CARTAS, EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

¿Está diciendo que le gustaría saber todos los secretos e intimidades que plasmados se hallan en las cartas de vidas ajenas que usted repartiría?

Que me voy remangando la camisa, eh.
 
Remánguese las bragas mejor. :eek:

Estoy diciendo que la imagen de un cartero ordenando sus cartas, cosa que forma parte de su trabajo, en una taberna, en estos días de e-mails, blogs, y foros de la internhez, es algo que está condenado a la extinción, como tantas otras cosas, y participa de la nostalgia, de lo bucólico, y de la añoranza de tiempos pasados, donde el mundo era más joven, y quizá, sólo quizá, más inocente. Y al haber cartas en esa imagen, la imagen se torna doblemente bucólica, melancólica.
 
Weiz rebuznó:
Pienso que es bastante probable que nunca hayas recibido una carta de una persona que mínimamente te importe.

Pues piensas mal, porque sí las he recibido.

Mis apostillas estaban referidas al valor "artístico" que, al igual que a una carta manuscrita, se le puede dar a un correo electrónico. El problema quizás es que muchos lo habéis usado de forma mecánica para escribir cuatro pamplinas.
 
Ah, bueno.



De Bécquer a supongo Julia Espín:

Código:
En una ocasión me preguntaste: 
-¿Qué es la poesía? 

¿Te acuerdas?
No sé a qué propósito había yo hablado 
algunos momentos antes de mi pasión por ella. 

-¿Qué es la poesía? -me dijiste. 

Yo, que no soy muy fuerte en esto de las
definicioneste respondí titubeando: 

-La poesía es..., es... 

Sin concluir la frase, buscaba inútilmente 
en mi memoria un término de 
comparación, que no acertaba a encontrar. 

Tú habías adelantado un poco la cabeza
para escuchar mejor mis palabras; 
los negros rizos de tus cabellos, 
esos cabellos que tan bien sabes dejar 
a su antojo sombrear tu frente, con un 
abandono tan artístico, pendían 
de tu sien y bajaban rozando tu mejilla 
hasta descansar en tu seno; en 
tus pupilas húmedas y azules como 
el cielo de la noche brillaba un punto 
de luz, y tus labios se entreabrían 
ligeramente al impulso de una 
respiración perfumada y suave. 

Mis ojos, que, a efecto sin duda de 
la turbación que experimentaba, 
habían errado un instante sin fijarse 
en ningún sitio, se volvieron 
entonces instintivamente hacia los tuyos, 
y exclamé, al fin: 

-¡La poesía..., la poesía eres tú! 

¿Te acuerdas? Yo aún tengo presente 
el gracioso ceño de curiosidad 
burlada, el acento mezclado de pasión
y amargura con que me dijiste: 

-¿Crees que mi pregunta sólo es hija 
de una vana curiosidad de mujer?
Te equivocas. 
Yo deseo saber lo que es la poesía, 
porque deseo pensar lo que tú piensas, 
hablar de lo que tú hablas, sentir con lo que tú 
sientes; penetrar, por último, en ese misterioso 
santuario en donde a veces se refugia tu alma 
y cuyo umbral no puede traspasar la mía. 

Cuando llegaba a este punto se
interrumpió nuestro diálogo.
Ya sabes por qué.
Algunos días han transcurrido.
Ni tú ni yo lo hemos vuelto a renovar, y, sin
embargo, por mi parte no he dejado de pensar en él. 
Tú creíste, sin duda, que la frase con 
que contesté a tu extraña 
interrogación equivalía a una evasiva galante
 
Epístola III del Caballero de la Tenaza a su dama:

Cuanto más me pide vuesa merced, más me enamora y menos la doy. ¡Miren donde fue a hallar que pedir pasteles hechizos! Que aunque a mí me es fácil enviar los pasteles y a vuesa merced hacer los hechizos, he querido suspenderlo por ahora. Vuesa merced muerda de otro enamorado; que para mí peor es verme comido de mujeres que de gusanos: porque vuesa merced come los vivos, y ellos los muertos. Adiós Lisa. Hoy día de ayuno.
De ninguna parte, porque los que no envían, no están en ninguna parte; sólo están en su juicio.
 
De James Joyce a su amada, Nora Barnbacle. Una de las muchas que le escribió con el mismo estilo. Es un poco larga pero merece la pena (no he revisado la traducción; es de internet, pero espero que sea decente):

Dublin, Diciembre 9, 1909
Mi dulce y traviesa pajarita cogedora. Aquí está otro billete para comprar lindos calzones o medias o ligas. Compra calzones de puta, amor, y asegúrate de rociarles las piernas con algún agradable aroma y también de mancharlas un poquito atrás.
Pareces ansiosa de saber cómo recibí tu carta que dices es peor que la mía. ¿Cómo que es peor que la mía, amor? Sí, es peor en una o dos partes. Me refiero a la parte en la que dices que lo harás con tu lengua (no me refiero a que me chupes) y en esa amable palabra que escribiste bien grande y subrayada, pequeña canalla. Es excitante escuchar esa palabra (y una o dos más que no escribiste) en los labios de una chica. Pero prefiero que hables de ti y no de mí. Escríbeme una larga, larga carta, llena de esas y otras cosas, acerca de ti, querida. Ahora ya sabes cómo regalarme una erección. Dime las más pequeñas cosas acerca de ti tan detalladamente mientras sean obscenas, sucias y secretas. No escribas otra cosa. Deja que cada oración se llene de sucias e impúdicas palabras y sonidos. Son lo que más amo oír y ver en el papel, porque las más sucias son las más hermosas.
Las dos partes de tu cuerpo que hacen cosas sucias son las más amadas por mí. Prefiero tu culo, querida, a tus tetitas porque hace cosas más sucias. Si amo tanto tu coño no tanto por ser la parte de tu cuerpo que penetro, sino porque hace otra cosa sucia. Puedo pasar todo el día acostado putaneando mientras miro la divina palabra que escribiste, y la cosa que dices quisieras hacer con tu lengua. Desearía poder oír tus labios murmurando esas celestiales y excitantes palabras sucias, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos sucios, sentir tu cuerpo culebreando debajo mío oír y oler los gruesos sucios pedos de niña irse pop pop fuera de tu hermoso culo desnudo de niña y coger, coger, coger el sexo de mi caliente villana, mi pequeña y cogedora pajarita, por siempre.
Estoy feliz ahora, porque mi putita dijo que quiere que lo hagamos por atrás, y quiere que la coja por la boca, y quiere desabotonarme y sacar mi petaca y chuparla como una teta. Más y más sucias que éstas cosas quiere ella hacer, mi pequeña y desnuda cogedora, mi pícara y culebreadora pequeña culeadora, mi dulce y sucia pedorrita.
Buenas noches mi pequeño coñito, me voy a acostar y jalármela hasta acabar. Escribe más y más sucio, querida. Hazle cosquillitas a tu pequeño pene mientras me escribes para que te haga decir peores y peores cosas. Escribe las palabras obscenas grandes y subrayadas y bésalas y ponlas un momento en tu dulce sexo caliente, querida, y también levanta un momento tu vestido y ponlas debajo de tu querido culito pedorreador. Haz más si quieres y mándame entonces la carta, mi querida pajarita cogedora de enojado trasero.
JIM

