Vaya panda de urbanitas. El que no haya dormido en un caserón con suelos de madera, falso techo, ratones, huecos entre las piedras, etc... no sabe lo que es un ruido nocturno. Lo de los pisos es de guachiné comparado con los ruidos de las casas viejas.
Tras sentenciar esto, paso a relatar mis peores experiencias paranormales, que comienzan con la venida de la primera menstruación...
LA CAMPANA
A esa edad estaba yo de vacaciones en la aldea y dormía en la habitación con mi prima. Serían las tres de la mañana cuando me despertó el sonido de la campana de la iglesia. Desperté a mi prima, preocupada por si los tañidos eran el aviso de un incendio o alguna otra catástrofe. Ella se irguió en la cama como un suricato, y tras unos segundos las dos calladas, me dijo que alguien en el pueblo había muerto esa noche. Le pregunté que cómo era posible que tocaran a muertos a esas horas, y me dijo que nadie estaba tocando, que esa campana sólo la oía yo. Solté una carcajada, me di la vuelta y seguí durmiendo. Huelga decir que nos despertamos a la mañana siguiente con la noticia de que una vecina había muerto. Mi prima me hizo unos cuantos nelsons y a mí la anécdota me dio que pensar.
EL AHORCADO
Pocos años más tarde, y también en la aldea, me quedé sola durante una tormenta en casa de mi abuela; una casa de más de cien años, de piedra, y con más historia que todos los de este foro juntos. El caso es que, cuando pasaba por las antiguas cuadras, un relámpago iluminó el pasillo y me pareció ver la figura de un ahorcado. Me hice un poco de caquita, y la anécdota no habría pasado de ahí si no fuera porque al día siguiente nos enteramos de que un hermano de mi abuelo se había suicidado ahorcándose precisamente durante esa tarde de tormenta.
NO ESTABA MUERTA, QUE ESTABA DE PARRANDA
A los meses, y ya en Zaragoza, mi abuela materna estaba pasando unos días en casa, y compartíamos habitación. Dio la casualidad de que en esos días falleció mi otra abuela y, estando por la noche en casa, escuchamos perfectamente (las dos, mi abuela la viva y yo) cómo una mujer entraba en el piso, iba hasta el salón, volvía al pasillo, etc. No era una vecina, porque cada uno reconoce los ruidos de su propia casa. Mi abuela dijo:
ah, mira, tu madre ha vuelto. A mí me extrañó, porque mis padres se quedaban en el velatorio toda la noche, pero no le di mayor importancia. A la mañana siguiente, me levanté a desayunar y vi aparecer a mis padres (MADRE incluída) por la puerta, que volvían del velatorio. No me había dado tiempo ni de recordar lo ocurrido, cuando oí a mi abuela (la viva) diciendo:
no tengas miedo, tu abuela vino a vernos antes de marchar al otro lado. Ese es el momento en el que más miedo he pasado de mi vida, porque mi abuela (la viva) no es demasiado supersticiosa para ser una anciana gallega de aldea y no cree mucho en esas cosas. Me impresionó mucho ver tanta seguridad en ella con estos temas.
PRECOGNITION
Para finalizar la serie de muertos, decir que soñé con la muerte de mi abuelo justo cuando estaba muriendo en el hospital. Al venir mis padres a mi habitación para decírmelo, abrí los ojos y vi la misma imagen que en el sueño. Dije
se ha muerto el abuelo a la vez que ellos, pero esto ya no es espectacular teniendo en cuenta en qué condiciones lamentables me suelo despertar.
Estas son las historias propias más raras que me han pasado. Luego están las historias de la aldea, que creo firmemente porque me las cuenta mi abuela en primera persona, pero esas ya las contaré en otro hilo

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Aunque no lo pareza, soy una persona atea y bastante escéptica. Hace años que vivo sola y duermo bastante bien, menos cuando me da por pensar que podría entrar un panchito a violarme por la ventana del patio de luces. Oigo ruidos, veo sombras, pero todo eso es sugestión. Si me inquieto un poco, enciendo el ordenador y se me pasa con un video de Martes y Trece.