Traumas infantiles

Yo con seis años me negué a lo siguiente: ponerme un gorro de piscina blanco para hacer de ratoncillo en la obra del flautista de Hamelin.

Veia que eso era jodidamente una cutrada. Yo, de hacer de rata (matizo luego), como mucho, iba a hacerlo con un súper disfraz currado, no con el puto gorro de piscina.

Luego estaba que mi papel era jodidamente secundario. Yo quería ser el flautista, no aparecer ahí de rata junto a cinco o seis más unos pocos segundos, que ese era el plan. Y de hacerlo, que el no protagonismo no me molaba un pelo, podía llegar hacerlo bien hecho, con el disfraz ya fabricado y creíble, algo así:

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Eso era lo que yo tenía en mente, y a modo de favor además, y van y me presentan un gorro de piscina y un chandal blancos. Me negué y no lo hice.

Os juro que todo eso pasaba ya en mi mente con tan corta edad.
 
A Tormento:

Y ahora lo de la ducha. En fin, no voy a escucharte más, me parece inaceptable todo. Tienes una voz muy bonita, tus padres están tarados.
 
Este hilo es un deja vu.
Los míos son archiconocidos,Yumas, exhibición de caballos jerezanos en un pabellón de deportes, el cuenta cuentos torero Sebastian Torquelinares y recibir en Reyes un ordenador pensando que era un Commodore 64 y era unas ruletillas con dos bornes para dos bombillas que encendían poniendo SI/NO
Tus traumas infantiles con las figuras de autoridad ahora hacen que votes lo que votas.
Si no te joden desde arriba no estás contento.
 

Podría ser.. pero que sus movidas sexuales han tenido impacto en mi vida adulta desde luego lo puede confirmar cualquier psicólogo de tres al cuarto.

Eso solo lo arreglas follándote a tu madre, que, por otra parte, me da a mi que lo está deseando. Mueve ficha, quizá para mañana sea tarde...


En mi pueblo unos chavales hicieron un circuito de BMX. Era la época de los "Vicivoladores" y claro había que entrar en el circuito aunque no tuvieras nivel. Pues allí que mi compa y yo nos metimos, yo con mi campeón 1 (los mas viejos del lugar la recordaran) y mi colega con su BMX de suspensión que cuando pedaleabas se te hundían los pies. Pues que el colega coge un salto y al caer malo se le mete todo el asiento de plasticorro por el ojete. El con el pantalón lleno de sangre y yo corriendo a la primera casa que vi a pedir ayuda. A final el en el hospital y después de tantos años no tenemos tanta amistad, pero nunca hemos hablado del tema. Nunca.

¡Oh, qué trauma! tu amigo se llevó un hostión, no comprendo cómo has podido superarlo.


Más aún que los chándales rojos con parches negros, mi atrocidad (una de ellas, mi madre era y es una puta loca) eran los pantalones de pana.
Al mínimo agachamiento, forcejeo, o subida y bajada de la tapia típica, ras, abanderados blancos diciendo "ola k ase" al jolgorio del patio.
Como todo el mundo sabe, los críos de 8 años no se mueven como para romper pantalones, y son especialmente comprensivos con el mal acaecido a otro ochoañeros.
Pues hala, zurcida, y a correr. Y la tía se compraba sus buenas pieles, eso yes, que me acuerdo como si fuera ayer.

Yo tengo una foto en la que voy vestido con un pantalón de pana marrón pata de elefante, que debía ser de mi padre o de algun tío de cuando eran jóvenes, que ademas me quedaba algo corto, y un “nique” o “niki” de los años 70 con un cuello exagerado, esto en 1984.

Creo que mi trauma era ir a menudo con ropa, no ya fea o de otra época, o que ni me tallaba bien, sino que no era de niño o adolescente. Otros con camisetas molonas y yo con una camisa de mi abuelo o algo. A menudo me quedaban ya cortas en la adolescencia, y he desarrollado un gusto/necesidad por camisetas molonas largas.

No haberme comprado la bicicleta por un juramento de mi padre. Resulta que era conductor de autobús y chafó a uno que se le cruzó con la bicicleta. Ël siguió conduciendo autobuses, pero yo me quedé sin bicicleta. Ese hecho me ha convertido en el inútil que soy.

A mi tampoco, pero lejos de tener una excusa diria que todo lo contrario. Recuerdo que se la pasaba hablando de que en España crecían las uvas al lado de la carretera y que pasabas en bicicleta y cogías las que quisieses y blao blao. Una película idílica en la que ibamos todos en bici paseando y comiendo uvas. Llegamos a españa, me botan en la aldea tres meses y medio de verano con mis abuelos ¿y la bicicleta? Bien, gracias...

