En realidad no deja de ser un deje lamebragas.
Dos niños bien que solamente aspiran a validarse con los coños: observan que los raperos malotes pobres son los que se llevan a las tías de calle por esos lares, y no el hijo del farmacéutico que ha estudiado una ingeniería, y dicen, pues nos cambiamos al otro bando y nos disfrazamos.
Y si vieran que haciendo el pino te vienen las tías, hacían el pino.
Otra granadina que es para echarle a comer aparte es Pamela Palenciano. Una feminista odiatios que se llena los bolsillos haciendo charlas en instis donde maltrata a los chavales varones, y que todo su odio nace de que con 17 años se enamoró del rapero malote que la maltrataba. Aunque en realidad la escuchas hablar y tampoco la maltrataba. Simplemente se sentía inferior viendo que ellos pueden hacer piruetas en el suelo mediante break dance llevándose los aplausos, y ella no podría hacerlo porque se escoñaria solo de intentarlo.
Con 43 años sigue sin superar tonterías de adolescente ocurridas en 1998.