El Partido de los Tramposos
¡Rajoy exige que las dos manis de hoy contra el terrorismo se desconvoquen!
En 1970 fue estrenada la película El día de los tramposos, un western dirigido por Joseph L. Mankiewicz, con Kirk Douglas y Henry Fonda en los papeles estelares. El film refleja de algún modo, con brillantez y talento argumental, la confrontación entre la decencia y la inmoralidad. Si todavía siguiera vivo ese gran director norteamericano, de ascendencia polaca –quien rodó el mismo año 70 un magnífico documental sobre la figura y asesinato de Martin Luther King-, ahora podría ahondar en el universo de ciertos rufianes o de gentes sin apenas escrúpulos. Para ello debería trasladarse a España y sumergirse –para preparar su guión- en el mundo de los genoveses.
Y es que el PP se ha convertido en el Partido de los Tramposos. Nos vendieron los embustes de las armas de destrucción masiva y otras falsedades para justificar la guerra de Irak, cuyas escalofriantes consecuencias están cada vez más a la vista hasta de los ciegos. Nos hicieron creer que la masacre del 11-M había sido culpa de ETA. Luego empezaron a hacer juegos de mano e ilusionismo de mesa camilla difundiendo la teoría de la conspiración, aderezada con delincuentes habituales y espolvoreada con ácido bórico de la acreditada factoría Ramírez y Losantos. Mientras, describían el proceso de paz como si fuera un coche-bomba de ETA, conducido por Rodríguez Zapatero, encantado de agradar a sus amigos terroristas, a los que estaría regalando tanto Euskadi como el islote de Perejil.
Arma arrojadiza
Estos trileros de feria montaron también tíos vivos, toboganes y casetas de tiro al blanco. El blanco era, por supuesto, el Gobierno; el premio, asistir a una manifestación organizada por Alcaraz con el fin de insultar a Zapatero y a su abuelo, jalear a la COPE y aparecer en Telemadrid. Hubo cinco convocatorias y ETA, la verdad, salió bastante bien librada de las cinco. Los participantes, entre los que se hallaban las caras más conocidas de la tropa popular, incluidos Aznar y Ana, arremetieron contra el PSOE y sus aliados, acusados de destruir España. El terrorismo estuvo presente, claro, pero sobre todo como arma arrojadiza contra el presidente.
Rechazo explícito
¡Y ahora Rajoy ha pedido que las manifestaciones de hoy, en Madrid y Bilbao, sean suspendidas! No sólo no va el PP, sino que su jefe solicita que las marchas anunciadas no se lleven a cabo. Las dos se fundamentan en el rechazo explícito al terrorismo y la violencia, con alusión directa, en la de Bilbao, a ETA. ¿Por qué incomoda a la derecha este repudio inequívoco al terrorismo? ¿Por qué han estado repitiendo unos y otros, los jerarcas genoveses, que exigían en la manifestación de Madrid la palabra libertad y, minutos después, de que UGT la hubiera aceptado, Rajoy rompió la baraja?
Como acostumbra
Hace dos días, Acebes bramó como acostumbra. Dijo en Telemadrid: “Es una manifestación no por la unidad, sino que han provocado una manifestación de la división en la que se niegan (…) a incluir en el lema lo más importante, el valor más importante, el derecho más importante, que es el de la libertad”. Ni por ésas. Reclamaba Acebes la libertad de boquilla, como ariete para boicotear la manifestación. Si esta manifestación de Madrid divide, ¿cómo habría que calificar a las de la AVT, transformadas en mítines de su partido, señor Acebes?
Derecho divino
Actúan como petardistas. No construyen, destruyen. Predican una cosa, hacen la contraria. Continúan convencidos de que ellos son, por derecho divino, los amos de una finca llamada España. Durante siglos lo fueron. En 1977 empezaron a resquebrajarse sus privilegios ancestrales. Son jugadores de ventaja y no saben perder. Ni están dispuestos a ello. Han descubierto la libertad –a la que tanto dicen venerar- tarde. De modo que a los tramposos se les ve con demasiada facilidad el plumero.
E.S.