Ya solo falta que nos digas que también estuviste en Venecia y que menuda clavada te metieron en la Plaza de San Marcos. Si es que es para darte con una toalla mojada.
En Venecia no he estado pero ten opr seguro que si voy, entro al sitio equivocado y me clavan.
Otra clavada:
Primavera en Madrid, después de pasear un rato por Sol y alrededores, se me ocurre subir a la terraza del Circulo de Bellas Artes para ver las vistas. Además unos días antes vi en algún periódico digital un reportaje de las mejores terrazas de Madrid.
La estatua de la Diosa Minerva me pareció algo digno de ver de cerca, así que dicho y hecho, al Circulo.
Al entrar me dicen que hay que pagar entrada para subir, bueno, Minerva lo vale, 4 euros por cabeza creo recordar y algo de cola para entrar al ascensor.
Tras esperar nuestro turno durante tres o cuatro viajes de ascensor por fin entramos.
Y al salir arriba, la felicidad. Era como un anuncio de Martini Bianco. Gente joven y guapa tirados en camas balinesas con sus gafas de sol de cristales espejados azules y sombreros de esos de moda, camareras con largas melenas brillando a la luz del sol de Madrid y camareros con sus tatuajes y sus moños en lo alto de la cabeza.
Primero la visita a la Diosa, la vuelta por la azotea parando en cada hueco libre de gente para ver la ciudad. Selfies y hasta un vídeo mezclando horizontal y vertical.
Que momento más lleno de magia, Madrid a los pies, el sol poniéndose por el horizonte, moños, gafas, mi amada y yo. Solo una cosa podía mejorar ese momento, y ocurrió, se libró una mesa justo a nuestro lado. Nos sentamos apartando los vasos vacíos y esperamos, esperamos, esperamos...
Aburrido de esperar me acerqué a la pequeña barra en la que hablaban como si estuviesen solas 2 camareras de estirada coleta y hermosas tetas. Dos o tres "holas" y otros tantos resoples hicieron que se giraran y con unas hermosas sonrisas me atendieron. Dos cañas pedí, 12 euros me pidieron. Ni unos miseros cacahuetes acompañaron las cervezas.
Las vistas merecieron la pena.