En otros países de Europa es aún peor. Aquí en Bélgica tenemos como cinco o seis bolsas distintas para reciclar, hasta para las cosas más insignificantes; la más rara es la blanca, que es algo así como "bolsa comunitaria para deshechos orgánicos no reciclables", la cual difiere de la negra, que es la "bolsa no comunitaria para deshechos orgánicos no reciclables".
Me fastida darle la razón al retrasado profundo de Cabeza de Spoiler, pero es que es verdad que el tener que reciclar de forma obligatoria resulta, para los que no disponemos de mucho espacio, algo muy molesto. ¿Cómo se supone voy a guardar cinco bolsas de basura en la minúscula cocina de mi estudio de quince metros cuadrados? La verdad es que prefiero sacarla frecuentemente en lugar de soportar el hedor, que uno es muy limpio y se ducha dos veces al día.
Y eso no es todo. Cuando no sabía que en nuestro bloque de edificios había un espacio para dejar la basura (en la planta -1) dejaba la bolsa negra de interminable nombre justo al lado del portal, viendo que los demás vecinos hacían lo mismo y creyendo que respetaba la ley. Craso error: se debe dejar fuera la bolsa blanca, no la negra. Bueno, pues me vio un abuelete dejar cuidadosamente la bolsa y me cayo una bronca de lo más escandalosa sin comerlo ni beberlo. Yo le intenté explicar en francés que no sabía como funcionaba el sistema de recogida de basuras de allí y que no lo había hecho con mala intención, pero no sirvio; continuo hecho un energúmeno (igual es siempre así de borde con todo el mundo porque esta amargado por su edad, que le den en ese caso). Después le expliqué lo mismo a una anciana bastante más dulce de carácter que me comprendió sin problemas. Vaya bochorno más tonto solo por un triste saco, ni que por no reciclar un ridícula lata se fuese a destruir el planeta.
Supongo que la razón por la que en el corazon de la UE (que no capital) se imponen estas normas de forma más estricta es que aquíhay una atmósfera mayor de perroflautismo, conciencia global, y todas esas rojipijadas mundialistas intrínsecas a esta pseudoconfederación de incierto futuro en la que vivimos.
Ahora me porto bien y reciclo... aunque por respeto al país en el que estoy, no porque crea en las palabras de cuatro politicuchos millonarios que solo quieren ganar votos y buenos puestos en los organismos de la UE haciéndose pasar por amantes de la
Mater Natura. Caterva de ladrones...
Necesitaba desahogarme, la verdad es que a mí este tema me molesta mucho más que a vosotros, por las circunstancias que os acabo de narrar. Menos lloros.