Podría ser.. pero que sus movidas sexuales han tenido impacto en mi vida adulta desde luego lo puede confirmar cualquier psicólogo de tres al cuarto.
Eso solo lo arreglas follándote a tu madre, que, por otra parte, me da a mi que lo está deseando. Mueve ficha, quizá para mañana sea tarde...
En mi pueblo unos chavales hicieron un circuito de BMX. Era la época de los "Vicivoladores" y claro había que entrar en el circuito aunque no tuvieras nivel. Pues allí que mi compa y yo nos metimos, yo con mi campeón 1 (los mas viejos del lugar la recordaran) y mi colega con su BMX de suspensión que cuando pedaleabas se te hundían los pies. Pues que el colega coge un salto y al caer malo se le mete todo el asiento de plasticorro por el ojete. El con el pantalón lleno de sangre y yo corriendo a la primera casa que vi a pedir ayuda. A final el en el hospital y después de tantos años no tenemos tanta amistad, pero nunca hemos hablado del tema. Nunca.
¡Oh, qué trauma! tu amigo se llevó un hostión, no comprendo cómo has podido superarlo.
Más aún que los chándales rojos con parches negros, mi atrocidad (una de ellas, mi madre era y es una puta loca) eran los pantalones de pana.
Al mínimo agachamiento, forcejeo, o subida y bajada de la tapia típica, ras, abanderados blancos diciendo "ola k ase" al jolgorio del patio.
Como todo el mundo sabe, los críos de 8 años no se mueven como para romper pantalones, y son especialmente comprensivos con el mal acaecido a otro ochoañeros.
Pues hala, zurcida, y a correr. Y la tía se compraba sus buenas pieles, eso yes, que me acuerdo como si fuera ayer.
Yo tengo una foto en la que voy vestido con un pantalón de pana marrón pata de elefante, que debía ser de mi padre o de algun tío de cuando eran jóvenes, que ademas me quedaba algo corto, y un “nique” o “niki” de los años 70 con un cuello exagerado, esto en 1984.
Creo que mi trauma era ir a menudo con ropa, no ya fea o de otra época, o que ni me tallaba bien, sino que no era de niño o adolescente. Otros con camisetas molonas y yo con una camisa de mi abuelo o algo. A menudo me quedaban ya cortas en la adolescencia, y he desarrollado un gusto/necesidad por camisetas molonas largas.
No haberme comprado la bicicleta por un juramento de mi padre. Resulta que era conductor de autobús y chafó a uno que se le cruzó con la bicicleta. Ël siguió conduciendo autobuses, pero yo me quedé sin bicicleta. Ese hecho me ha convertido en el inútil que soy.
A mi tampoco, pero lejos de tener una excusa diria que todo lo contrario. Recuerdo que se la pasaba hablando de que en España crecían las uvas al lado de la carretera y que pasabas en bicicleta y cogías las que quisieses y blao blao. Una película idílica en la que ibamos todos en bici paseando y comiendo uvas. Llegamos a españa, me botan en la aldea tres meses y medio de verano con mis abuelos ¿y la bicicleta? Bien, gracias...
Es que, de hecho, pasó un episodio bochornoso, precisamente con el primo que quería preñar a su hermana, que era 3 años menor que yo, resulta que él con 11, tenía bicicleta, yo con 14 no, no tendría hasta que me compré una a los 20 cuando ya trabajaba, que por cierto me la jodió mi padre con el coche en el garage del pueblo al aparcar.
Bueno, pues se van a la ciudad y por lo visto no tenía donde dejarla y le dicen a mis abuelos que si la pueden dejar en su patio, pero que no se me ocurriera cogerla. Ni tan pronto habian arrancado ya estaba yo encima, recordad, 14 años,
Y acababa de aprender a andar en bici en la de carreras de otro chaval, total que éramos 4 o 5 y con esta dos bicis, y nos fuimos a otros pueblos, iban dos, volvían, y así, los otros no tenían en españa porque no vivían en españa, yo y el de la bici de carreras habíamos llegado ese verano, mi primo el año anterior.
El caso es que se le bajó una rueda, yo acojonado, no sabía si estaba pinchada o qué, llegan de vuelta al pueblo y un escándalo, había osado mancillar su sacrosanto corcel, y no conforme con eso habia pasado de mano en mano, todos la habian disfrutado, parecía como si nos hubiesemos follado a su mujer entre todos. La cosa estuvo tan pesada, de la mano del berrinche de gritos y llantos del primo, que al final su propia familia sintió pena de mi, su tío me llevó a la gasolinera más cercana a ponerle aire a la rueda, su abuelo, días después, me dió dinero para que fuera juntando para una bicicleta. Cosa que nunca ocurrió porque, si solo me hiciera falta una bicicleta...
El caso es que el asunto trascendió y recuerdo a mi tío intentando convencer a mi padre de que me comprase una bici, y mi padre que no, y en un punto saca diez mil pesetas del bolsillo y pregunta cuanto cuesta, mi tio le dice que lo menos unas 15 y entonces se las vuelve a guardar y que no. Que no sé si pretendía darle las diez mil a mi tío o a mi para que la fuésemos a comprar o qué. Vamos que, si hubiese costado diez mil o menos igual sí que hubiese tenido bicicleta. Que en ese contexto era esencial, por estar aislado en una aldea sin siquiera un bar o una tienda.
Lo de la ropa también lo sufrí pero fue cuando era muy pequeño y solo lo vi en fotos. Eso sí, lo de llevarme a mi y a mi hermano a cortarnos el pelo a una academia de peluquería era para perder la custodia.
Recuerdo el último día que fuimos ya que me negué a volver y mi made no me dijo ni mu y eso que pagaba una mierda. Me tocó in fumeta con cara de subnormal que del estropicio que me hizo el dueño pasó por allí y soltó un "pero qué hiciste!". Me lo arregló un poco pero quedó como el culo.
A mi tambien me mandaba mi madre a una academia a cortar el pelo, doscientas pesetas creo, tampoco es que fuera un regalo, fui años, peeo no de niño, de adolescente, entre los 14 y los 18 o 19. No sé si me quedó trauma, te puedo decir que hace muchos años que me corto yo el pelo. Y no, no soy calvo.
Poco podremos ahondar en esas costumbres que se antojan macaquiles. Yo lo que puedo comentar es un trauma que le causé yo a un primo mío. A la edad que me había enterado yo del mete saca se lo conté yo a él. Pero él no se lo tomó como yo, a sus siete años se echaba desnudo encima de su hermana don el piticlín al aire porque quería que tuvieran un hijo. Claro que eso repercutió en mi ya que su madre me echó la culpa y me llamó la atención delante de todos.