Las mujeres, en una inmensa mayoría, desconocen su aparato genital. No es la primera ni la última vez que más de una señora (casada o separada), incluyendo la casi totalidad de las señoritas, me hacen preguntas sobre su coño o su sistema reproductor.
Manifiestan sin pudor alguno desconocer su organismo y no mirarse nunca o casi nunca delante de un espejo para tratar de conocer su propio cuerpo. Otras, en un rapto de sinceridad impropio de las mujeres, muestran hacia su entrepierna un asco que ninguno de nosotros alcanzaría jamás a comprender, hablando del fastidio que les produce su propia menstruación o el mal olor sempiterno que despiden, motivo por el cual enriquecen sin avergonzarse a las grandes multinacionales de la cosmética.
Hagan una prueba evidentísima de lo que he comentado: díganle a una mujer que dibuje un coño, su propio y idolotrado sexo, con todas sus partes anatómicas, o, sencillamente, que os explique dónde se encuentra el meato urinario (no se lo van a creer, pero el 95% sitúan el orificio uretral más cerca del ano que la propia vagina).
He llegado a ver a mujeres lavándose sus partes pudendas echándose agua con una mano sin ni siquiera llegar a rozarse...
Se sorprenderán desagradablemente de su ignorancia y quedarán como reyes explicándoles enciclopédicamente su fisionomía. Eso no les permitirá follar más, pero sí se agenciarán a la que estén dando lecciones sapientísimas en ese momento, motivo más que suficiente para hacer un pequeño esfuerzo memorístico. Ya se sabe que el conocimiento no ocupa lugar... :1
Ni se les ocurra preguntarles acerca del aparato reproductor masculino o que interpreten una imagen de una RMN como ésta:
Para los neonatos, una ilustración donde enriquecerse antes de la lección que les reportará, al menos, un polvo gratificante:
De nada. Un saludo