sodomaygomorra
Novato de mierda
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- 16 Oct 2011
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MI TOCHO
Si me lo preguntan más o menos hace 10 años respondería con un NO sin dudarlo y con cara de gilipollas escandalizado. Si me la hacen desde hace un año hasta ahora un SI rotundo y con cara de mala hostia.
Tras llegar a los cuarenta, un buen día y tras sonar el puto despertador a las 7 de la mañana, te vas al cuarto de baño y cuando te acercas al espejo ves a un tipo que no reconoces, con más canas que pelo negro, con una calvicie que asusta y con arrugas varias a causa de lo avinagrado en que te estas volviendo debido a que, una vez más, tu mujer la noche anterior te ha contestado que le duele la cabeza, que tuvo mucho trabajo en la oficina, que nos puede escuchar la cría o que le vino la regla. A saber. Ves que el tiempo ya no pasa, cabalga tan rápido que las horas se convierten en minutos y estos en segundos.
Coges el coche y para no variar no pillas un puto semáforo en verde. Al menos, la suerte no es del todo esquiva y como hace buen tiempo las nenas de veinteypocos usan unas minifaldas que de mini lo tienen todo y de faldas nada. Se te pone dura, tan dura que cuando te encuentras al orco de compañera de trabajo en la oficina que, aunque no soportas, ves atractiva simplemente porque ya te valdría para descargar en algún chochamen a falta de mejor material, ya que lo de hacerte pajas con cuarentaytantos empieza a resultar patético. Y así un día tras otro.
He intentado todo tipo de trucos para que la oficial (con quien llevo casado casi 20 años) vuelva a ser la que fue, regalos, viajes, un vino caro para la cena del sábado o el día que fuere o incluso ropa interior picante para ella a ver si se daba por aludida. Pero no había manera.
Para colmo mi peor enemigo es el puto grupo de amigas de toda la vida de mi mujer. Estas que son para darles de comer aparte. Es que es para verlas: por un lado esta la solterona que digna de lástima, ridículamente y pisando los 50, aún aspira a que a su puerta llame un rico y guapo estilo Clooney, por otro la divorciada dos veces que tiene un imán para atraer a los tíos más sinvergüenzas e hijoputas de la comarca y para acabar esta la que o es lesbiana o la violaron alguna vez o ambas, porque odia todo lo que tenga rabo entre las piernas. Este grupo, cuando las veo en el salón, es que se me revuelve el estómago y me dan ganas de echarlas a patadas de casa porque no hacen más que despotricar contra todo macho viviente y comerle el coco a la oficial de que todos los hombres son unos cabrones.
Estoy convencido que en el fondo ven con envidia a la parienta, y se preguntan como coño hizo esta "mosquita muerta" para cazar a un tío como yo, en su época buena planta, modestia aparte, algo incauto y según dicen educado, que la lleva de viaje un par de veces al año, que le dió una cría rubia y de ojos verdes que como padre me cae la baba cada vez que la veo, un piso grande y bastante bien situado, una casa de finde y que todo lo que le pida si puede se lo da, aunque sea costa de pasarme 2 horas de coche y 10 de curro todos los días excepto fiestas de guardar y las vacas.
Pero yo sé como me cazó, o la cacé a ella nunca se sabe. Porque hasta hace 10 años, mi piba era capaz de extraerme el jugo 3 o 4 veces en una noche, que no se cortaba y pedía que le dieses por todos los lados y que paseando por el campo era capaz de arrinconarte entre los árboles para "violarte" allí mismo a riesgo de que nos pillarán y a fé que estoy seguro que más de un mirón se la meneó a nuestra costa. Que le aproveche.
Pero fue nacer la cría (aparte del trabajo psicólogico del grupo de arpías que se vienen a tomar mi café y mis pastas sin la suerte de que se atraganten), y como bien dice un forero más arriba el sexo se derrumbó. Debe ser que durante el embarazo tienen tal lucha hormonal en su interior y las que salen perdiendo son las del líbido, si es que existen las feromonas esas.
Primero pasó a un par de veces a la semana, luego una vez y luego ya ni te acuerdas cuando fué la última vez que lo has hecho.
Hasta que una noche, tras la enésima excusa de turno por parte de la oficial, te quedas mirando pensativo hacia el techo y te acuerdas de tu imagen en el espejo, de tu fecha de nacimiento y de lo que has tenido que pagar en el IRPF o de facturas y te preguntas si hace falta algo más para seguir haciendo el tonto.