¡Qué cosas tienen los enamorados! ¡Y qué finura, la de Joyce!

Para el que quiera leerse una semblanza de Joyce, que vaya al capítulo correspondiente de las Vidas escritas de Javier Marías. Allí es donde conocí la existencia de estas misivas tan subidas de tono.
 
ESCRITOS INEDITOS: "Cartas de un viejo indecente". Recopilacion de varias cartas de Charles Bukowski.

Código:
A John William Corrington, 17 de noviembre de 1961. 

soy un blando. no puedo hacerlo. estaba dando vueltas en auto con mi chica y era domingo y yo buscaba un lugar para comprar cerveza y vimos un cartel, POLLOS, y ella dijo, oh, compremos un pollo, vamos a cocinar un rico pollo, y yo dije claro, y paramos ahí y tenían pollos muy buenos, sólo que caminaban y tenían plumas blancas, había 60 o 70 y, cuando entré, un par de ellos se cagaron y otro me miraba guiñandome el ojo. me detuve en el mostrador y el tipo dijo lindos pollos, no? pegué media vuelta, salí y mi chica dijo dónde est¡ el pollo, y le respondí qué mierda, todos parecían enfermos, no podías saber lo que te estabas llevando con todas esas plumas, y ella dijo pero es fácil, pálpalos con los dedos y mírales los ojos. agarre un pollo de ojos limpios. los pollos son como la gente, si los ojos no están limpios es que algo anda mal. 

¿cómo los matas?, le pregunté. 
mi padre les retorcía el cogote, ¡WHIRRR, ZIP!!! 
comamos un sandwich de banana, dije. 

me acuerdo del matadero, allí por donde dobla el tranvía, los pisos estaban grasientos de sangre, verdes, la sangre tiene un olor especial que no se va nunca y no hay nada más difícil de quitar que una mancha de sangre, la sangre es vida, y la muerte llegaba minuto a minuto pero, a diferencia de los doctores y las enfermeras del hospital del condado de Los Angeles, yo nunca me pude acostumbrar. y no tenía auto. había que subirse al tranvía y la gente olía la sangre sobre mí y me miraba, me miraba, y después llegaba a casa y me comía un churrasco. 

y no estoy a favor de los vegetarianos, quienes quizá sean demasiado blandos para la fórmula en que fuimos concebidos. yo como carne, pero no quiero ver cómo la consiguen nunca más, nunca más quiero oír ese sonido. cuando la vida cambia a muerte, en ese pequeño instante algo se rompe en tu cabeza, y ya no puede ser reconstruido. tampoco cazar ciervos, pibe. me pondría enfermo atar el cadáver en el baúl. tipos como Hemingway deben pensar que soy puto. 

una vez me contaron una historia divertida. me la dijo un tipo que hacía terapia de grupo. tocaba no sé qué instrumento en la orquesta sinfónica, pero andaba como yo, sin hacer nada. bueno, él fue a visitar a un tipo. el tipo le dijo vení, te voy a mostrar algo. tengo 2 pollos. así ahorras plata. compras los pollitos y los criás. Ay cómo los matas?, preguntó mi amigo. el tipo no sabía cómo matarlos. agarró un martillo y largó los pollos en el patio, tratando de matar los dos a la vez. fue un desastre. los pollos no se morían. y el tipo les pegaba con el martillo. el ruido, la sangre, un ojo colgando del nervio, el pico hundido en la cabeza y el pollo seguía corriendo, y mientras el martillo subía y bajaba, el otro pollo estaba quieto, esperando. al final, mi amigo, piadoso, se puso mal. y empezó a dar instrucciones y al cabo de un rato el trabajo concluyó. el tipo agarró los dos pollos y los tiró a la basura. su novia lo abandonó y nunca más le habló, y tampoco le habló al que había dado las instrucciones. 

charles bukowski 



-----------------------------------------------------------------------------

A Jon y Louis Webb, 26 de marzo de 1963. 

Si piensan que la entrevista que me hizo Kaye estuvo dura, tendrían que haber escuchado después... cuando los dos nos habíamos entonado un poco: 

K: "Escuchame, si el mundo fuera a terminar en 15 minutos, ¿Qué harías? ¿Qué le dirías a la gente?" 
B: "No les diría nada". 
K: "¡MIRA, no estas cooperando! ¡Si el mundo se terminara en 15 minutos, quiero saber qué harías!" 
B: "Me tiraría a descansar un rato, como ahora". 
K: "¡Pero qué le dirías a la gente, hombre, LA GENTE!" 
B: "Que lleven monedas para el colectivo". 

