Tirao rebuznó:
Yo no hablo de buenos ni malos. Esto es un conflicto de nacionalismos, en este caso el español y el catalán. El catalán partía de una situación de marginalidad, de inexistencia. En los 80 en Barcelona nacionalistas con la estelada eran cuatro frikis. Pero frikis muy frikis, como los anarquistas en cualquier ciudad de España.
A partir de aquí, el nacionalismo catalán ha seguido una estrategia agresiva disfrazada de victimismo, a menudo filofascista y de imposición, mientras el nacionalismo español, representado en Madrid por una izquierda a la que le cuesta decir la palabra "España", y una derecha acomplejada y aún más miserable que la izquierda; siguiendo políticas linguisticas absurdas allí donde gobernaba solo por parecer tan guay como el PSOE y tratar de que no le robasen votos.
Pero todo esto da igual. Como digo, la situación en Cataluña ha superado el punto de no retorno. Eso no admite discusión. Lo mejor para España es partir peras ya; que ERC gane unas elecciones plebiscitarias y declare la independencia unilateralmente.
Para Cataluña lo mejor es obtener un nuevo pacto fiscal a la vasca y/o una reforma constitucional en plan Estado asociado, o Estado federal. En ambos casos es seguir parasitando y colonizando España con sus productos mientras se quedan con una mayoría de los impuestos que generan, y mantener su influencia en el Congreso y en Madrid, para atraerse inversiones como llevan haciendo desde tiempos de Franco.
Esto último es lo que pasará, porque es lo que interesa a Cataluña. La gente no es consciente del poder económico y cultural de Cataluña en España.
Sólo por clarificar, porque no estoy seguro de que haya quedado cristalino, no he pretendido en ningún caso poner etiquetas a nadie del foro. Partiendo de ese punto en el que podemos discrepar, no voy a faltar a nadie.
Dicho esto, creo que la realidad es que tanto a Cataluña como a España, al menos
a día de hoy, les merece y mucho estar juntas. Económicamente hablando, pese a que, irónicamente, gracias a los boicots las exportaciones al extranjero han crecido, España sigue siendo el mercado de Cataluña. Por otro lado, la importancia comercial e industrial de Cataluña es algo que España no puede permitirse perder.
Sigo pensando que cuando hay quien piensa que los catalanes (o quien sea) nunca va a parar de pedir, yo discrepo. Lo que creo es que hay que sentarse todos a hablar de lo que queremos para el país o nuestra región. Es evidente que hay pasos intermedios que pueden beneficiar a todos sin renunciar a lo que queremos.
A Cataluña le pueden interesar ciertas competencias, pero está claro que también le beneficia el pertenecer a España. En este caso, una federación sería algo que daría a Cataluña todo lo que pide, sin perder el estatus que da ser una nación grande.
Sí, podemos criticar España lo que queramos, pero aún con todo es una de las economías más importantes del mundo. No creo que a nadie se le escape eso. Si las cosas se hiciesen bien y no diésemos pena en muchos casos, qué no podría ser este país. En ese sentido, más aún, le podría interesar a Cataluña seguir formando parte de España.
Por tanto, hay que poner sobre la mesa las cosas bien claras. Cristalinas.
¿Ustedes qué desean? Si las condiciones son inaceptables o simplemente los catalanes insisten en independencia sí o sí, se hacen las cosas bien, se monta referendum y fuera. Con todas las consecuencias. Si por el contrario, se debate y se llega a qué Cataluña y el gobierno central aceptan las condiciones de ambas partes, se puede seguir adelante.
Es interesante dejar claro que una federación exige empezar de abajo a arriba, es decir, decidir entre los miembros qué competencias tendrá en exclusiva el gobierno federal (que habitualmente suelen ser moneda, relaciones exteriores, defensa...) y son cedidas por los estados, mientras que el resto de competencias serían exclusivas de cada estado.
Aunque lo de las relaciones pueda ser algo que cause cierta tensión, está claro que en el resto son todo ganancias para una hipotética Cataluña como estado.
En resumen, debatir en una mesa qué es lo que se quiere. Que están dispuestas a ceder cada parte.