ansikte rebuznó:
Pero claro, si hubiera rodado en París muchos de vosotros ya habrías visto la película. Y ahora no estaríais hablando de los tópicos franceses y de los campos Elíseos.
Tienes -como de costumbre y sin ponerme demasiado gay- más razón que un santo, Ansikte. Pero yo también tengo ganas de ciscarme en esta película sin verla, porque son demasiados los elementos que propician mi repulsión. Supongo que Allen es lo que conocemos como un genio: tiene una mirada personal y única, un estilo inconfundible y una forma tremendamente efectiva de rentabilizar los mismos, tanto artística como económicamente, además de una tremenda versatilidad, y bueno, básicamente es un puto amo en muchos aspectos.
Pero es que desde que oí hablar del proyecto este no he podido sino dejarme llevar por los prejuicios. Y a mucha honra, coño. Es bien conocida la fascinación de Allen por Europa y por las mujeres. Cuando ese cóctel se ofrece en UK, por partida doble, dando una lección magistral de cómo hacer tanto una comedia eficaz como un thriller acojonante, me rindo ante el maestro. Pero cuando le veo la mirada torva de "voy a pillar la actriz spanish más famosa, el actor spanish más famoso, les monto un trío con la Scarlett a ritmo de guitarra y recorrido turístico spanish y me quedo con todo dios, y encima voy de culto y viajado", no puedo sino pensar en cómo tiran los genes judíos, coño, la avaricia del usurero que no conoce el fondo del saco y en su ceguera se piensa que somos todos gilipollas. Da igual lo correcta formalmente que le haya quedado la película, ojo, pero conceptualmente me parece un puto engaño, empezando por ese título que me mosquea de lo cool wannabe que es, y acabando por el fotograma que tú mismo pones de los actores en la cocina, y que me sitúa cerca del hastío más absoluto, ya próximo a la náusea de la previsibilidad más vergonzante.
Sí, me he tomado la libertad de hablar de la peli sin haberla visto, pero es que se me antoja eso, totalmente previsible. Ojalá me equivoque, pero Allen tampoco es Dios, y muchos ni nos tomaríamos la molestia de poner a caer de un burro la última de Seagal sin haberla visto, y eso no le llamaría la atención a nadie (sí, a priori, sin conocerlos, es exactamente igual un producto que otro).