El
Zaratustra ha sido encumbrado, injustamente, a las cimas de los textos filosóficos tanto por la forma como por el fondo, aunque, desde mi punto de vista, más por la forma. La filosofía de Nietzsche no tenía nada de original, lo que él dijo ya estaba más que dicho, pero hay que reconocer que nos legó unas magníficas joyas de orfebrería con la fusión de otras menores y más pretéritas.
En cuanto al contenido del libro, y para no abundar en los mismos argumentos previos, y por pereza, me limito a
quotear aquellos con los que coincido.
toxicosmos rebuznó:
Los dos capítulos básicos para entender el libro son el de las transformaciones del espíritu y la canción de los siete sellos.
El primero indica la manera en que el espíritu puede elevarse, primero liberándose de la pesada carga que le impone la moral y los valores eternos (el dragón del deber ser (es muss sein)), para luego poder crear nuevos valores propios. Es decir, el individualismo en estado sublimado.
Y en qué se basa esa moral, a falta del premio del Cristianismo (el ultramundo), y en contra de Schopenhauer, la moral que debe crear el hombre se basa en el principio de que no nos importase vivir la vida eternamente una y otra vez (el eterno retorno).
Sólo una acotación, aquí sí introdujo Nietzsche una idea original, el
Amor fati, cogiendo la idea del eterno retorno de su estimado Heráclito y dotándola de un corpus moral trascendente.
toxicosmos rebuznó:
Muchas de las otras partes se dedican a la crítica del cristianismo y a avisarnos que no hay que derrocar un Dios para colocar un falso ídolo (en esto fue bastante visionario, ya que el hombre actual ha sustituido a Dios por el ídolo de pies de barro monetario)
Creo que nadie sublima el dinero/economía como deidad sino como necesidad, de hecho las pocas veces que se ha hecho, de forma dogmática y atea -especialmente por parte de otro de los maestros de la sospecha-, las consecuencias han sido dramáticas.