Y lo más raro de todo es que si vos les decís la verdad, creen que no estás cooperando. 

charles bukowski 



-----------------------------------------------------------------------------

A Ann Bauman, 2 de mayo de 1963. 

estoy escribiendo esto después de nuestra conversación telefónica, y vos no tenés plata, y deberías tener, y sin embargo también hace bien no tener, fuiste un sonido desde la oscuridad, y te amo por eso, hay algo bueno en 
vos, puede que no lo sepas, pero existe, y olvídate de todas las comas y de esta charla estilo libre... es tan raro escuchar un sonido en la locura. no me siento cómodo hablando por teléfono. no me siento cómodo hablando. 
aunque digo cosas pequeñas y tontas, es sólo por vergüenza y carencia de habilidad y de corazón y por todas las carencias que me impiden expresar lo que quisiera, y cuando cuelgo el teléfono siempre siento que fracasé. no un 
fracaso ordinario, sino un fracaso que afecta a todo: a mí mismo, a vos, a nuestra próxima mañana, a todas las maneras en que se enrosca el humo. Ann, creo que tenés que saber esto: no soy básicamente un poeta, odio a 
los putos poetas que se complican la vida contra el mundo quejoso, y los poetas son malos, y el mundo es malo, y nosotros estamos acá!, sí. lo que quiero decir es que la poesía, la que yo escribo, es sólo una décima parte de 
mí. las otras nueve partes están asomadas a un acantilado sobre el mar escupiendo maldiciones baratas. me gustaría sufrir a la manera clásica y tallar un mármol que dure siglos después de este perro que escucho tras mi 
ventana de 1963, pero estoy maldecido y abofeteado y malgastado hasta la nulidad en mis brazos y ojos y dedos y esta carta esta noche, 1 o 2 de mayo de 1963, luego de escuchar tu voz en el teléfono. 

merezco morir. espero la muerte como a un halcón engalanado que con su pico su canto y sus púas busca mi sangre enjaulada. suena lindo, pero no lo es. la poesía que es parte de mí, la realidad aparente, lo que escribo, es bosta y basura y saliva y viejas naves de combate que se hunden. sé que cuando el mundo --que es barato y sin clase ¿y qué más? ¿qué más?-- olvide la poca poesía que escribí, no ser¡ del todo culpa del mundo, porque yo no pienso en escribir, y sólo el filo del cuchillo, con el que unto la manteca o corto la cebolla, tiene un poco de práctica en los versos de mi mente. 

no sabés lo importante que fue tu llamada para mí, aunque te debo haber parecido torpe y atolondrado y estúpido, pero me gustaría que no me volvieras a llamar porque sé cómo te están yendo las cosas (no muy bien) y no quiero que la poca buena gente del mundo sea herida por bukowski el vomitador. todo esta bien ahora, pero yo no sé si vendrá¡ o cuando vendrá el próximo ataque, lo cual es un punto de vista cobarde, y todos los hombres son cobardes al ahogarse, escúchalos gritar, ¿y qué es la vida? ¿qué? hundiéndose en el agua, y no es la falta de aire y luz y pulmones y ojos y amor lo que cuenta: es esta picazón que pusieron en nosotros y que nos hace preguntarnos por qué carajo estamos acá¡. por esas pocas cosas. como una llamada desde Sacramento a las 7.30 de la noche. no sé, no sé, y eso es tan triste. si las cosas se arreglaran con mi llanto, todos nos ahogaríamos en mis lágrimas enfermas. pero no sé qué hacer. tomo demasiado. o no lo suficiente. hago apuestas. hago el amor con mujeres que sólo viven dentro de sus cuerpos y miro los copos de sus ojos y sé que les miento y que me miento porque no soy más que un perro, y el amor o su acto deberían contener algo más que dos pedazos de carne friéndose en una sartén o todo est¡ perdido como pasto del jardín o caracoles pisados y aplastados, abandonados a una suerte de viscosidad viviente, a una vida triturada para siempre. 

este asunto de la poesía es el peor de esos pisotones. te debilita. y si un hombre ya es débil antes de escribir poesía, entonces se convierte, finalmente, a través de los golpes de sombras y quejas, en lo que es: sólo 
otro muchachito rosado que hace su puto trabajo de la manera más frágil y vomitiva. 

tenés que entender que hay otros modos de enfrentar la vida que no son la máquina de escribir. quienes lo hicieron así quizá¡ no sean el mejor ejemplo. nunca tomes al Arte como un espejo sagrado. lo justo siempre es poco, y eso incluye a todos los siglos. los países más honorables no sobreviven por coraje, ni las épocas sobreviven a los buenos artistas. todo es azar y mierda y el golpe de los vientos. por favor perdóname las malas palabras. si hay 
algo que odio es una palabra vil dicha vilmente o un chiste verde o el sexo y la vida de un hombre y una mujer que quieren la cosa así como está. quizás yo esté perfectamente loco y vos deberías saberlo (una nota más sombría con chillidos dorados) y no tengo intenciones de agarrarmelas con tus obras de teatro... algunas están bien... Racine, etc., y uno sólo se puede reír de eso cuando no da o intenta, y yo digo adelante: versos o llamadas telefónicas o tarjetas de crédito o muerte o amor o enormes balnearios en playas de sonido y golpes y momentos de medianoche, te agradezco por seguir y yo, también, mientras tanto, sigo un poquito más. 

p.d.: no me odies por sentir más de lo (quizás) necesario. puede que sea mejor que las ranas perdidas y el aire quemado de nylon y neón... puede que sea mejor que nos convirtamos en criaturas de gestos en vez de realidad, y el matrimonio es una realidad de la vida y muy pocos de nosotros pueden soportar el matrimonio o la realidad o la vida. 

charles bukowski 



-----------------------------------------------------------------------------

A John William Corrington, 28 de agosto de 1963. 

bueno, ya hicieron la marcha por la libertad hoy en la capital. muy lindo. aunque yo prefiero una libertad negra y BLANCA. algún día van a descubrir que, blanco o negro, igual no podés conseguir trabajo. y cuando votas, cualquier partido, cualquier hombre puede ser malo. y van a descubrir que el agua tiene el mismo sabor, pero no se puede culpar a un hombre por buscar las pequeñas cosas. quieren entrar en cualquier iglesia; yo no quiero entrar a la iglesia. quieren votar; yo no quiero votar. quieren vivir donde vive el hombre blanco; me importa un carajo dónde vivo. quieren iguales derechos, es decir, los derechos que se supone que yo tengo, y éstos son tan pequeños, tan insignificantes en la vida cotidiana que los escupo. una cosa son los derechos de los que se habla y otra lo que 
efectivamente sucede. un hombre nunca saldrá adelante con la maquinaria del Estado. un hombre sale adelante con sus huesos, su mente y sus propias leyes. los grandes hombres no esperan nada del Estado. lo ignoran o crean el propio que satisfaga sus pasiones. así que lo de hoy en Washington, la marcha de la libertad, el progreso del hombre, todo ese espíritu, uau, aparenta mucho pero no es nada, y camina en su tranquila viscosidad ahogandose mientras se examina a sí mismo. 