Es que, de hecho, pasó un episodio bochornoso, precisamente con el primo que quería preñar a su hermana, que era 3 años menor que yo, resulta que él con 11, tenía bicicleta, yo con 14 no, no tendría hasta que me compré una a los 20 cuando ya trabajaba, que por cierto me la jodió mi padre con el coche en el garage del pueblo al aparcar.

Bueno, pues se van a la ciudad y por lo visto no tenía donde dejarla y le dicen a mis abuelos que si la pueden dejar en su patio, pero que no se me ocurriera cogerla. Ni tan pronto habian arrancado ya estaba yo encima, recordad, 14 años,
Y acababa de aprender a andar en bici en la de carreras de otro chaval, total que éramos 4 o 5 y con esta dos bicis, y nos fuimos a otros pueblos, iban dos, volvían, y así, los otros no tenían en españa porque no vivían en españa, yo y el de la bici de carreras habíamos llegado ese verano, mi primo el año anterior.

El caso es que se le bajó una rueda, yo acojonado, no sabía si estaba pinchada o qué, llegan de vuelta al pueblo y un escándalo, había osado mancillar su sacrosanto corcel, y no conforme con eso habia pasado de mano en mano, todos la habian disfrutado, parecía como si nos hubiesemos follado a su mujer entre todos. La cosa estuvo tan pesada, de la mano del berrinche de gritos y llantos del primo, que al final su propia familia sintió pena de mi, su tío me llevó a la gasolinera más cercana a ponerle aire a la rueda, su abuelo, días después, me dió dinero para que fuera juntando para una bicicleta. Cosa que nunca ocurrió porque, si solo me hiciera falta una bicicleta...

El caso es que el asunto trascendió y recuerdo a mi tío intentando convencer a mi padre de que me comprase una bici, y mi padre que no, y en un punto saca diez mil pesetas del bolsillo y pregunta cuanto cuesta, mi tio le dice que lo menos unas 15 y entonces se las vuelve a guardar y que no. Que no sé si pretendía darle las diez mil a mi tío o a mi para que la fuésemos a comprar o qué. Vamos que, si hubiese costado diez mil o menos igual sí que hubiese tenido bicicleta. Que en ese contexto era esencial, por estar aislado en una aldea sin siquiera un bar o una tienda.

Lo de la ropa también lo sufrí pero fue cuando era muy pequeño y solo lo vi en fotos. Eso sí, lo de llevarme a mi y a mi hermano a cortarnos el pelo a una academia de peluquería era para perder la custodia.
Recuerdo el último día que fuimos ya que me negué a volver y mi made no me dijo ni mu y eso que pagaba una mierda. Me tocó in fumeta con cara de subnormal que del estropicio que me hizo el dueño pasó por allí y soltó un "pero qué hiciste!". Me lo arregló un poco pero quedó como el culo.

A mi tambien me mandaba mi madre a una academia a cortar el pelo, doscientas pesetas creo, tampoco es que fuera un regalo, fui años, peeo no de niño, de adolescente, entre los 14 y los 18 o 19. No sé si me quedó trauma, te puedo decir que hace muchos años que me corto yo el pelo. Y no, no soy calvo.

La cuestión del Porno

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Poco podremos ahondar en esas costumbres que se antojan macaquiles. Yo lo que puedo comentar es un trauma que le causé yo a un primo mío. A la edad que me había enterado yo del mete saca se lo conté yo a él. Pero él no se lo tomó como yo, a sus siete años se echaba desnudo encima de su hermana don el piticlín al aire porque quería que tuvieran un hijo. Claro que eso repercutió en mi ya que su madre me echó la culpa y me llamó la atención delante de todos.
 
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Concrepo con el autor del tema con el coñazo de la ropa. Era una obsesión la indumentaria que me hacían llevar en mi época prepuber. Especialmente en las fiestas patronales del pueblo y banquetes de mierda. Le cogí tal aprensión a la moda, que siempre he sido un outsider y he ido a contracorriente.

También he tenido complejos con mi físico, recuerdo que en la peña del pueblo nunca destacaba en nada, ni en ir en bici, ni en jugar a algún deporte, ni en nadar, etc. Con razón no follé a ninguna del grupo (creo que fui el único que ni la cebolleta arrimé). Siempre recordaré aquellas infernales etapas alpina en las que ibamos a merendar al monte, y yo siempre hacía la goma, menos mal que siempre había algún piadoso gregario que intentaba que me uniera al grupo.
 
