Hace ya muchos años uno de los primeros trabajos que tuve fue estar 2 meses y medio trabajando como grabador de datos (nueve horas diarias más otras cuantas extras, desde las nueve de la mañana hasta, algunas veces, las 9 y media o las 10 de la noche), metiendo miles de solicitudes de opositores a plazas de personal laboral para una Diputación provincial.
No os podéis imaginar lo que es teclear durante horas y horas, leyendo de los impresos minuciosamente, para introducir nombre, apellidos, dirección, Dni, teléfono, etc. y ¡sin derecho a equivocarte! Cuando metías un registro, lo revisabas de nuevo letra por letra, lo grababas y al siguiente... 1+1+1+1+1...
Eran frecuentes los mareos por el agarrotamiento de las cervicales, los dedos anquilosados de teclear, el culo dormido de no levantarte del asiento, el dolor de cabeza, la vista nublada de mirar la pantalla o la solicitud o que ni siquiera tuvieras posibilidad de ir a mear si no era pidiendo permiso a la puta jefa que nos vigilaba. El almuerzo era un bocadillo con una cerveza en el jardín del edificio antes de seguir otro porrón de horas por la tarde hasta que anochecía.
Los impresos los cogíamos en cajas, cada una de 10-15 kilos de peso y luego, después del registro de todas las solicitudes de cada una, las almacenábamos. Calculo que durante los dos meses y medio metí varios miles de solicitudes. Cuando creí que ya habíamos acabado de registrarlas todas, nos llega un día un supervisor de arriba y nos dice que ahora tenemos que buscar los registros en el ordenador y coger las solicitudes una por una y revisar si todos los datos eran correctos y estaban bien grabados. Mecagoensuputísimamadre.
Por si faltaba poco, algunos días la base de datos no funcionaba como debía (los ordenadores estaban conectados en red y la red fallaba más que una escopeta de feria) y teníamos que remeter decenas y decenas de solicitudes que no se habían grabado correctamente.
El sueldo raramente llegaba a los 700-800 euros al mes.
Ninguno de los que ganaron la oposición me lo agradecieron nunca...