charles bukowski 



--------------------------------------------------------------------------

A Douglas Blazek, 22 de marzo de 1966. 

los envenenadores de perros son legión, actúan furtivamente, y rara vez los atrapan. como si no tuviéramos suficiente muerte, ellos juegan sucio con lo poco que hay. ¿y me querían mandar a la GUERRA para salvar a tipos 
como esos? los envenenadores de perros por lo general son antiguos vecinos del barrio, respetables, religiosos, propietarios, y a menudo sin hijos o con hijos que han crecido y no quieren verlos más. los envenenadores de perros suelen andar entre los 55 y los 70. la mayoría de ellos amaba a los animales de chicos, pero la sociedad Americana y lo que ella extrae del cuerpo, la mente y el alma puede producir monstruos muy especiales. casi todos están preocupados por la propiedad y los "derechos de la propiedad" como ellos los llaman. y como no tienen otra cosa que abrazar, su mundo se reduce a eso. no hace mucho hubo un doctor por acá¡ que aporreó un cachorro hasta matarlo con el mango de su pistola. ni siquiera era un perro adulto. y lo hizo abiertamente, en su jardín, con los 
chicos y la gente mirando. (yo no estaba ahí). su excusa fue que el cachorro no tenía derechos en su propiedad. siendo médico y alimentado con la adoración de la gente hacia los médicos y con $$$, resultaba más atrevido y 
estúpido que sus hermanos mataperros. el caso fue a los tribunales, pero no sé cómo terminó. no lo publicaron o me perdí esa edición. probablemente fue absuelto o lo multaron con $15. la propiedad, la propiedad. yo tuve un lindo perro una vez (mitad lobo, mitad collie, pero amable, amable). un día lo estaba paseando y él se paró a mear sobre una planta que estaba enfrente de una inmobiliaria en Beverly Boulevard. yo lo había entrenado para que lo hiciera en los baldíos, pero él meó en la planta. y salió el tipo de la inmobiliaria gritandome: "¡HEY, SACA ESE PERRO DE AHI! ¡HEY, HEY, HEY! ¡EL PIS ES VENENO, MEO MI PLANTA!" podías oírlo gritar desde Bensenville, Illinois. yo lo miré, miré su cara ¡acida y sus ojos y su cuerpo colgando ahí. "no controlo el pis de mi perro", le dije con tranquilidad. "¡Bueno, que mee en otro lado, sacalo!" no me moví. el perro o yo, cualquiera de los dos podría haberlo matado. "tu arbolito de mierda no se va a morir", le dije. "y si se muere, te lo pago". "¡Saca ese perro de 
acá!!" nos quedamos parados hasta que se fue otra vez adentro a contar sus pedacitos de ganancia. a veces pienso que esos tipos casi saben que están muertos, que son feos, que están gastados, y no quieren ver a nada ni a nadie feliz y despreocupado; ni siquiera pueden ver a nadie infeliz, del modo en que nosotros somos infelices. hay que hacerlo a su manera. un auto atropelló a mi perro después de mi ultima separación. le había dejado el perro a ella. los animalitos domésticos casi nunca mueren de viejos. 

¡cómo odio este puto mundo y sus modos y sus valores! Blaz, te vas a recuperar del perro (los perros) muerto, pero no de aquello que lo mata: la bandera Americana. el dinero. la propiedad. los habitantes muertos de ciudades de horror, locura y miedo. cristo, cristo. 

charles bukowski 



-----------------------------------------------------------------------------

A Marina Bukowski, 16 de septiembre de 1969. 

hola Marinita: es tan lindo escuchar tu voz cada vez que me llamas. tenés la voz más bella del mundo. muchas gracias por llamarme. me siento bien durante días y días después de hablar con vos. y pienso que te voy a ver de 
nuevo y eso me hace andar. a veces cuando me enfermo pienso en vos y me pongo bien. POR FAVOR TENE MUCHO CUIDADO AL CRUZAR LA CALLE. MIRA PARA LOS DOS LADOS. pienso en vos todo el tiempo y te amo más que al cielo o a las montañas o al mar o a nada ni nadie. por favor portate bien y sé feliz y no te preocupes por mí. con todo mi amor, mi pequeña, Hank. 

charles bukowski

¿Te ha sabido a poco? Échale un vistazo a https://www.charlesbukowski.cjb.net/
 
Quería encontrar estas dos cosas:

Alfonso VIII y Raquel.

Kokoschka y Alma Maller.

Lo de Alfonso VIII si alguien sabe en qué Universidad oBiblioteca puede estar, si es que se conserva, agradecería la ayuda con una plegaria a Santo Tomás.
 
“Estimada Cristina: Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a
enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución
de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que
puedas solicitar la certificación al Notario (…)(…) y tener listos todos
los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con
las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría
quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o
comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:
- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez
en la oficina.
- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.
- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
- La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
- La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos.
(También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:
- Los silencios.
- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
- El sabor acre de los insultos y reproches.
- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
- Las náuseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.
- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
- Jorge y Cecilia… Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante
nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes
quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:… objetos. Por último,
recordarte el n º de teléfono de mi abogado (…….) para que tu letrado
pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio
para ratificar nuestro convencimiento. Afectuosamente, Roberto.”

Carta Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor.
 
Las cartas de desamor son patéticas. No voy a decir que yo nunca he escrito una (por eso mismo puedo decir que son patéticas) pero es que simbolizan todo lo que el amor no es, vamos, simbolizan todo lo que es el amor lírico, el de las pelis y las historias de ficción. Puedo estar de acuerdo en que esa carta que posteas es bonita, pero no puedo evitar reírme pensando que mientras uno la escriba la otra le está comiendo el rabo a otro tipo, qué le vamos a hacer.

Hablan de cosas que ya no existen, son una mentira en sí mismas e intentan dar valor a algo totalmente perecedero y prescindible. Me gustaría saber si hay alguien en el mundo que no se haya sentido ridículo al leer una carta de este tipo escrita por él meses más tarde, es imposible.
 
