Cuando terminan de ver esta película, por la que han pagado unos cuantos leuros, Francisco y su cohorte de pelagatos, deciden entonces hacer algo realmente creativo: se sacan el carnet de conducir y acuden presurosos a la edición decimonona de O.T donde son eliminados en la primera ronda cuando pretendían ser escogidos cantando "Chupame la minga, Dominga, que vengo de Franciaaaa; chupame la minga, Dominga, que tiene sustanciaaa".
Sin llegar al hundimiento moral, este varapalo no hace sino acicatar sus más bajos instintos y acuden en tropel al Bingo más cercano donde, haciendo alarde de un derroche propi de millonarios, juegan entre todos un cartón.
Minutos más tarde, una vieja arropiera que tiene la desdicha de sentarse a su lado, cae abatida por el disparo de un cenicero, cuando tenía la osadía de cantar linea.
Invitados amablemente a abandonar la sala de juegos, Francisco y sus amiguetes encaminan sus pasos bamboleantes hacia la casa de putas más cercana, llamada "Sueños de camionero", donde una vieja desdentada....