Comparezco humildemente ante ustedes para dejar constancia de una derrota: la mía.
Con el ánimo de recuperar ese día que la semana que viene no podré dedicar a mis obligaciones Smolovianas, he ido al ginlasio con la intención de hacerlo hoy.
Mi jornada sientaladillera debiera haber constando de:
1x3x87
1x3x89,5
1x4x102
5x5x114,5
Con 87, 89,5 y 102 bien. Con la primera de las 5 de 114,5 han saltado las primeras alarmas. Lo que debiera haber sido una mera supervisión por parte de mi apelero sin bicho se ha tornado en una ligerísima ayuda, poniendo en alguna rep. sus manos bajo mis axilas sin intención homo. Pero en la segunda el desastre se ha consumado: he hecho las 5 reps. pero e este caso la ayuda ha sido algo más clara. Me quedaban 3 series aún por delante y era evidente que hoy no podría ser.
Me he encontrado absolutamente falto de energías, sin ánimo, sin entusiasmo, sin esa exceitación de darlo todo ante los hierros. Hoy no era el día. Hoy no ha sido el día. HOY HE FRACASADO.
Teniendo en cuenta que de jueves a domingo no podré entrenar, ahora se me plantean dos tesituras:
1. No hacer absolutamente nada toda esta semana, dado que me va a ser imposible cumplir con la planificación de 3 días que correpondería a la semana 11. Desconozco en qué medida puede afectar al devenir de mi rutina y si ello puede ser contraproducente para la recta final de mis 13 semanas. Confieseo que, tras la decepción de hoy, la idea de reposar todos estos días es muy tentadora (al contrario que me suele suceder habitualmente, que tiendo a hacer demasiado).
2. Hacer esta semana lo que las fuerzas me pemitan (1 ó 2 días de Smolov) y dejar lo que me quede pendiente, de tal manera que de ahora en adelante arrastre esa rémora hasta que pueda recuperarlo y que vuelvan a coincidir los días de entrenamiento con los de la planificación.
Sea como fuere hoy no caben otros términos que DECEPCIÓN, FRACASO, DERROTA y HUMILLACIÓN. Pero no RENDICIÓN. Eso, JAMÁS.