Me dan ganas de autoquotearme y volver a poner el poema que puse hace dos páginas, "Todas las cartas de amor son ridículas". Pero sólo citaré el verso en el que dice que al fin y al cabo, los que no han escrito nunca cartas de amor sí que son ridículos.

Y sí, me cago en el amor y en su puta madre y como empiece no paro... así que paro.
 
ruben_vlc rebuznó:
Las cartas de desamor son patéticas. No voy a decir que yo nunca he escrito una (por eso mismo puedo decir que son patéticas) pero es que simbolizan todo lo que el amor no es, vamos, simbolizan todo lo que es el amor lírico, el de las pelis y las historias de ficción. Puedo estar de acuerdo en que esa carta que posteas es bonita, pero no puedo evitar reírme pensando que mientras uno la escriba la otra le está comiendo el rabo a otro tipo, qué le vamos a hacer.

Hablan de cosas que ya no existen, son una mentira en sí mismas e intentan dar valor a algo totalmente perecedero y prescindible. Me gustaría saber si hay alguien en el mundo que no se haya sentido ridículo al leer una carta de este tipo escrita por él meses más tarde, es imposible.

Seguro que te hacen sentir ridículo pero el dolor es real y para eso existe la carta. Es un recordatorio de algo que, en estos casos, murió. Aunque ¿Quién no esboza una sonrisa al leer esas mismas cartas o cualquier otra unos años más tarde?
 
Sí, basta de cartas babosas. La mejor carta jamás escrita en castellano:

La carta de Alonso Ramplón a su sobrino don Pablos (el Buscón para que nos entendamos):

Hijo Pablos (que por el mucho amor que me tenía me llamaba así), las ocupaciones grandes de esta plaza en que me tiene ocupado Su Majestad no me han dado lugar a hacer esto, que si algo tiene malo el servir al Rey es el trabajo, aunque se desquita con esta negra honrilla de ser sus criados.

Pésame de daros nuevas de poco gusto. Vuestro padre murió ocho días ha con el mayor valor que ha muerto hombre en el mundo; dígolo como quien lo guindó. Subió en el asno sin poner pie en el estribo; veníale el sayo vaquero que parecía haberse hecho para él, y como tenía aquella presencia, nadie le veía con los Cristos delante que no le juzgase por ahorcado. Iba con gran desenfado mirando a las ventanas y haciendo cortesías a los que dejaban sus oficios por mirarle; hízose dos veces los bigotes; mandaba descansar a los confesores y íbales alabando lo que decían bueno.

Llegó a la N de palo, puso el un pie en la escalera, no subió a gatas ni despacio y viendo un escalón hendido, volvióse a la justicia y dijo que mandase aderezar aquel para otro, que no todos tenían su hígado. No os sabré encarecer cuán bien pareció a todos.

Sentóse arriba, tiró las arrugas de la ropa atrás, tomó la soga y púsola en la nuez. Y viendo que el teatino le quería predicar, vuelto a él, le dijo: -«Padre, yo lo doy por predicado; vaya un poco de Credo, y acabemos presto, que no querría parecer prolijo». Hízose así; encomendóme que le pusiese la caperuza de lado y que le limpiase las barbas. Yo lo hice así. Cayó sin encoger las piernas ni hacer gesto; quedó con una gravedad que no había más que pedir. Hícele cuartos y dile por sepultura los caminos. Dios sabe lo que a mí me pesa de verle en ellos haciendo mesa franca a los grajos, pero yo entiendo que los pasteleros de esta tierra nos consolarán, acomodándole en los de a cuatro.

De vuestra madre, aunque está viva agora, casi os puedo decir lo mismo, porque está presa en la Inquisición de Toledo, porque desenterraba los muertos sin ser murmuradora. Halláronla en su casa más piernas, brazos y cabezas que en una capilla de milagros. Y lo menos que hacía era sobrevirgos y contrahacer doncellas. Dicen que representará en un auto el día de la Trinidad, con cuatrocientos de muerte. Pésame que nos deshonra a todos, y a mí principalmente, que al fin soy ministro del Rey y me están mal estos parentescos.

Hijo, aquí ha quedado no sé qué hacienda escondida de vuestros padres; será en todo hasta cuatrocientos ducados. Vuestro tío soy, y lo que tengo ha de ser para vos. Vista ésta, os podéis venir aquí, que con lo que vos sabéis de latín y retórica, seréis singular en el arte de verdugo. Respondedme luego, y entre tanto, Dios os guarde.
 
Siempre me han fascinado las cartas que viene de paises remotos,que hablan de viajes,de otras culturas,otras gentes,cartas que hacen volar la imaginación.En la adolescencia fui radiofacionado,ello me permitió cartearme con gente de diversos paises.Recuerdo con especial cariño una de las primeras postales que recibí,venía de Madagascar,para ser mas exactos de la cápital Antananarivo.Durante algun tiempo Antananarivo fue para mi una palabra mágica,simbolizaba,la liberación el paraíso,un paraíso con el que todos hemos soñado alguna vez,sobre todo en la adolescencia y casi nadie le pone nombre.
 
LASTCRUISER rebuznó:
Durante algun tiempo Antananarivo fue para mi una palabra mágica,simbolizaba,la liberación el paraíso,un paraíso con el que todos hemos soñado alguna vez,sobre todo en la adolescencia y casi nadie le pone nombre.


Y yo que siempre he pensado que este tipo de reflexiones son las que realmente diferencian a los hombres de las mujeres...

Perdón por el off topic. Sigamos con el tema del hilo.
 