Y le das vueltas a la cabeza, que si, que no, que no voy a ser capaz, y al final mientras vuelves del curro, en un arrebato, paras el coche en una gasolinera, sacas el móvil y llamas a esa masajista de final feliz que viste por internet, por aquello de que para empezar y por si te arrepientes no está algo grave. Y llamas, más nervioso que un crío de 15 años ante su primera cita. Al día siguiente tocas el timbre de su puerta, acojonado. Amablemente me hacen pasar, me dicen las condiciones, que no puedo tocar y que te la meneas tu o te la menea ella al final. Y me presenta a una cría de 21 o 22 años, con curvas como a mí me gusta, y ya pido que no me enseñen más. Carne joven y tersa, la quiero a ella.
Me hace pasar, me ducho, me echo en el suelo y ella encima, me llena de aceite masajeandome todo el cuerpo. Como ve que estoy nervioso, que soy un tío legal, educado y que, lo que es peor, no se me empina de los nervios, me dice que puedo tocar casi todo lo que quiera, pero con cuidado, y los besos en la boca suaves. De no poder tocar nada a tocar casi todo.... flipo en colores. En fin, me saca todo el "cargamento" que llevaba y como sobran unos minutos se echa conmigo a mi lado y hablamos, bueno habla ella, como hablan las jóvenes de sus planes de futuro y otras banalidades mientras disimulo que presto atención e interés, pero lo que realmente hago es acariciar suavemente aquella piel suave y tersa y aquellas tetas duras como hacía dos décadas que no tocaba.
Salgo de allí con 20 años más joven, mentalmente hablando, al menos durante unos momentos. Voy a casa hasta silbando y contento, totalmente convencido de que fueron los mejores 80 euros invertidos en bastante tiempo.
Ahora cada 15 días me suelto la melena, bueno la calvicie, y me voy o bien con una puta, o una masajista. Eso si, siempre jóvenes.
Es cierto que es de pago, fingido, pero hago casi todo lo que quiero, bueno prácticamente todo lo que me gusta. Si hay suerte y ella se corre, pues bien y sino tampoco me preocupa en absoluto. Ducha y para casa y mi estabilidad emocional, y sobre todo el amigo de abajo, lo agradece, vaya si lo agradece. Luego si en casa, cae algo más, mejor, y si no por lo menos no ando cabreado.
Y hasta, aunque sea hipócrita decirlo, quiero más a mi mujer, la number one como madre y esposa oficial.
Es lo que hay y perdón por el tocho.
Si me lo preguntan más o menos hace 10 años respondería con un NO sin dudarlo y con cara de gilipollas escandalizado. Si me la hacen desde hace un año hasta ahora un SI rotundo y con cara de mala hostia.
Tras llegar a los cuarenta, un buen día y tras sonar el puto despertador a las 7 de la mañana, te vas al cuarto de baño y cuando te acercas al espejo ves a un tipo que no reconoces, con más canas que pelo negro, con una calvicie que asusta y con arrugas varias a causa de lo avinagrado en que te estas volviendo debido a que, una vez más, tu mujer la noche anterior te ha contestado que le duele la cabeza, que tuvo mucho trabajo en la oficina, que nos puede escuchar la cría o que le vino la regla. A saber. Ves que el tiempo ya no pasa, cabalga tan rápido que las horas se convierten en minutos y estos en segundos.
Coges el coche y para no variar no pillas un puto semáforo en verde. Al menos, la suerte no es del todo esquiva y como hace buen tiempo las nenas de veinteypocos usan unas minifaldas que de mini lo tienen todo y de faldas nada. Se te pone dura, tan dura que cuando te encuentras al orco de compañera de trabajo en la oficina que, aunque no soportas, ves atractiva simplemente porque ya te valdría para descargar en algún chochamen a falta de mejor material, ya que lo de hacerte pajas con cuarentaytantos empieza a resultar patético. Y así un día tras otro.
He intentado todo tipo de trucos para que la oficial (con quien llevo casado casi 20 años) vuelva a ser la que fue, regalos, viajes, un vino caro para la cena del sábado o el día que fuere o incluso ropa interior picante para ella a ver si se daba por aludida. Pero no había manera.
Para colmo mi peor enemigo es el puto grupo de amigas de toda la vida de mi mujer. Estas que son para darles de comer aparte. Es que es para verlas: por un lado esta la solterona que digna de lástima, ridículamente y pisando los 50, aún aspira a que a su puerta llame un rico y guapo estilo Clooney, por otro la divorciada dos veces que tiene un imán para atraer a los tíos más sinvergüenzas e hijoputas de la comarca y para acabar esta la que o es lesbiana o la violaron alguna vez o ambas, porque odia todo lo que tenga rabo entre las piernas. Este grupo, cuando las veo en el salón, es que se me revuelve el estómago y me dan ganas de echarlas a patadas de casa porque no hacen más que despotricar contra todo macho viviente y comerle el coco a la oficial de que todos los hombres son unos cabrones.
