Obviando el tema del ojo chungo, de la edad y del tabaco, pongamos por caso que no hubiese nada de eso.
Hay que salir por patas de ese asunto, no es buena idea tener una relación así, y menos en el trabajo.
Hace tiempo que dejé de creer que esos fogonazos esporádicos se olvidan al día siguiente. Nosotros sí,
hasta que comienza a picarnos otra vez el cacahuete.
Ellas no, no conozco ninguna, que una vez que ha cometido la infidelidad, no empieze a tener remordimientos.
Además, si ha caido una vez, volverá a hacerlo, primero, porque tú quedarás como un campeón, a menos que seas un gañán,
la percutirás, y luego le tocarás el pelo, le dirás algo bonito, y ella volverá a oir cosas que no le dice nadie desde hace 20-30 años.
Comenzarán los whasapp a altas horas, ella desde el lavabo, cuando el picoleto está sobando, saldrá a comprar tabaco para
escribir o llamarte, sábados ,domingos y fiestas de guardar.
Los 10 primeros polvos serán bestiales, pero después comenzarás a agobiarte y no sabrás como salir de ese marrón.
Conclusión: cuando te venga a la cabeza, te la pelas, o llamas a alguien para que lo haga.
Ahora haz lo que te rote. Hasta aquí el consultorio de Elena Francis.