Cagando ladrillos
Quiero dejar constancia en este hilo de mi repulsa a la elevación de la violación a "crímen contra la humanidad" mucho peor que el asesinato y al nivel del genocidio. El feminazismo y el progrerío - sanamente - maricón llevan décadas con una campaña por la cual la criminalización del sexo está alcanzado niveles que ni la Inquisición llegó a intuir.
- Considerar violación a cualquier contacto sexual en que la fémina antes, durante o despues, piense, pudiera haber pensado o crea que debería haber pensado que no quería tener sexo.
- Perseguir la prostitución con saña de zelotes
Esta doble estrategia ha conseguido casi la totalidad de sus objetivos, ausente cualquier manera de obtener sexo salvo la graciosa concesión de la hembra (que puede retirar a su antojo incluso a posteriori) ha impulsado la conversión masiva del sexo masculino al huelebraguismo pagafántico y disparado los índices de calzonismo a niveles estratosféricos.
No tenemos más que observar la hipocresía absoluta con la que se persiguen estos delitos, en la violación y gracias a las "leyes escudo" nos encontramos posiblemente ante el único delito en que las circunstancias de la víctima no se pueden tener en cuenta para nada. A nadie se le ocurriría que le puedan condenar por agresión y que no le permitiesen alegar que el agredido le estaba quemando el coche pero en los delitos sexuales no es que no se valoren las circunstancias , es que no se permite ni aportarlas (al menos en algunos países "modernos")
Pero en cambio en la consumición de sexo pagado ¡se persigue al cliente!, quien ejerce de prostituta vuelve a quedar blindada legalmente como víctima de violencia machista, la trata de negras, el patriarcado y la masonería mientras que el putero se ve obligado a barrer calles con un cartelón con su nombre y la leyenda "putero confeso" para risas de la chavalería y el progrerio beato.
Los crímenes sexuales se han convertido en un
arma política por el cual una parte de la población (la más desquiciada mentalmente dicho sea de paso) pretende encarcelar a cualquiera que
- Tenga pilila
- Quiera usarla
- No sea guapo, malote o rico y famoso
Para ello no solo se convierte en crimen el follar sin condón, follarte a tu mujer, emborracharte con una tía y acabar trajinándotela sino que además se describe dicho acto con gazmoñería dieciochesca como algo "terrible" y casi "peor que la muerte".
Señoras , señoritas, rabizas todas:
Hemos dejado atrás la época en que lo único que podía ofrecer una mujer era el disfrute en régimen de monopolio de su entrepierna y la pérdida o forzamiento del chochito constituía una tragedia que marcaba indefectiblemente la muerte social de la víctima y del honor familiar.
En otras culturas que continuan dichas tradiciones estas incómodas cuestiones se resuelven con la muerte honorífica de la agredida o el matrimonio pactado con el agresor, algo que tiene perfecta lógica cuando uno se molesta en razonar desde los códigos culturales de nuestros enriquecedores amigos del turbante y la cabra.
Pero en Occidente
gracias a Dios eso quedó atras y hoy los mini-tangas, los concursos de lamida de cimbrel y la promiscuidad salvaje (Sexo en Nueva York style) son moneda corriente.
Por tanto y
sin avalar o justificar acciones aldeanas o peores con lo que no comulgo es con la pretensión de que una zorra vocacional, tragasables diplomada o comebolsas de fin de semana salgan lagrimeando porque alguien les tocó el culo sin su consentimiento o porque alguna de las docenas de pollas que han catado entró en sus orificios de forma no muy ortodoxa.
Denuncien si quieren, que le caiga la pena que toque al infractor, pero no me vendan la moto del trauma. Salvo pincho en la garganta o situaciones de criminalidad pura no se puede ir de zorra de Grey el sábado por la noche y tener la moralidad de BlancaNieves el domingo por la mañana.
Noto la tripa vacía.