Me acerco a él lentamente mientras guardo mi sable; me arrodillo clavando mis ojos en él. Percibo el miedo en su mirada, de hecho, creo que se acaba de mear encima. Intento sonreír para empetizar con él, pero creo que ver mis colmillos sólo le causa más miedo. Intento meterme en su mente aunque sólo sea para saber, a nivel muy superficial, qué está sintiendo. Para ello, coloco mi mano en su frente, no porque lo necesite, sino porque quiero que se sienta algo intimidado y, por qué no decirlo, un poco asustado, y en consecuencia, sea más receptivo a dejarse PENETRAR por mi mente WOOKIE.
[Dime qué tirada tengo que hacer, por las penalizaciones y eso].