La pornografía se ha agotado en todas aquellas prácticas que hace 40 años nuestros padres y abuelos considerarían aberrantes. Por ejemplo, ver a Mike Adriano deglutiendo ojetes e introduciendo objetos punzantes, cámaras u otros enseres por los anos babeados de multitud de hembras les parecería aberrante o animalesco. Tras décadas de producciones salvajes de porno, de gang bangs, bukkakes, orgías, coprofagias, lluvias doradas y demás cochinadas, es normal que el ciudadano medio precise de nuevos métodos y situaciones para que los miembros masculinos sigan en alto, disfrutando, de orgasmo en orgasmo, de cuca en cuca.
De modo que de aquí a otros 40 años es probable que se encuentren normales este tipo de situaciones, y que lo de padres que se follan a sus hijas, o madres que se comen el potorro con sus hijas pasen a ser cosas normales, como parte de eso que llamaron en su día "liberación sexual", una segunda parte. Es probable que el follar con las mascotas sea incluso bien visto, como una cualidad propia de gente moderna, cool y distinguida, y que podamos casarnos con éstas, probablemente el matrimonio entre persona y perro se llamará perromio o algo así, quien sabe.
Lo único que pretendo hacer es un llamamiento a la calma, independientemente de que los citados casos de incesto puedan ser un timo, y que no nos escandalicemos, puesto que el curso de la degeneración es imparable. Todavía podemos deshumanizarnos más, y ya que es un proceso irreversible, pues vamos a disfrutar de todas estas cochinadas, ¿no os parece?