Mara Vilhosa
Cuando sobre las ocho menos cuarto de la mañana he encontrado un hueco para aparcar justamente en la puerta de la oficina, inmediatamente me he percatado de que tenía que ser una señal que me enviaban los cielos para advertirme de que hoy podía ser un gran día.
Con esos antecedentes no me ha extrañado que Mara me recibiese con ese conjunto tan sexy de sujetador y diminuto tanguita de color rojo sobreelevada encima de unos altísimos zapatos con tacones de aguja.
Tras los besos de rigor, me precede hasta la alcoba originando sus balanceos una primera erección.
Hay días en que uno se siente inspirado. Si además coincide con la inspiración de la pareja, pueden resultar memorables. Y, hoy, todas las musas nos estaban soplando al oído.
Durante media hora que, curiosamente me ha parecido larguísima, por lo que ha dado de sí, no me ha dado tregua ni respiro. Ahora restregándose sobre mí masajeando mi cuerpo con el suyo; al minuto goma y chupada deliciosa. Al punto me ha dibujado con su dedo índice una línea siguiendo los labios con una pizca de lubricante que, acto seguido ha viajado para aceitar la estrechita entrada de su precioso culito. Sin descanso, cambio de protector y a trabajar de misionero , ella debajo, abierta y entregada. Poco después me cabalga mientras sostiene la mirada y todo ello regado con cristalinas risas cómplices.
Y, todo el trasiego, favorecido por el tamaño y el peso de Mara. Muy adecuados para estos fines.
Todo mi yo, mi mismidad ha devenido en holigan animando y gozando solidariamente con la punta del capullo, en un crescendo hormigueante bestial, mientras dividido, por una parte quisieras sostener ese clímax ad eternum y por otra deseas explotar de gusto. así se acabe el mundo.
(o El País)
Lo que al final ocurre e inundas de semilla y caricias y besos de agradecimiento a tu pareja (lástima que solo “piquitos” que con lengua hubiese subido del sobresaliente a la matrícula de honor).
Alegrías así, entran a lo sumo un par en una docena, que serán aproximadamente las ocasiones en que he retozado con Mara.
Sin embargo, parece norma de la casa ( piso compartido con Dany, quien también goza de buena prensa por la forma de realizar su trabajo) mantener siempre un nivel aceptable de tal manera que nunca te vas insatisfecho.
A su favor: nido moderno, limpio y discreto. Trato agradable. Precios interesantes (40€ la media y 80€ la entera). Una buena opción sin duda
Para vivir así...........................
Cuando sobre las ocho menos cuarto de la mañana he encontrado un hueco para aparcar justamente en la puerta de la oficina, inmediatamente me he percatado de que tenía que ser una señal que me enviaban los cielos para advertirme de que hoy podía ser un gran día.
Con esos antecedentes no me ha extrañado que Mara me recibiese con ese conjunto tan sexy de sujetador y diminuto tanguita de color rojo sobreelevada encima de unos altísimos zapatos con tacones de aguja.
Tras los besos de rigor, me precede hasta la alcoba originando sus balanceos una primera erección.
Hay días en que uno se siente inspirado. Si además coincide con la inspiración de la pareja, pueden resultar memorables. Y, hoy, todas las musas nos estaban soplando al oído.
Durante media hora que, curiosamente me ha parecido larguísima, por lo que ha dado de sí, no me ha dado tregua ni respiro. Ahora restregándose sobre mí masajeando mi cuerpo con el suyo; al minuto goma y chupada deliciosa. Al punto me ha dibujado con su dedo índice una línea siguiendo los labios con una pizca de lubricante que, acto seguido ha viajado para aceitar la estrechita entrada de su precioso culito. Sin descanso, cambio de protector y a trabajar de misionero , ella debajo, abierta y entregada. Poco después me cabalga mientras sostiene la mirada y todo ello regado con cristalinas risas cómplices.
Y, todo el trasiego, favorecido por el tamaño y el peso de Mara. Muy adecuados para estos fines.
Todo mi yo, mi mismidad ha devenido en holigan animando y gozando solidariamente con la punta del capullo, en un crescendo hormigueante bestial, mientras dividido, por una parte quisieras sostener ese clímax ad eternum y por otra deseas explotar de gusto. así se acabe el mundo.
(o El País)
Lo que al final ocurre e inundas de semilla y caricias y besos de agradecimiento a tu pareja (lástima que solo “piquitos” que con lengua hubiese subido del sobresaliente a la matrícula de honor).
Alegrías así, entran a lo sumo un par en una docena, que serán aproximadamente las ocasiones en que he retozado con Mara.
Sin embargo, parece norma de la casa ( piso compartido con Dany, quien también goza de buena prensa por la forma de realizar su trabajo) mantener siempre un nivel aceptable de tal manera que nunca te vas insatisfecho.
A su favor: nido moderno, limpio y discreto. Trato agradable. Precios interesantes (40€ la media y 80€ la entera). Una buena opción sin duda
Para vivir así...........................