Recuerdo otra.
Estando ya en Madrid estudiando salí con unos colegas del colegio mayor por Torre Europa, donde se juntaba la creme de la creme de la mierda por aquella época, pero alguna pijilla mona había entre aquella purria.
A uno de los colegas se le va la olla y en medio del bailoteo le pellizca el culo a una. Ella se vuelve loca (#noyaerano) y le da una hostia a un segundo colega pensando que era él por cercanía. Entre toda esa polémica veo un ojo mirándome. Era una amiga de la pellizcada. Eran mayores. Yo tenía 19 y ellas 24. Al final se arregla todo y aquel ojo me seguía mirando. Estaba buenísima. Un cuerpo acojonante y lo que parecía una carita muy linda. Llevaba un peinado a la moda de estos que cubrían media cara y era muy pijita. Me dice mi amigo el hostiado "a ésta le gustas que me lo ha dicho directamente". Y ya voy y me pongo a hablar con ella.
Aquella voz era la voz más gritona y con más gallos por minuto que había escuchado en mi vida. Era una puta voz insoportable acompañada de una mente a la altura de un Sergio Ramos o similar. Aquello estaba tirando por tierra su imagen, hasta que se retira el flequillo y veo EL OTRO OJO. Vio que yo había visto aquello y entonces me empieza a explicar que de pequeña le detectaron no sé qué hostias que le iba a paralizar la cara. Joder... era como la mala de Dragones y Mazmorras, pero más fea aún. Una mitad de la cara era preciosa, y la otra mitad... indescriptible. Como haberle pasado una desbrozadora por ahí durante un buen rato durante días durante semanas y durante años.
El caso es que la mente humana es terca en general, y más aún en lo referente a intentar follar. Juntarle que el pedo que llevaba no me permitió asimilar aquella deformidad en su totalidad y es así como acepté intercambiarnos los números de teléfono para mandarnos unos sms de esos.
No tardé yo en estar caliente como un mandril (ya expliqué que debido a una novia muy virginal que tuve, con 19 aún no había metido) y le mandé un mensaje el mismo Domingo para quedar el Lunes. Mis amigos diciendo "pero si es una fea hijadeputa... no hagas el ridículo...", pero no fue suficiente. Quedamos. Quedamos además en un sitio de postín: el Hard Rock (

), en la terraza (



), para que nos viera bien la gente.
Yo llegué antes y me senté y me pedí una cerveza. Ésta llegó un poco más tarde y aparece por la terraza gritando "HOLAAAAAAAA!!!" con su voz de pito asquerosa. Hoy se sentía fuerte y venía con AQUELLO al aire. Yo ya me quería ir. Empezó a hablar altísimo y la situación se tornó muy bochornosa para mí. Para colmo debido a su cortez mental se reía a carcajadas horribles con cualquier cosa que yo dijera mientras gritaba "eres taaaaan moooonoooooooo...". Yo quería darme un tiro. Una tontería que me terminó de joder es que se pidió una limonada... joder una puta limonada!!! Si aquello aún podría tener un aura mínimamente sexy era que ella tenía 24 años, y me esperaba otra actitud, venir seria, rompedora, pedirse un gintonic... pero vino como una puta oligofrénica gritando y pidiendo limonada. Yo es que estaba a punto de reventar...
Pero esperad, que lo mejor estaba por llegar: yo llevaba colado por una de la universidad dos años. Dos putos años trabajándomela. Y apareció... apareció con sus amigas... y vino a saludar:
-Hola Mod
-Hola Amor, te presento: Cuasimoda- Mi amor -Mi amor -Cuasimoda
Ella me sonreía con una maldad que claramente significaba una cosa: si alguna vez tuviste alguna oportunidad conmigo, hoy la acabas de joder.
La otra haciendo su circo de gritos de mierda claro. Joder... era el puto peor día de mi vida.
Ya al final nos vamos POR FIN y me dice que me lleva a casa. Pues bueno... al menos amorticemos esto de alguna manera pensé yo. Joder... hasta el coche era ridículo. Un puto suzuki enano todoterreno. Íbamos hablando y ella seguía partiéndose el ojete con todo lo que yo decía e íbamos por la Castellana en primera o segunda porque de las risas se le olvidaba cambiar de marcha y parecía que el coche iba a explotar. Yo estaba ya muy agobiado así que no esperé. En el tercer o cuarto semáforo me tiré medio en marcha y le dije "me tengo que ir rápido, que voy tarde" y dí un portazo y me fui.
Ella siguió acosándome unos días pensando sin duda que la cita había ido de puta madre. Decía que me iba a comprar regalos y que me iba a tener como un príncipe (vivía en la Moraleja en su propio chalet regalo de popó, por lo que debía tener monetaria de sobra). Al final un "DÉJAME EN PAZ JODER!!!!" fue suficiente. Desde entonces no he vuelto a pasar más vergüenza en mi vida.