Capitan Pescanova rebuznó:
Cuentas las cosas como si fueses Kokillo y hubieras estado allí.
Afortunadamente hay papeles que explican las cosas tan claras que parece que hay estado uno delante. Normalemnte cuando caen todas las dictaduras y los regimenes suelen destruir documentacion para nodejar constancia de los disparates que han cometido, aqui eso solo pasa cuando el pp pierde las elecciones.
os pa, tengo ladillas como centollospe, tengo ladillas como centollosles del ca, tengo ladillas como centollosso Di Sté, tengo ladillas como centollosfano La Vanguardia
25 de febrero de 2013
Hoy mismo la Hoja del Lunes publica en primera plana el acto de la firma [entrecomillado en el original] del traspaso de Di Stéfano del Millonarios al Madrid, como si esto fuera la firma del tratado de España con Estados Unidos, pongamos por caso. Lo curioso, repito, es que tal firma es papel mojado…”. Esta irrebatible conclusión sobre el polémico fichaje de Alfredo di Stéfano por el Madrid en el verano de 1953, que trastocó la historia del fútbol español y mundial, pertenece a una carta que el presidente de la Federación Española de Fútbol, Sancho Dávila, envió el 17 de agosto de 1953 a su superior, el delegado nacional de Deportes (DND) del gobierno franquista, el general Moscardó, conde del Alcázar de Toledo.
La recuperación de un dossier polvoriento de la secretaría general de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, correspondiente a su sección técnica y con el epígrafe “Asunto: Di Stéfano”, permite remachar con más fuerza si cabe las conclusiones que ya se desprendían de las investigaciones más profundas que se han realizado sobre el robo de Di Stéfano al FC Barcelona. Todos los tejemanejes político-deportivos y la actuación descarada de Santiago Bernabeu, el presidente del Real Madrid, y de su mano derecha, Raimundo Saporta, en este caso quedaron al descubierto en el libro El caso Di Stéfano, publicado en el 2006 y fruto de una paciente investigación de Jordi Finestres y Xavier G. Luque.
La documentación que ahora sale a la luz, localizada por los mismos investigadores con la colaboración del periodista británico Sid Lowe, añade un sello de oficialidad a las maquinaciones que impidieron que el Barça reuniera a Kubala y Di Stéfano y abrieron la puerta a la formación del mejor Madrid de todos los tiempos. Un club que en 1953 había conquistado apenas dos ligas y se convirtió en el rey del fútbol con cinco Copas de Europa consecutivas gracias a la incorporación del genial futbolista argentino y al potencial económico que obtuvo a partir de 1947 con la apertura del nuevo Chamartín.
El dossier de la Falange –organización de la que dependía el deporte español en aquellos momentos– es contundente. Incluye copias y originales, según los casos, de documentos relativos al asunto. Todo arranca con un telegrama del general Moscardó, que se dirige al ministro secretario general del Movimiento, Raimundo Fernández-Cuesta, hermano del fundador del diario deportivo Marca. Le ruega “encarecidamente” que apruebe una orden prohibiendo el fichaje de extranjeros “para evitar actitudes y situaciones incómodas”.
La medida, como otras muchas que se sucedieron en ese momento, estaba pensada para que los dirigentes del FC Barcelona renunciaran a sus derechos y los compartieran con el Madrid. Tuvo un efecto colateral, las protestas de otros equipos españoles que estaban negociando con futbolistas foráneos. En el dossier de Falange consta la instancia de Manuel Torras Ventosa, en representación del Espanyol, en la que “expone” el grave perjuicio que sufre el club en su negociación para incorporar al chileno An-
drés Prieto Urrajola y “suplica” una excepción para su caso. En términos similares, documento también recuperado, se dirige el Valladolid para salvar el fichaje de Carlos Ducasse, para el que, aclara, no hace falta “utilizar divisas”, pues este era otro de los puntos de presión sobre el FC Barcelona: el pago efectuado al River Plate de Argentina para el fichaje de Di Stéfano. Como se narra con detalle en el libro antes citado, el encargado del control de divisas, Alejandro Bermúdez (presidente del Instituto Española de Moneda Extranjera), se convirtió en directivo del Real Madrid poco después del final feliz (para los intereses blancos) de todo el caso.
Preocupado por el cariz que tomaban los acontecimientos y el cierre de fronteras decretado por Moscardó y el ministerio, el presidente de la Federación Española de Fútbol hizo una pausa en sus vacaciones y se dirigió por carta al delegado nacional de Deportes. En este documento que ahora sale a la luz, Sancho Dávila (destacado falangista, emparentado con José Antonio Primo de Rivera) explica a Moscardó que está siguiendo el asunto Di Stéfano “a través de la prensa” y que supone “que este es principalmente el que ha motivado su telegrama”. Pasa entonces a “explicarle sucintamente” el caso.
Dávila parte, como todo analista neutral del caso, del llamado pacto de Lima, que estableció que Di Stéfano jugaba en Millonarios de Bogotá de forma ilegal y debía regresar a River Plate como muy tarde el 15 de octubre de 1954. Explica luego a su superior que Millonarios “no puede traspasar a Di Stéfano a ningún club del mundo sin permiso de River Plate de Buenos Aires, que es el club al que debe volver el 15 de octubre de 1954”. Comenta que el jugador “parece supera incluso a Kubala” y que el Barça “parece que ha conseguido la conformidad de River a partir de octubre de 1954” (hecho plenamente documentado), “y el Madrid ha logrado la conformidad de Millonarios desde ahora mismo. Pero… ni Millonarios puede traspasar sin permiso de River (que no lo da), ni el River disponer del jugador para cederlo al Barcelona hasta octubre del 54”.
A pesar del embrollo, Dávila opina que “la cosa es muy sencilla” y apunta: “Nosotros tenemos comunicaciones de la FIFA que aclaran el camino”. El punto de vista debía ser muy simple, según explica el presidente de la Española, cuando sentencia: “Hoy mismo la Hoja del Lunes publica en primera plana el acto de la fir
ma del traspaso de Di Stéfano del Millonarios al Madrid… Lo curioso, repito, es que tal firma es papel mojado, porque no tiene en primer lugar la conformidad del River y después, la autorización de esta Federación Española…”.
El presidente de la Española consideraba “papel mojado” el contrato con el que forzaron al Barça a compartir primero y a acabar cediendo luego sus derechos, legales y efectivos, sobre Di Stéfano. Sin comentarios.
Sancho Dávila redactó esta carta el 17 de agosto. Apenas un mes más tarde los presidentes del Madrid y del Barça firmaban el pacto de la vergüenza (Di Stéfano jugará a años alternos en cada club) y posteriormente se produjo la dimisión en pleno de la directiva azulgrana y la cesión de todos los derechos al Madrid. Un asunto “tan sencillo” como decía Sancho Dávila –que dejó la presidencia meses después– se había convertido en el cambio de camiseta más descarado de la historia del fútbol. En el dossier de la Falange constan otros documentos, como la carta de Sancho Dávila a su camarada falangista y ministro Raimundo Fernández Cuesta para mantenerlo al corriente del caso. Le explica que acudirá al pleno de la DND “de finales de mes en San Sebastián”. Fue donde Moscardó remató la estrategia para arrebatar a Di Stéfano al Barça, coincidiendo con el veraneo de Franco en el palacio donostiarra de Ayete y los consejos de ministros que se celebraban en San Sebastián.