Una carta capital en la historia de la literatura. Una poética en que se aboga por el desordenamiento poético de los sentidos y la aceptación de la radical alteridad humana. Un poema clásico. Señoras y señores, con ustedes el joven Rimbaud en su máximo esplendor:

De Arthur Rimbaud a Georges Izambard
Charleville, [13] mayo 1871

Estimado señor:
Ya está usted otra vez de profesor. Nos debemos a la sociedad, me tiene usted dicho: forma usted parte del cuerpo docente: anda por el buen carril. — También yo me aplico este principio: hago, con todo cinismo, que me mantengan; estoy desenterrando antiguos imbéciles del colegio: les suelto todo lo bobo, sucio, malo, de palabra o de obra, que soy capaz de inventarme: me pagan en cervezas y en vinos. Stat mater dolorosa, dum pendet filius, — Me debo a la Sociedad, eso es cierto; — y soy yo quien tiene razón. Usted también la tiene, hoy por hoy. En el fondo, usted no ve más que poesía subjetiva en este principio suyo: su obstinación en reincorporarse al establo universitario —¡perdón!— así lo demuestra. Pero no por ella dejará de terminar como uno de esos satisfechos que no han hecho nada, porque nada quisieron hacer. Eso sin tener en cuenta que su poesía subjetiva siempre será horriblemente sosa. Un día, así lo espero, — y otros muchos esperan lo mismo —, veré en ese principio suyo la poesía objetiva: ¡la veré más sinceramente de lo que usted sería capaz! Seré un trabajador: tal es la idea que me frena, cuando las cóleras locas me empujan hacia la batalla de París —¡donde, no obstante, tantos trabajadores siguen muriendo mientras yo le escribo a usted! Trabajar ahora, eso nunca jamás; estoy en huelga. Por el momento, lo que hago es encanallarme todo lo posible. ¿Por qué? Quiero ser poeta y me estoy esforzando en hacerme Vidente: ni va usted a comprender nada, ni apenas si yo sabré expresárselo. Ello consiste en alcanzar lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos. Los padecimientos son enormes, pero hay que ser fuerte, que haber nacido poeta, y yo me he dado cuenta de que soy poeta. No es en modo alguno culpa mía. Nos equivocamos al decir: yo pienso: deberíamos decir me piensan. — Perdón por el juego de palabras.
YO es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín, ¡y mofa contra los inconscientes, que pontifican sobre lo que ignoran por completo!
Usted para mí no es Docente. Le regalo esto: ¿puede calificarse de sátira, como usted diría? ¿Puede calificarse de poesía?
Es fantasía, siempre. — Pero, se lo suplico, no subraye ni con lápiz, ni demasiado con el pensamiento.

El corazón atormentado

Mi triste corazón babea en la popa,
Mi corazón está lleno de tabaco de hebra:
Ellos le arrojan chorros de sopa,
Mi triste corazón babea en la popa:
Ante las chirigotas de la tropa
Que suelta una risotada general,
Mi triste corazón babea en la popa,
¡Mi corazón está lleno de tabaco de hierba!
¡Itifálicos y sorcheros
Sus insultos lo han pervertido!
En el gobernalle pintan frescos
Itifálicos y sorcheros.
Oh olas abracadabrantescas,
Tomad mi cuerpo para que se salve:
¡Itifálicos y sorcheros
sus insultos lo han pervertido!
Cuando, al final, se les seque el tabaco,
¿Cómo actuar, oh corazón robado?
Habrá cantilenas báquicas
Cuando, al final, se les seque el tabaco:
Me darán bascas estomacales
Si el triste corazón me lo reprimen:
Cuando, al final, se les seque el tabaco
¿Cómo actuar, oh corazón robado?

No es que esto no quiera decir nada.
Contésteme, a casa del señor Deverrière, para A.R.
AR. RIMBAUD
 
ilovegintonic rebuznó:
Me dan ganas de autoquotearme y volver a poner el poema que puse hace dos páginas, "Todas las cartas de amor son ridículas". Pero sólo citaré el verso en el que dice que al fin y al cabo, los que no han escrito nunca cartas de amor sí que son ridículos.

Cartitas de (des)amor o el súmmum del ridículo

Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho.
-Rousseau -
 
Solo trataba de decir que algunas cartas tienen el poder de hacer volar nuestra mente imaginándonos,situaciones,lugares... etc..etc.Por lo que respecta a las cartas de amor,me parecen vomitivas.No veo que extraño placer pueden encontrar algunas personas en la derrota y mas si esa derrota se produce en los farragosos campos del amor.Escribir suplicando clemencia,arrastrándose,haciendo balance de todos los despropósitos habidos y por haber es propio de seres inferiores.Por eso creo que el dinero de los concursos que premian semejante chorrada,deberían emplearlo en psiquiatras para los participantes.
 
E. A. Poe

A Maria Clemm

Nueva York (Filadelfia) 7 de julio (1849)

Mi querida, queridísima Madre,

He estado tremendamente enfermo: he tenido cólera, o espasmos igual de virulentos, y ahora a duras penas logro empuñar la pluma (...)
Nada más recibir ésta, ven junto a mí. La alegría de verte me resarciría en parte de todo nuestro sufrimiento. No nos queda sino morir juntos. Ahora ya de nada sirve razonar conmigo; no puedo más, tengo que morir. Desde que publiqué Eureka, no tengo deseos de seguir con vida. No puedo terminar nada más. Por tu amor era dulce la vida, pero hemos de morir juntos. Tú lo has sido todo para mí, querida madre siempre amada, mi mejor, mi más fiel amiga.
Nunca estuve realmente loco, salvo en contadas ocasiones, en que mi corazón zozobró (...)
Desde que me encuentro aquí he estado una vez en prisión por embriaguez, pero aquella vez no estaba borracho. Fue por Virginia.


--- Los (...) están así establecidos en la edición del libro que recoge las cartas de Poe a lo largo de su vida.
 
A. Camus, después de concedérsele el Nobel de literatura, a su maestro de escuela.

Querido Monsieur Germain:

He dejado que se apague un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de decirle unas palabras con todo mi corazón.

Acaban de hacerme un gran honor que yo no he buscado ni solicitado. Cuando me enteré de la noticia mi primer pensamiento, después de mi madre, fue para usted. Sin usted, sin esa mano afectuosa que usted tendió al pequeño niño pobre que yo era, sin sus enseñanzas y su ejemplo, nada de esto hubiera sucedido.

Yo no le doy mucha importancia a este tipo de honores, pero al menos ésta es una ocasión para decirle lo que usted ha sido y es siempre para mí y para asegurarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted pone están siempre vivos en uno de sus pequeños escolares que, a pesar de la edad, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

Lo abrazo con todas mis fuerzas,

Albert Camus
 
Os dejo algunas cartas si os parece.

