Mi ex suegro lo flipaba. Y su hijo también, que era otro fan irredento. Tras haberlos visto jugar varios años incluso en segunda división, ahora los veían donde nunca los habían visto. Cada vez que el chaval contaba cómo estaba en el estadio cuando ganaron la primera Premier, se le ponían los pelos de punta, literal. Decía "look, look", señalándose el brazo con los pelos de punta, brazo donde tenía tatuado el minuto del gol de Agüero y el número de su asiento. Vieron su equipo pasar de no ser nada a ser el mejor equipo inglés gracias al dinero infecto de los follacabras del desierto.