Esa es la triste realidad.
Lo que verdaderamente odio son a aquellas personas que por ahorrar 50 céntimos hacen lo imposible. Pero claro, si le dices que no se puede estar todo el fin de semana de gorra eres tú el rata.
Es interesante ver a donde puede llegar la miseria humana. Que un colega nos acerque a 50 km de distancia y ese día nos pida dinero (nunca lo hace y es "nuestro taxi") para gasolina es algo que cualquiera puede entender. Pero claro, uno de los nuestros no lo entiende así y se negó por completo a apoquinar dos míseros euros como si en ello le fuera la vida. Muy ruín, demasiado.
Este mismo personaje se negó a pagar el peaje de las autovías en un viaje reciente por el sur cuando todos lo aceptaron sin problemas.
Y en la otra cara de la moneda se encuentran los tristes que se dejan los cuatro duros que ganan de mecánico para invitar a mujeres que nunca llegarán a nada con él. Y es que por muy gilipollas que seas y pagues no te van a querer si pesas 100 kilos
Asco.
P.D: Joder, que mensaje más largo. Espero que no se vuelva a repetir, no vaya a ser que me confundan con alguien que aporta cosas.