Eso se puede extrapolar a muchos más niveles.
En las acampadas y eventos del 15-M hay un ambiente bastante festivo, alegre y de buen rollo (para ser una congregación de indignados
). Me iba después del curro a desconectar un rato, y el simple hecho de estar haciendo comunidad unos minutos, ayuda a relajar la mente.
Recuerdo que la primera vez que me quedé, estuve varias horas dando vueltas por ahí, conociendo gente, bebiendo la cerveza que me ofrecían y hablando de un poco de todo con peña de todas las edades. Sintiendome uno más.
La sociedad actual es alienante, y prefiere tenernos como individuos solitarios, miedosos y huraños, antes que haciendo comunidad con nuestros semejantes. Colectivos tan opuestos como el 15-M y la JMJ lo demuestran.