Tengo un trauma con los regalos, hasta el punto de odiarlos, en cumpleaños nunca tenía nada, salvo cosas relacionadas con el estudio o ropa de mierda que no me gustaba, y en Reyes solo me dejaban pedir dos cosas, luego me traian lo que les salía del nabo, anda que no pedi veces el cocodrilo sacamuelas, y un poco más y me lo traen el año pasado. Encima mi Padre siempre usaba la misma excusa " Hemos estado hablando con el Paje Aliatar, y no te van a traer eso que pediste, si no esto y esto otro, e igual una sorpresa " y la sorpresa eran un puto revoltijo de caramelos.

Alguno podrá pensar que eramos una familia humilde o que no entraba mucho dinero en casa, que va, mi Padre tenía un par de empresas que le daban dinero a paladas, jamás los vi ni cenar por ahí ni vacaciones que no fueran irse al pueblo. Para más Inri un amigo mío de la infancia, su padre era empleado del mío, y a ese hijo de puta le traían de todo, y la ropa que pedía etc, con los años entendí que el dinero te hace tan miserable ...
 
Si de ropa también tengo. A mi madre le dio por ponerme un día una boina de esas francesas y una corbata de cuero amarilla y con eso a irnos de compras donde por supuesto me encontré a todos los vecinos. Aún guardo esa puta corbata para encasquetársela a mi larva nada más que tenga oportunidad.
Está muy estropeada tu madre? Creo que me estoy enamorando de ella.

Respecto a la ropa, no sé si los culpables fueron las madres y su, digamos, disparatado gusto, o que a nostros como niños todo se nos hacía un mundo.
Yo también era de los que se vestían con la ropa de su primo tercero el que vive en Babilonia, al que jamás has visto, y que debían vestir como a los hijos de los reyes católicos, porque vaya ropa de subnormal profundo tenía para las bodas y ese tipo de eventos. Tengo una foto que toda la vida he pensado que ese día me vistieron así para descojonarse. El próximo día que vaya a casa de mi puta madre intentaré acordarme de hacer retrato para masunearla. El caso que el vestuario de ese día consistía en unos calcetines de encaje subidos hasta las rodillas y una especie de peto de mecánico en su versión pantalón corto, todo ello aderezado con una camisa, o algo así, que claramente es de niña. Alguna vez he cuestonado a mi madre sobre si ese día habían bebido algún tipo de brebaje lisérgico y ella siempre me dice que "es lo que se llevaba".
Respecto a los chándals yo también los llevaba llenos de pegatinas para tapar bujeros y rodilleras a tal punto que algunos me hacían parecer un piloto de Fórmula uno de tanto parche en el mono, pero a mí esto me gustaba ya que me solían dejar elegir los parches y ahí estaba yo, plagado de movidas de las tortugas ninja, escudos del Madrid y hasta uno tenía que simulaba ser una cajetilla de Camel.
Un día que me tocaba gimnasia y que debían estar las deportivas lavándose me hizo ir con chándal y zapatos, tal y como le pasó a @Torquemada2.0 y esto es lo más cercano a trauma a este respecto pues tuve que aguantar risas de mis compañeros e interpelaciones acusadoras de mis profesores.
Pero trauma como tal, si lo pienso ahora, si hablamos de lo que deja huella en la infancia, eran las discusiones que tenían mis padres que a mí hermano y a mí nos horrorizaban. Especialmente las que se daban en el coche. Mi madre se volvía completamente loca y chillaba como tal. Ponía caras de endemoniada y un par de veces paró en el arcén y nos sugirió que bajásemos del coche porque lo iba a estrellar para matarse.
En casa recuerdo ponerme los auriculares a toda hostia para no oírles y esperar con miedo el silencio entre canciones o estar escuchando algo y notar como la pared ha retumbado por un portazo.
Aparte del miedo a que se divorciasen, cosa que es algo que a los niños les suele dar pánico, yo tenía miedo real a que uno de los dos se suicidase allí mismo o matase al otro. Era algo que yo notaba que podía pasar en cualquier momento y creo que no andaba muy desencaminado
 
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Traumas infantiles, lo que se dice traumas no tengo. Sí momentos de mierda o cosas de mierda como el tema de la ropa. Tuve la suerte de ser el primero y sin primos alrededor, con lo cual no heredé ropa de nadie. Lo que si me jodía era tener que usar los jerseys horribles que tejía mi abuela o una vez que mi madre me llevó al culo del mundo para comprarme unas horribles zapatillas color caca que fueron el hazmerreír de todos en la escuela. Y yo que quería las putas Adidas que estaban de moda en ese entonces.
 
