Hará año y medio me salió un trabajo que parte era teletrabajo. Un día recibí un correo para que enviase los rendimientos. Los mandé, y me llega otro correo diciendo que todos, no solo los de esa semana. Le dije que eso era todo. Al lo 15 segundo me llamaron, me dijeron que eso no era poco, que era poquísimo. Que no había encendido el ordenador muchos días, que llevaban muchos años en eso y que era imposible hacer tan poco en tanto tiempo. Les dije que no era culpa mía, que es que llamaba a los directores de oficina y pasaban de mí, que a lo mejor era mi forma de ser, que soy una persona poco convincente. Me dijeron que me dejara de gilipolleces y que me pusiera las pilas, que había tirado por tierra todos los objetivos proyectados y que había que reestructurar todo, que le mandase nosecuantos expedientes a tal compañero, otros nosecuantos a la oficina central y que tirase yo con unos pocos a ver qué tal. Luego me tenían super controlado, tenía que mandar rendimientos todas las semanas y trabajar a matacaballo.
Habemos personas humanas que necesitamos oír restallar la fusta en el aire para trabajar.