curro jimenez
Muerto por dentro
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Que tal amigos
Hoy vamos a hablar de ese recuerdo imborrable que todos guardamos. Junto a nuestro primer beso, la primera comunión, la primera vez que vomitamos por una borrachera, la primera teta que tocamos... todos recordamos cuando cagamos en casa de nuestros suegros por primera vez. Si, ese momento de vergüenza y toma de posesión de lo más sagrado tras follarte a la hija donde cruzas todas las lineas la confianza.
La primera vez que yo entré en casa de mis suegros estuve cagando dos días en los bares de alrededor. Incumplí la primera norma de la supervivencia: comer y beber sin saber lo que te metes en la boca. Y en un país de bárbaros eso es un error.
El primer día comimos en un restaurante con mis suegros y la comida me sabía rarísima. Tenía todo un gusto metálico. A la hora me entro un diarrerazo que pa que. Estábamos en el comedor de su casa y notaba cómo se me iba cortando en cuerpo. Empecé a sudar como un demonio y dije que bajaba un momento a la calle a hacer una llamada. Me metí en un bar y empecé a soltar mierda caldosa como un aspersor. Me bebí una coca cola y me fui. A la hora otra vez igual. Otra vez al bar y otra coca cola. Así dos veces más. El camarero que había tras la barra me miró mosqueado la cuarta vez que entre derecho al baño y me dijo algo que evidentemente no entendí. Al pagar me volvió a decir algo. Lo miré, recogí el cambio mientras pensaba para mí, que te calles subnormal.
Cenamos con las amigas de mi parienta en un tailandes de mierda y aquello fue peor todavía. Me levanté una vez en la cena a cagar. La segunda me salí a la calle porque me daba vergüenza que me vieran ir al baño otra vez. Hice como que me llamaban y me salí. Entre a un kebab que había enfrente y menos mal que tenía papel en el baño. Por mucho que me esté cagando siempre es lo primero que compruebo.
Antes de meternos en el nido baje a la calle otra vez y el bar de por la tarde estaba cerrado. Si un par de vueltas y no había nada abierto. Al final termine cagando entre dos contenedores.
Esa noche fue el horror. Entre la cagueta, unos ardores que me entraron y que la cama de la habitación de mi parienta era de 1, 10 no podía pillar el suelo. Luego por el pasillo se oía gente andando y me faltaron pelotas para levantarme. Toda la noche en duermevela. De madrugada mi parienta se despertó y me preguntó que me pasaba porque no dejaba de moverme. Ella pensando que eran por los nervios de estar allí por primera vez. A las seis y pico de la mañana me levanté porque no podía más. Mi suegro en su despacho y mi suegra viendo las noticias. No daba crédito. Me puse el chándal y dije que iba a correr. Con la que está cayendo me preguntaron? Me asomo por la ventana y llovía a mares. Cago en dios... Pues si, así me voy. Pensaba en ir a los contenedores de la noche anterior, pero estaba todo dios en la calle ya y vi que había cafeterías abiertas. Me metí en una, cague y desayuné dos trozos de bizcocho con un café con leche. Hice tiempo para subir y que pareciese que había está corriendo. Entre, me duché mientras miraba la taza y pensaba que se me iba a hacer muy larga la semana así. A media mañana volví a cagar en una cafetería mientras desayunábamos. Después de comer volví al bar del día anterior. Por la tarde mi me fui con mi cuñado y mi suegro a ver el futbol a una cervecería. Donde? Al bar en el que había estado cagando. Nada más entrar se saludan y veo que el camarero me señala y al minuto risas entre los tres. En ese momento estuve tentado en pillar y largarme a España. Si llego a ir en coche y no en avión me largo.
En el descanso bajó mi parienta y se nos unió. Evidentemente mi suegro le tuvo que decir algo y ella me preguntó que cuántas veces había entrado a cagar al bar. Mire al camarero y me cagué en su puta madre. Le expliqué lo que había y me dijo que iba a la farmacia. Tras el partido nos subimos y ya tuve que cagar allí. Si llego a salirme a la calle otra vez hay lío. Después de Dos litros de cerveza sin tapa no tenía fuerza alguna. Entré al baño y pensaba que se me salían las tripas por el culo. Solo salía caldo de color claro que me quemaba el fofó. Tenía el ojal para perderlo. Tengo que decir que no me he limpiado el fofo con papel más suave que el de esa casa.
Al salir pensé, dejo la puerta abierta que se airé esto o cerrada que macere y el que entre se lo coma? Pues cerrada, que no me digan maleducado. No quieren que cague aquí, pues que se jodan. Entoces vino mi parienta y me dió una pastilla que me dejó estreñido tres días.
