Como se puede ser tan jodidamente superficial. Pero supongo que también muchos hombres lo son. Quizá la mayoría de la gente lo sea. Sean incapaces por ende de amar. Viven una vida cual lobotomizados emocional y espiritualmente, solo pendientes de conseguir metas materiales a corto plazo.
Como se puede desperdiciar así una vida, rebajándola a la mera satisfacción de nuestros instintos y bajezas dentro de la más absoluta mediocridad, incapaces de sentir ni de pensar fuera de lo que es el anhelo de bienes materiales.
No son si no garrapatas humanas. La garrapata es un animal cuya vida consiste en esperar agazapada bajo la hierba sentir el calor de un cuerpo al cual se apega y del que chupa la sangre. No conoce otra cosa, siquiera tiene ojos para ver otra realidad, es su vida eso, como la que parece ser la de tantos. Rebajarse a ser una jodida garrapata, sin inquietudes, sin personalidad, simplemente chupar bienes materiales, y con eso las y los garrapatas se sienten satisfechos.
Pero que previsibles son, que vida más unidimensional la suya, que carencia de misterio y de grandeza supone su existencia. Y que alejados de mí están.
Yo no pertenezco a su especie, no, joder, NO.
Definitivamente, no tienen alma, o la han atrofiado tanto que apenas brilla como una lucecita ridícula entre tanto excremento. Muchos de ellos son insalvables, entidades tan apegadas a la materia que requerirán miles quizas de encarnaciones antes de purificarse siquiera un poquito. Y que destino más cruel les espera tras su muerte, perdidos como entidades fantasmagóricas en un mundo que ya no es el suyo sin poderse elevar por todo el peso de sus miserias.
Y pueden maquillar sus carnes, pero yo veo su aberrante faz interna su monstruosidad, su taradez mental y moral, que les convierte en seres viles y ruines con una fealdad inaudita.
Ellos eligieron vivir como una garrapata.
Que equivocados están.
Compadéceles, poeta, siente piedad de ellos filósofo, pues suyo es el Mundo de los Muertos en Vida.