No creo que lo mío dé para hilo aunque esa fuera mi primera intención, así que, después de echar un vistazo al subforo, creo que es aquí donde mejor encaja lo que quiero explicar pues se tocan varios temas que me interesan. Si no, ban y a otra cosa, as usual.
En primer lugar lo de la abstinencia, por aquello de ceñirme al tema del hilo. Va para año y medio que no mojo el churro, y si bien es cierto que uno llega a "acostumbrarse" a la carencia del acto físico en si lo complicado es no caer en una espiral de falta de confianza en uno mismo. Al menos en mi caso, echo más en falta el hecho de sentirme deseado, el saber que le gusto a alguien lo suficiente como para lamerme los escrotos que el folleteo propiamente dicho. Sería algo como "no follo-no les molo-no me molo....sigo sin follar-no les molo nada- soy un puto cranco" sin que esto último sea necesariamente cierto, como me consta que es mi caso. En ese punto estoy yo, y aquí, y siguiendo con el tema de los "radares" que también se ha tocado páginas atrás (haría un quote o multiquote o como cojones se llame, pero soy nerd) empezaría mi historia. Resumo por no ser cansino.
El domingo pasado vino una amiga de mi ex (y que ahora es mi mejor amigo/a, pueden proceder con los piedros) a pasar esta semana con ella y hacer cosas de mujeres. Yo no la conocía, y ya la primera impresión fue buena y fue mejorando con el paso de los días. He estado cenando con ellas toda la semana en casa de mi ex, que siempre encontraba una excusa u otra para irse a ver la tele al salón y dejarnos a solas hablando en la terraza. Hablando ¿de qué? Pues de cosas con las que normalmente no hablas con una mujer, como películas de Chuck Norris, Chuahe, todos los Rocky (conocía a Ivan Drago!!!) hasta acabar cantando, a las dos de la mañana y a volumen indecente para estar en una terraza, la canción de Bola de Drac completa. Lo mejor, sin embargo, eran las despedidas, cuando me acompañaba hasta la puerta con la excusa de "ya cierro yo por dentro, así no tienes que dar portazo que es muy tarde" y se despedía medio sonrojada y sin ser capaz de aguantarme la mirada. Ayer volvió a su ciudad, insistiendo en que le gustaría mucho que fuera en vacaciones, que me haría de guía turística de día y de guía fiestística por la noche.
Hasta aquí los hechos, ahora las dudas. Mi radar da señales de vida, pero mi estado "soy un cranco" me hace andar con el freno de mano echado. A ratos pienso que sí, que le gusto, que ¿por qué no? no iba a ser la primera, y a ratos que sólo le he caído bien y que le he servido para echarse unas risas y punto, porque ¿por qué ibas a ser tú, cranco?. A todas estas, me faltan dos semanas para vacaciones y hasta entonces no voy a verla. La he localizado en el feisbuc, pero no sé si contactar con ella o hacerme el desinteresado para mantener el misterio. ¿Qué hago? Doctores Francis, a mí.