Que fatigas pasé esa semana, copón.
Hoy vamos a hablar de ese recuerdo imborrable que todos guardamos. Junto a nuestro primer beso, la primera comunión, la primera vez que vomitamos por una borrachera, la primera teta que tocamos... todos recordamos cuando cagamos en casa de nuestros suegros por primera vez. Si, ese momento de vergüenza y toma de posesión de lo más sagrado tras follarte a la hija donde cruzas todas las lineas la confianza.
La primera vez que yo entré en casa de mis suegros estuve cagando dos días en los bares de alrededor. Incumplí la primera norma de la supervivencia: comer y beber sin saber lo que te metes en la boca. Y en un país de bárbaros eso es un error.
El primer día comimos en un restaurante con mis suegros y la comida me sabía rarísima. Tenía todo un gusto metálico. A la hora me entro un diarrerazo que pa que. Estábamos en el comedor de su casa y notaba cómo se me iba cortando en cuerpo. Empecé a sudar como un demonio y dije que bajaba un momento a la calle a hacer una llamada. Me metí en un bar y empecé a soltar mierda caldosa como un aspersor. Me bebí una coca cola y me fui. A la hora otra vez igual. Otra vez al bar y otra coca cola. Así dos veces más. El camarero que había tras la barra me miró mosqueado la cuarta vez que entre derecho al baño y me dijo algo que evidentemente no entendí. Al pagar me volvió a decir algo. Lo miré, recogí el cambio mientras pensaba para mí, que te calles subnormal.
Cenamos con las amigas de mi parienta en un tailandes de mierda y aquello fue peor todavía. Me levanté una vez en la cena a cagar. La segunda me salí a la calle porque me daba vergüenza que me vieran ir al baño otra vez. Hice como que me llamaban y me salí. Entre a un kebab que había enfrente y menos mal que tenía papel en el baño. Por mucho que me esté cagando siempre es lo primero que compruebo.
Antes de meternos en el nido baje a la calle otra vez y el bar de por la tarde estaba cerrado. Si un par de vueltas y no había nada abierto. Al final termine cagando entre dos contenedores.
Esa noche fue el horror. Entre la cagueta, unos ardores que me entraron y que la cama de la habitación de mi parienta era de 1, 10 no podía pillar el suelo. Luego por el pasillo se oía gente andando y me faltaron pelotas para levantarme. Toda la noche en duermevela. De madrugada mi parienta se despertó y me preguntó que me pasaba porque no dejaba de moverme. Ella pensando que eran por los nervios de estar allí por primera vez. A las seis y pico de la mañana me levanté porque no podía más. Mi suegro en su despacho y mi suegra viendo las noticias. No daba crédito. Me puse el chándal y dije que iba a correr. Con la que está cayendo me preguntaron? Me asomo por la ventana y llovía a mares. Cago en dios... Pues si, así me voy. Pensaba en ir a los contenedores de la noche anterior, pero estaba todo dios en la calle ya y vi que había cafeterías abiertas. Me metí en una, cague y desayuné dos trozos de bizcocho con un café con leche. Hice tiempo para subir y que pareciese que había está corriendo. Entre, me duché mientras miraba la taza y pensaba que se me iba a hacer muy larga la semana así. A media mañana volví a cagar en una cafetería mientras desayunábamos. Después de comer volví al bar del día anterior. Por la tarde mi me fui con mi cuñado y mi suegro a ver el futbol a una cervecería. Donde? Al bar en el que había estado cagando. Nada más entrar se saludan y veo que el camarero me señala y al minuto risas entre los tres. En ese momento estuve tentado en pillar y largarme a España. Si llego a ir en coche y no en avión me largo.
En el descanso bajó mi parienta y se nos unió. Evidentemente mi suegro le tuvo que decir algo y ella me preguntó que cuántas veces había entrado a cagar al bar. Mire al camarero y me cagué en su puta madre. Le expliqué lo que había y me dijo que iba a la farmacia. Tras el partido nos subimos y ya tuve que cagar allí. Si llego a salirme a la calle otra vez hay lío. Después de Dos litros de cerveza sin tapa no tenía fuerza alguna. Entré al baño y pensaba que se me salían las tripas por el culo. Solo salía caldo de color claro que me quemaba el fofó. Tenía el ojal para perderlo. Tengo que decir que no me he limpiado el fofo con papel más suave que el de esa casa.
Al salir pensé, dejo la puerta abierta que se airé esto o cerrada que macere y el que entre se lo coma? Pues cerrada, que no me digan maleducado. No quieren que cague aquí, pues que se jodan. Entoces vino mi parienta y me dió una pastilla que me dejó estreñido tres días.
Que fatigas pasé esa semana, copón.
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