterisco" de madera que debía ir clavado en la orilla del mar, y buscando a quien nos prestara cuatro o cinco botes de madera y bidones para ir en bici a la gasolinera más cercana a comprar gasolina para las explosiones.
Pero juro por Dios que con algo más de tiempo, colaboración y dinero, hubiese llevado a cabo mi proyecto de forma impecable. Ahora que lo pienso, el hecho de que muchos de mis amigos permanezcan vivos y sanos, y de que conserven intactos todos sus miembros, hemos de agradecérselo a esa carencia de tiempo y medios que echó por tierra mi idea.