Pues nada, ya sabemos por qué hay tanto paro en España, porque hay mucho señorito que no quiere desviarse un milímetro de lo que él cree que deben ser sus atribuciones. Queda patente.
A, ver, misógino, que desbarra usted.
Claro que hay convenios férreos, del estilo
@yonoloestoy. Y así nos va.
No solo hay convenios, sino que hay paridas de prorratas de pagas extras, bases de cotización, bases reguladoras, etc. Un infierno de cuando Paquito, pero mire, es lo que hay, una administración totalmente apesebrada aún más inmovilista, que se beneficia de todo ello.
Que haya convenios no es limitante hacia arriba, pero sí debe serlo hacia abajo siempre que no haya contraprestación.
El ejemplo del camarero: fantástico, cafeses y llevar y traer bandejas. Ahí tiene sus 1.000 merkels brutos de mierda por sus ocho horas al día.
El empresario moderno, si se puede llamar moderno al del bar, le diría: hombre, si le das al photoshop y sabes hacer carteles. Mira, dale 7 horas a la barra, la hora restante me vas haciendo lo cartelitos, y te apoquino 1200 merkels. ¿Te parece?
Utópico, sí, donde lo habitual es que cuando uno entra en una empresa, lo primero que hacen es pincharle la escoba por el culo y a barrer mientras va y viene a la fotocopiadora. Por eso quieren siempre gente joven, virgen en estas lides, a la que le cuesta decirle al jefe que traiga la escoba que le da unas clases de barrer, si quiere, dentro del horario.
Pero vamos, que es contraproducente para todos. Empresarios hijos de puta crean empleados hijos de puta.
En mi humilde experiencia en el sector de los recursos humanos, me sería imposible decidir quién puede llegar a ser más hijo de puta, porque cuando creí haberlo visto todo, unos y otros me volvían a sorprender.