A Ann Bauman, 2 de mayo de 1963.

estoy escribiendo esto después de nuestra conversación telefónica, y vos no tenés plata, y deberías tener, y sin embargo también hace bien no tener, fuiste un sonido desde la oscuridad, y te amo por eso, hay algo bueno en vos, puede que no lo sepas, pero existe, y olvídate de todas las comas y de esta charla estilo libre... es tan raro escuchar un sonido en la locura. no me siento cómodo hablando por teléfono. no me siento cómodo hablando. aunque digo cosas pequeñas y tontas, es sólo por vergüenza y carencia de habilidad y de corazón y por todas las carencias que me impiden expresar lo que quisiera, y cuando cuelgo el teléfono siempre siento que fracasé. no un fracaso ordinario, sino un fracaso que afecta a todo: a mí mismo, a vos, a nuestra próxima mañana, a todas las maneras en que se enrosca el humo. Ann, creo que tenés que saber esto: no soy básicamente un poeta, odio a los putos poetas que se complican la vida contra el mundo quejoso, y los poetas son malos, y el mundo es malo, y nosotros estamos acá!, sí. lo que quiero decir es que la poesía, la que yo escribo, es sólo una décima parte de mí. las otras nueve partes están asomadas a un acantilado sobre el mar escupiendo maldiciones baratas. me gustaría sufrir a la manera clásica y tallar un mármol que dure siglos después de este perro que escucho tras mi ventana de 1963, pero estoy maldecido y abofeteado y malgastado hasta la nulidad en mis brazos y ojos y dedos y esta carta esta noche, 1 o 2 de mayo de 1963, luego de escuchar tu voz en el teléfono.
merezco morir. espero la muerte como a un halcón engalanado que con su pico su canto y sus púas busca mi sangre enjaulada. suena lindo, pero no lo es. la poesía que es parte de mí, la realidad aparente, lo que escribo, es bosta y basura y saliva y viejas naves de combate que se hunden. sé que cuando el mundo --que es barato y sin clase ¿y qué más? ¿qué más?-- olvide la poca poesía que escribí, no ser¡ del todo culpa del mundo, porque yo no pienso en escribir, y sólo el filo del cuchillo, con el que unto la manteca o corto la cebolla, tiene un poco de práctica en los versos de mi mente.
no sabés lo importante que fue tu llamada para mí, aunque te debo haber parecido torpe y atolondrado y estúpido, pero me gustaría que no me volvieras a llamar porque sé cómo te están yendo las cosas (no muy bien) y no quiero que la poca buena gente del mundo sea herida por bukowski el vomitador. todo esta bien ahora, pero yo no sé si vendrá¡ o cuando vendrá el próximo ataque, lo cual es un punto de vista cobarde, y todos los hombres son cobardes al ahogarse, escúchalos gritar, ¿y qué es la vida? ¿qué? hundiéndose en el agua, y no es la falta de aire y luz y pulmones y ojos y amor lo que cuenta: es esta picazón que pusieron en nosotros y que nos hace preguntarnos por qué carajo estamos acá¡. por esas pocas cosas. como una llamada desde Sacramento a las 7.30 de la noche. no sé, no sé, y eso es tan triste. si las cosas se arreglaran con mi llanto, todos nos ahogaríamos en mis lágrimas enfermas. pero no sé qué hacer. tomo demasiado. o no lo suficiente. hago apuestas. hago el amor con mujeres que sólo viven dentro de sus cuerpos y miro los copos de sus ojos y sé que les miento y que me miento porque no soy más que un perro, y el amor o su acto deberían contener algo más que dos pedazos de carne friéndose en una sartén o todo est¡ perdido como pasto del jardín o caracoles pisados y aplastados, abandonados a una suerte de viscosidad viviente, a una vida triturada para siempre.
este asunto de la poesía es el peor de esos pisotones. te debilita. y si un hombre ya es débil antes de escribir poesía, entonces se convierte, finalmente, a través de los golpes de sombras y quejas, en lo que es: sólo otro muchachito rosado que hace su puto trabajo de la manera más frágil y vomitiva.
tenés que entender que hay otros modos de enfrentar la vida que no son la máquina de escribir. quienes lo hicieron así quizá¡ no sean el mejor ejemplo. nunca tomes al Arte como un espejo sagrado. lo justo siempre es poco, y eso incluye a todos los siglos. los países más honorables no sobreviven por coraje, ni las épocas sobreviven a los buenos artistas. todo es azar y mierda y el golpe de los vientos. por favor perdóname las malas palabras. si hay algo que odio es una palabra vil dicha vilmente o un chiste verde o el sexo y la vida de un hombre y una mujer que quieren la cosa así como está. quizás yo esté perfectamente loco y vos deberías saberlo (una nota más sombría con chillidos dorados) y no tengo intenciones de agarrarmelas con tus obras de teatro... algunas están bien... Racine, etc., y uno sólo se puede reír de eso cuando no da o intenta, y yo digo adelante: versos o llamadas telefónicas o tarjetas de crédito o muerte o amor o enormes balnearios en playas de sonido y golpes y momentos de medianoche, te agradezco por seguir y yo, también, mientras tanto, sigo un poquito más.
p.d.: no me odies por sentir más de lo (quizás) necesario. puede que sea mejor que las ranas perdidas y el aire quemado de nylon y neón... puede que sea mejor que nos convirtamos en criaturas de gestos en vez de realidad, y el matrimonio es una realidad de la vida y muy pocos de nosotros pueden soportar el matrimonio o la realidad o la vida.


charles bukowski

Allá va otra.

fines de enero-15 de febrero, en Basilea, a Erwin Rhode:

No puedes imaginarte como te hecho de menos... Aquí no tengo a nadie a quien confiar el lado bueno y el malo de mi vida, y esto es para mí una sensación nueva. Por si fuera poco, tampoco simpatizo con ninguno de mis colegas... Acabo de obtener el doctorado, y este hecho supones para mí la confesión más vergonzosa de ignorancia. La profesión de filólogo cada vez se aleja más de cualquier aspiración crítica, fuera de los horizontes del helenismo. Dudo incluso si devendré algún día un auténtico filólogo. Si la casualidad no me ayuda, no lo lograré de ninguna forma. El motivo es que, por desgracia, carezco de modelos, y me veo a mí mismo acercándome a pasos agigantados al abismo de la pedantería... ¡Que no daría yo por vivir juntos los dos!... He dado una conferencia sobre Sócrates y la tragedia que ha provocado un gran revuelo, amén de interpretaciones equivocadas, pero me ha servido para estrechar aún más si cabe los lazos con mis amigos de Tribschen. Espero que mi suerte cambie: hasta Richard Wagner me ha sugerido de la forma más enternecedora el destino que considera más apropiado para mí... Ciencia, arte y filosofía forman un amasijo tan informe en mi interior que puede que algún día engendre monstruos.

