A mí como cine machote no me parece malo, tiene escenas molonas como la de Richard Harris entre copos de nieve y tal, Crowe cortando cabezas a dos manos, Reed soltando su último y glorioso speech, y la habitual espectacularidad fotográfica ridliana. Lo peor que le veo es el casting de la grimosamente recauchutada mujer de Ridley como esposa de Maximus Decimus Meridius (me corta el clímax totalmente), y la música de guitarra flamenca ilustrando tal época, ineptitud absoluta de asesoramiento musical (si es que existió tal cosa en esta peli).