Estoy convencido que en el fondo ven con envidia a la parienta, y se preguntan como coño hizo esta "mosquita muerta" para cazar a un tío como yo, en su época buena planta, modestia aparte, algo incauto y según dicen educado, que la lleva de viaje un par de veces al año, que le dió una cría rubia y de ojos verdes que como padre me cae la baba cada vez que la veo, un piso grande y bastante bien situado, una casa de finde y que todo lo que le pida si puede se lo da, aunque sea costa de pasarme 2 horas de coche y 10 de curro todos los días excepto fiestas de guardar y las vacas.
Pero yo sé como me cazó, o la cacé a ella nunca se sabe. Porque hasta hace 10 años, mi piba era capaz de extraerme el jugo 3 o 4 veces en una noche, que no se cortaba y pedía que le dieses por todos los lados y que paseando por el campo era capaz de arrinconarte entre los árboles para "violarte" allí mismo a riesgo de que nos pillarán y a fé que estoy seguro que más de un mirón se la meneó a nuestra costa. Que le aproveche.
Pero fue nacer la cría (aparte del trabajo psicólogico del grupo de arpías que se vienen a tomar mi café y mis pastas sin la suerte de que se atraganten), y como bien dice un forero más arriba el sexo se derrumbó. Debe ser que durante el embarazo tienen tal lucha hormonal en su interior y las que salen perdiendo son las del líbido, si es que existen las feromonas esas.
Primero pasó a un par de veces a la semana, luego una vez y luego ya ni te acuerdas cuando fué la última vez que lo has hecho.
Hasta que una noche, tras la enésima excusa de turno por parte de la oficial, te quedas mirando pensativo hacia el techo y te acuerdas de tu imagen en el espejo, de tu fecha de nacimiento y de lo que has tenido que pagar en el IRPF o de facturas y te preguntas si hace falta algo más para seguir haciendo el tonto.
Y le das vueltas a la cabeza, que si, que no, que no voy a ser capaz, y al final mientras vuelves del curro, en un arrebato, paras el coche en una gasolinera, sacas el móvil y llamas a esa masajista de final feliz que viste por internet, por aquello de que para empezar y por si te arrepientes no está algo grave. Y llamas, más nervioso que un crío de 15 años ante su primera cita. Al día siguiente tocas el timbre de su puerta, acojonado. Amablemente me hacen pasar, me dicen las condiciones, que no puedo tocar y que te la meneas tu o te la menea ella al final. Y me presenta a una cría de 21 o 22 años, con curvas como a mí me gusta, y ya pido que no me enseñen más. Carne joven y tersa, la quiero a ella.
Me hace pasar, me ducho, me echo en el suelo y ella encima, me llena de aceite masajeandome todo el cuerpo. Como ve que estoy nervioso, que soy un tío legal, educado y que, lo que es peor, no se me empina de los nervios, me dice que puedo tocar casi todo lo que quiera, pero con cuidado, y los besos en la boca suaves. De no poder tocar nada a tocar casi todo.... flipo en colores. En fin, me saca todo el "cargamento" que llevaba y como sobran unos minutos se echa conmigo a mi lado y hablamos, bueno habla ella, como hablan las jóvenes de sus planes de futuro y otras banalidades mientras disimulo que presto atención e interés, pero lo que realmente hago es acariciar suavemente aquella piel suave y tersa y aquellas tetas duras como hacía dos décadas que no tocaba.
Salgo de allí con 20 años más joven, mentalmente hablando, al menos durante unos momentos. Voy a casa hasta silbando y contento, totalmente convencido de que fueron los mejores 80 euros invertidos en bastante tiempo.
Ahora cada 15 días me suelto la melena, bueno la calvicie, y me voy o bien con una puta, o una masajista. Eso si, siempre jóvenes.
Es cierto que es de pago, fingido, pero hago casi todo lo que quiero, bueno prácticamente todo lo que me gusta. Si hay suerte y ella se corre, pues bien y sino tampoco me preocupa en absoluto. Ducha y para casa y mi estabilidad emocional, y sobre todo el amigo de abajo, lo agradece, vaya si lo agradece. Luego si en casa, cae algo más, mejor, y si no por lo menos no ando cabreado.
Y hasta, aunque sea hipócrita decirlo, quiero más a mi mujer, la number one como madre y esposa oficial.
Es lo que hay y perdón por el tocho.