Friedrich Nietzsche
 
Raskolnikovido rebuznó:
Os dejo algunas cartas si os parece.

A Ann Bauman, 2 de mayo de 1963.

Repe, la había puesto yo una página atrás. Pero bueno, más cartas:

Curiosa la relación de estos dos...


Carta al Comandante Fidel Castro. "Carta de Despedida"

"Año de la Agricultura"
Habana
Fidel:

Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.
Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.

Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario.
Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario.
He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.

Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.

Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.
Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.

Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario,

Che
 
La muñeca de Kafka



Estamos en el último año de la vida de Kafka, que se ha enamorado de Dora Diamant, una chica polaca de diecinueve o veinte años de familia hasídica, que se ha fugado de casa y ahora vive en Berlín. Tiene la mitad de años que él, pero es quien le infunde valor para salir de Praga, algo que Kafka desea hacer desde hace mucho, y se convierte en la primera y única mujer con quien Kafka vivirá jamás. Llega a Berlín en el otoño de 1.923 y muere la primavera siguiente, pero esos últimos meses son probablemente los más felices de su vida. A pesar de su deteriorada salud. A pesar de las condiciones sociales de Berlín: escasez de alimentos, disturbios políticos, la peor inflación en la historia de Alemania. Pese a ser plenamente consciente de que tiene los días contados.

Todas las tardes, Kafka sale a dar un paseo por el parque. La mayoría de las veces, Dora lo acompaña. Un día, se encuentran una niña pequeña que está llorando a lágrima viva. Kafka le pregunta qué le ocurre, y ella contesta que ha perdido su muñeca. Él se pone inmediatamente a inventar un cuento para explicarle lo que ha pasado. “Tu muñeca ha salido de viaje”, le dice.”¿Y tú cómo lo sabes?”, le pregunta la niña. “Porque me ha escrito una carta”, responde Kafka. La niña parece recelosa. “¿Tienes ahí la carta”?,pregunta ella.”No, lo siento”, dice él, “Me la he dejado en casa sin darme cuenta, pero mañana te la traigo”. Es tan persuasivo que la niña ya no sabe qué pensar. ¿Es posible que ese hombre misterioso esté diciendo la verdad?

Kafka vuelve inmediatamente a casa para escribir la carta. Se sienta frente al escritorio y Dora, que ve cómo se concentra en la tarea, observa la misma gravedad y tensión que cuando compone su propia obra. No es cuestión de defraudar a la niña. La situación requiere un verdadero trabajo literario y está resuelto a hacerlo como es debido. Si se le ocurre una mentira bonita y convincente, podrá sustituir la muñeca perdida por una realidad diferente, falsa, quizá, pero verdadera en cierto modo y verosímil según las leyes de la ficción.

Al día siguiente Kafka vuelve apresuradamente al parque con la carta. La niña lo está esperando y como todavía no sabe leer, él se la lee con voz alta. La muñeca lo lamenta mucho pero está harta de vivir con la misma gente todo el tiempo. Necesita salir y ver mundo, hacer nuevos amigos. No es que no quiera a la niña, pero le hace falta un cambio de aires, y por tanto deben separarse durante una temporada. La muñeca promete entonces a la niña que le escribirá todos los días y la mantendrá al corriente de todas sus actividades.

Ahí es donde la historia empieza a llegarme al alma. Ya es increíble que Kafka se tomara la molestia de escribir aquella primera carta, pero ahora se compromete a escribir otra cada día, única y exclusivamente para consolar a la niña, que resulta ser una completa desconocida para él, una criatura que se encuentra casualmente una tarde en el parque.¿Qué clase de persona hace una cosa así? Y cumple su compromiso durante tres semanas. Tres semanas. Uno de los escritores más geniales que han existido jamás sacrificando su tiempo (un precioso tiempo que va menguando cada vez más) para redactar cartas imaginarias de una muñeca perdida. Dora dice que escribía cada frase prestando una tremenda atención al detalle, que la prosa era amena, precisa y absorbente. En otras palabras, era su estilo característico, y a lo largo de tres semanas Kafka fue diariamente al parque a leer cartas a la niña. La muñeca crece, va al colegio, conoce a otra gente. Sigue dando a la niña garantías de su afecto, pero apunta a determinadas complicaciones que han surgido en su vida y hacen imposible su vuelta a casa.
Poco a poco, Kafka va preparando a la niña para el momento en que la muñeca desaparezca de su vida por siempre jamás. Procura encontrar un final satisfactorio, pues teme que, si no lo consigue, el hechizo se rompa. Tras explorar diversas posibilidades, finalmente se decide a casar a la muñeca. Describe al joven del que se enamora, la fiesta de pedida, la boda en el campo, incluso la casa donde la muñeca vive ahora con su marido. Y entonces, en la última línea, la muñeca se despide de su antigua y querida amiga.

Para entonces, claro está, la niña ya no echa de menos a la muñeca, Kafka le ha dado otra cosa a cambio y cuando concluyen esas tres semanas, las cartas la han aliviado de su desgracia. La niña tiene la historia, y cuando una persona es lo bastante afortunada para vivir dentro de una historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir.

Brooklyn Follies. Paul Auster
 
Virginia Wolf se quitó la vida, como ya sabemos... Una de sus últimas cartas de despedida.


Carta a Leonard.


Querido:

Estoy segura de que, de nuevo, me vuelvo loca. Creo que no puedo superar otra de aquellas terribles temporadas. No voy a recuperarme en esta ocasión. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto, estoy hacienda lo que me parece mejor. Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todo momento lo que uno puede ser. No creo que dos personas hayan sido más felices hasta el momento en que sobrevino esta terrible enfermedad. No puedo luchar por más tiempo. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y lo harás, lo sé. ¿Te das cuenta?, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Cuanto quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte… que todo el mundo lo sabe. Si alguien podía salvarme, hubieras sido tú. No queda nada en mí más que la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo.

No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que nosotros hemos sido.

V.



Me merecen un inmenso respeto los suicidas.
 
Atrás
Arriba Pie