sven-sven rebuznó:
Una vez me desperté y me di cuenta de que no conocía al país vecino, por lo que me puse a googlear y entrar en web portuguesas y me quedé con "con los pies colgando".
Lo mismo me pasó a mí, sólo que en vez de usar el Google usaba un mapita de esos que te dan en los puntos de información cada vez que llegas a una ciudad. Y en vez de leer foros, pegaba la oreja allá donde podía.
He de reconocer que mi afán por querer saber es lo que me ha llevado a esta encrucijada, pues durante mi estancia en Portugal conocí a otros muchos españoles residentes que hacían como si nada de esto existiera. A veces pienso que tal vez yo fuera un quisquilloso y me tomara a pecho demasiados comentarios o actitudes portuguesas; otras veces pienso que al fin y al cabo soy español y que el choque cultural era inevitable. Pero siempre me preguntaré cómo lo hacían esos españoles que llevaban 12, 20 o 35 años en Portugal sin mandarlos a todos a tomar por culo dos o tres veces diarias. Esto, por cierto, me trae ciertos recuerdos...
Catullus rebuznó:
¿Podría contar alguna si no es mucha molestia?. La verdad es que me ha picado el gusanillo.
Puede que con el tiempo, amigo Catullus, empiece a hacer memoria y las acabe recopilando, pues el anecdotario es de lo más variopinto. Supongo que las que más interesan en este foro son las de tinte político, pero puede que esas sean las menos comparadas con otras tantas situaciones hilarantes. ¿Un avance? Pues contaré una gilipollez que me pasó una mañana de abril, pero que me hizo pensar. Puede que ya la contara en el otro hilo, pero allá va.
Estaba yo en mi despacho trabajando a eso de las doce y pico, casi preparándome para salir a comer, cuando un compañero lusitano hizo entrar a un tipo de aspecto bien extraño. Bajito, vestido con ropa algo sucia, desaliñado, se sentó frente a mí y me dijo educadamente que necesitaba un favor y que no sabía a quién acudir. En un primer momento pensé que me habían metido un pedigüeño en el despacho. Me llevó cinco minutos que me contara qué puñetas quería, pues con tanto peloteo lingüístico no había forma de que hablara. Al final me dijo que necesitaba una traducción al español.
Le comenté que ese no era nuestro cometido y que sin ningún problema le daría el contacto de un conocido español que trabajaba en una agencia de traducción. Pero el tipo empezó a negarse y a darme largas con excusas rarísimas. Me daban ganas de mandarlo a la mierda, pero el aspecto pobretón del hombre me daba pena. ¿A ver, de qué se trata? ¿Traes los documentos que quieres traducir?. Se sacó un móvil del bolsillo y, enseñándome la pantalla, me dijo que quería traducir un sms. ¿Cómorl? ¿¿?? ¿Te han mandado un sms en español y no entiendes un carajo, es eso? No, que necesito enviar urgentemente un sms a un español y necesito que él me entienda. Te cagas. Bueno, a ver. Dime lo que necesitas traducir, yo te lo imprimo en una hoja y tú lo mandas como te salga de la polla, ¿estamos? El hombre se deshacía en agradecimientos. A ver, dime el texto:
"Manolo, cómprame un cuadro grande de la virgen Macarena para el cumpleaños de João, que es el martes. Te lo pago cuando nos veamos."
Esto es 100% verídico. Cuando escuché lo de virgen Macarena me quedé de piedra. ¿Macarena? ¿Ha dicho usted virgen Macarena? Sí, me dice el andrajoso, soy muy devoto de la Macarena, enseñándome una medalla de oro que llevaba colgada al pecho. Le imprimí el texto en arial 52, para que no se me equivocara el buen hombre. Al dárselo me sacó un billete de 50 euros y me preguntó cuánto me debía por la traducción. Guárdese eso, por Dios, ya me lo pagará la virgen Macarena.
Antes de que se marchara lo retuve un momento en el despacho y le pregunté algunas cosas. El hombre me dijo que era empleado de mantenimiento del hospital de la ciudad, y que hacía un poco de todo, fontanería y chapucillas aquí y allá, y que por eso me traía esas pintas. Le dije que cualquiera de los muchos médicos españoles que había en el hospital le hubiera escrito el sms en el móvil de buena gana, pero el hombre me dijo que en la vida sería capaz de hacer eso (entiéndase que en Portugal los médicos son semidioses). ¿Y cómo coño me ha encontrado? Pues preguntando aquí y allá. En menos de un día el hijoputa me tenía localizado. También el fontanero aquel me contó brevemente de dónde venía su fe por la Macarena, y que todo lo que ganaba lo ahorraba para ir a Sevilla en Semana Santa.
A la noche, cenando con unos amigos lo comentaba y no salía de mi asombro. Nadie me hizo ni puto caso, incluso puede que para vosotros esta anécdota sea un pestiño, pero de ese iberismo no se habla, cago en la puta.
sven-sven rebuznó:
https://areamilitar.net/opiniao/opiniao.aspx?nrnot=93
Es un articulo supuestamente escrito por un español, (...) que creo que la escribió un portugues haciendose pasar por español para encender los animos.
No te quepa la menor duda de que este texto lo escribió un portugués relamido. No sólo tiene comas a espuertas (primer gran síntoma del estilismo portugués), sino que está plagado de calcos del portugués que el mamón del autor no ha sabido traducir: "un en cada tres portugueses, tornarse ciudadano Hispano, por nos permitir ver, va tener que comenzar, los terroristas e los separatistas, etc". Además, el texto no es más que un insulto xenófobo que no aporta nada. A los portugueses les gusta darse la razón así mismos con hechos y datos.
sven-sven rebuznó:
Anodino, hay libros a patadas sobre la visión de España en USA, en Francia... pero nunca se ha escrito ese libro que podrias escribir tú.
No sé si realmente hay espacio comercial para una publicación de esta índole. Además, como digo siempre, no pasaría de contar mis experiencias y mis teorías. De todas formas, hubo un tiempo no muy lejano en el que me planteé seriamente hacerlo, alentado por dos personas fundamentalmente. Una de ellas, como ya he dicho es el Dr. Bacterio, forero asiduo de esta santa casa desaparecido en combate, que me dijo al igual que tú que no hay nada serio publicado en condiciones.
La otra persona fue Federico J. González, autor del libro "Reflexões de um espanhol em Portugal", el libro más defraudante que jamás me he leido. Publicado en Portugal por la editorial D. Quixote (manda huevos) fue líder de ventas.
Ya no sé cuántas ediciones lleva. yo tengo la primera, de 2004. El libro, con todos mis respetos, es una puta mierda. Es la visión pija y relamida de un alto ejecutivo que pasó un año en Lisboa, y que explica todos los asuntos llamativos de la vida portuguesa desde ópticas sociológicas de terceros. Un engañabobos, vamos.
Lo que más me sorprende es que esta mierda de libro se ha convertido en libro de lectura obligatoria en muchas escuelas oficiales de idiomas de España que ofrecen portugués como idioma de estudio. Indignante. Demuestra que ninguno de los docentes que enseñan esta bella lengua ha pasado en Portugal más de una semana.
Bueno, me voy a comer. Taluego.