Todas esas casualidades son una sarta de gilipolleces. Antes de ver y asombrarse con todas esas coincidencias hay que pensar y razonar que por cada una de ellas hay millones que no lo son. Con lo del número 13 de Wagner. Si yo ahora me pusiera a pensar todas las cosas que me han ocurrido a fecha 13 de cualquier mes y las expongo aquí todas seguiditas ellas parecerá una enorme casualidad digna de estudio, pero ¿cuántas cosas que no he contado me han ocurrido en una fecha distinta? Con lo de los presidentes, si no fuera con presidentes sería con barrenderos, o con ministros de justicia, o con chiguaguas o con hortalizas o qué se yo. Lo del avioncito de papel, ¿cuántos pasos hemos tenido que realizar hasta ver en el avioncito del billete de 20 dólares por un lado lo de Osama y por el otro lo del pentágono? Parémonos a reflexionar, un billete de 20 dólares, es un objeto escogido de otros miles de millones de objetos que pueden estar al alcance del hombre. Formar un avioncito de una determinada forma (porque se pueden formar bastantes tipos de avioncitos de papel) pongamos que le hemos dado una forma concreta entre 100 posibles (en realidad serían muchas más). Al final tenemos una "gran casualidad" contra otras cientos de miles de millones que lo podrían haber sido igualmente y sin embargo no lo son. Y así podríamos seguir con tantas y tantas casualidades que existen. Lo de las fechas es que ya me pone malo. La cantidad de casualidades que han salido con lo de la fecha de las torres gemelas. Millones de cabecitas pensando queriéndose ganar un artículo en su diario de prensa favorito. Joder, ¿así normal que salgan casualidades, no? "Resulta que el 11 de septiembre de hace no sé cuantos años en una isla de la conchinchina una niña construyó dos torrecitas con la arena de la playa y un niño que pasaba por ahí las destruyó con su avioncito teledirigido." Qué casualidad por favor... En fin, que no hay más que ver que nosotros buscamos a las casualidades, no ellas a nosotros.