Eso no es cierto, le deseo todo el mal al malnacido aunque hubiera llevado a 10 del Real.
Para llevar a 10 jugadores del Real Madrid, primero tendría que haber 10 españoles en la plantilla, y que jugaran habitualmente. Si los hubiera, el seleccionador (el que estuviera) tendría algo más para escoger que dos defensas, uno de ellos lesionado, y por lo tanto, muy mermado (no sólo en la cabeza) cuyo afán principal por encima del equipo es jugar aunque sea un minuto y cojo para tener su récord de internacionalidades, y sacar más pecho y titulares que Lucho.
En cuanto ayer, Luis Enrique sigue empeñado en jugar con dos falsos extremos (Dani Olmo y Ferrán) alternándose con dos carrileros, Jordi Alba y Llorente, aprovechando que son dos pulmones que pueden correr todo el campo y lo que les echen. Todo muy bonito si no fuera por lo de Morata. La primera media hora de partido los suecos estaban abrumados con la presión alta en la recuperación y la rapidez de juego en triangulación. Eso es lo que le gusta a Luis Enrique y no os entra en la cabeza que para eso no quiere jugadores mayores de 30 años como Aspas, Canales o Navas. Las únicas excepciones son Jordi Alba, que tiene gasolina de sobra y Busquets, que aún estando ya de capa caída, todavía es mejor que Rodri.
Luego, pues ya todo se desinfló, porque el físico se agota y no hay nadie que pueda aguantar ese ritmo. No se aprovechó ese comienzo y se volvió a lo de siempre, a pasar y pasar sin apenas mordiente. Aún así, el portero sacó al menos tres paradones.
Pedri cuando dejó de ser el único organizador al entrar Thiago estuvo mucho mejor. Quizás lo suyo sería poner un 4-4-2 con Thiago y Pedri y de delanteros Gerard Moreno, que es más peligroso jugando de media punta que de delantero centro y Morata en punta abriendo espacios y fijando centrales. Algo parecido a lo que hacían Villa y Torres en la Euro 2008. Pero me da que no va a cambiar.
La defensa Laporte y Pau en principio bien, apoyados por Rodri, pero aún así dos veces que llegaron, dos sustos gordos. También es verdad que yo todavía no he visto un partido de fútbol en el que un equipo que ponga el autobús no tenga al menos una o dos claras para meter un gol. Siempre ocurren fallos de confianza y despistes en la defensa del equipo que ataca, y en España siempre ha ocurrido así. En esta ocasión, hubo mucha suerte. Unai Simón aún es una incógnita, pero estamos todos temiéndonos que cantará por soleares.
Y hasta aquí mi mierdanálisis.
A ver el Sábado.