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Cosa de consolas.

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You are granny's bitch

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Está muy estropeada tu madre? Creo que me estoy enamorando de ella.
No es Sofía Loren precisamente no..

Otras vacaciones en Marbella en un mercado de artesanía le dio por comprar un látigo porque decía que le recordaba a Indiana Jones. El caso es que a la mañana siguiente mi prima y yo nos despertamos, no encontrábamos a nadie en casa empezamos a llamar a mis padres y en una de esta de repente sale mi madre de un armario en bragas blandiendo el látigo y persiguiéndonos con el mismo “chas chas”

Otro día con mis tíos en el salón, estos tenían a la típica tía abuela momia sentada en el sillón y de repente el cabron de mi tío va y le pone los huevos y la polla en el hombro a la vieja y le dice “uy Luli tienes un bicho por el hombro” y todos ahí descojonados...

Muchas veces lo hablamos los primos que demasiado normales hemos salido...
 
Yo no estoy preparado todavía para participar en este hilo, aún me supuran las heridas. Fueron muy profundas, mi psique no se ha recuperado.
 
No es Sofía Loren precisamente no..

Otras vacaciones en Marbella en un mercado de artesanía le dio por comprar un látigo porque decía que le recordaba a Indiana Jones. El caso es que a la mañana siguiente mi prima y yo nos despertamos, no encontrábamos a nadie en casa empezamos a llamar a mis padres y en una de esta de repente sale mi madre de un armario en bragas blandiendo el látigo y persiguiéndonos con el mismo “chas chas”

Otro día con mis tíos en el salón, estos tenían a la típica tía abuela momia sentada en el sillón y de repente el cabron de mi tío va y le pone los huevos y la polla en el hombro a la vieja y le dice “uy Luli tienes un bicho por el hombro” y todos ahí descojonados...

Muchas veces lo hablamos los primos que demasiado normales hemos salido...

Vaya, tenemos entre nostros al sobrino a un violador de ancianas, por favor cuéntenos más fechorías de su señor tío, sin duda un caballero de los que ya no quedan
 
Jó Tío. No puedo dormir.
Aquí son las 02:55 am y aún no descanso.
 
O porque no tienes la conciencia tranquila o porque no cavas zanjas como dios manda. O las dos, claro.
 
Es raro que nadie lo pusiera.

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Siempre termina por salir un puto maricon subnormal agobiado que se desespera en medio de su estupidez

Venga ¿No iba esto de traumas infantiles? Allí tienen los mejores, parecen salidos de una sitcom de humor negro.
 
Cada 6 de enero me entraba un trauma de abandono que no logro quitarme y que me hace odiar ese día. Yo solo quería dos cosas, o una bicicleta, o el barco pirata de los Playmobil. Lo mismo durante toda mi infancia. Pues nada, no había manera. Yo escribía la carta y solo pedía esas dos cosas. Todo eran mierdas "útiles": camisetas interiores, pantalones de pana, o unas zapatillas Navalis que te jodían los tobillos. Poco traumático fue el día que me dijeron quienes eran los reyes, con 8 o 9 años, y yo ya lo sabía desde hacía tiempo, porque no podía ser que esos cabrones vinieran de Oriente a traerme unos putos calzoncillos. Pues eso, ese año una calculadora solar de 250 pesetas.

Todavía de vez en cuando se ríen con lo del barco pirata y la bicicleta como si fuera una gracia. Ya de adolescente, en Andorra, quise una radio que valía una puta miseria para escuchar mis k7, y tampoco me la compraron, "a ver si nos van a parar en la aduana", claro, por un puto k7 te van enchironar, luego los 15 paquetes de tabaco que llevas en el maletero si eso ya otro día.

Todo eso, me sirvió para aprender a ahorrar cuando quería algo. Ahorrar como un puto poseso. Si tenía que ahorrar 20000 pesetas, iba garrapiñando de donde podía. Todo el dinero de los almuerzos era para mi objetivo. Así estaba, que parecía un puto anoréxico.
 
Otro gran trauma infantil fueron los veranos en un pueblo perdido en la España vacía. Un total de 30 casas sin nada que hacer donde los jubilados sembraban sus huertos y los niños éramos empaquetados a unos abuelos que el único caso que nos hacían era echarnos de comer. Para colmo hasta que tuve 10 años no teníamos televisión porque no les salía de las pelotas y cuando lo teníamos, venia una tormenta de rayos mientras estabas por ahí y te la jodia.
 
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