Cómo triunfar en el trabajo.

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Este hilo es grandiosamente hermoso. No tengo ni puta idea de cómo expresar todo lo que siento acerca del mismo. Las anécdotas que narra son las típicas que se cuentan en la España paleta y profunda, de ésas que se cuentan en baretos infectos entre viejos con puros y bigote (que no puros con bigote, expresión que aprendí aquí) para hacer reír a la aburrida audiencia. Pero como al mismo tiempo el autor suelta ciertas dosis intercaladas de hijoputismo high level, dichas anécdotas se terminan leyendo desde el respeto y la incredulidad absolutos, mientras se piensa en cómo un increíble hijo de puta puede soltar historias tan inocentes y trilladas, cosa que, junto con su forma de narrarlas, las acaba convirtiendo en las historias más lolérrimas de la historia de PL.

Espero haber sabido explicarme. Y si no, pues con esto imagino que bastará: :121
 
Me desperté cuando aparecieron los empleados del banco. Me miraron con caras despectivas como si fuese un borracho habitual, pero estaba feliz por cómo se habían desarrollado los acontecimientos.

Aunque normalmente entraba a trabajar a las 9, fui corriendo hasta la oficina para colocar la droga en el cajón de Matías antes de que él llegase. Ciertamente mi aspecto no era el mejor por la mañana, pero la situación requería cierto SACRIFICIO por mi parte para asegurar el éxito.

Conseguí esquivar a todos mis compañeros y llegar hasta mi mesa sin ser visto. De mi cajón saqué la mochila donde guardaba el polvo acusador y miré la pequeña bolsita con malicia.

Me la guardé en el bolsillo y cuando me dirigía hacia mi objetivo tuve la mala suerte de cruzarme con el jefe. Cuando vio mi lamentable estado se quedó mirándome fijamente y me dijo que le acompañase a su despacho. Me quedé bloqueado, estaba tan cerca del éxito que no podía creer que algo pudiera estropearlo. Respiré profundamente y pensé en el momento estelar de ROCKY, cuando ya estaba totalmente preparado para el combate final y subía las escaleras donde entrenaba con los brazos en alto en señal de victoria. La banda sonora se repetía en mi cabeza mientras el jefe me señalaba la puerta de su despacho. Tan cerca y a la vez tan lejos del la gloria.

Mientras me dirigía hacia su despacho pensé en matarlo una vez estuviésemos dentro. Coger el abrecartas que había sobre su mesa de despacho y clavárselo certeramente en el corazón, para así poder continuar con mi trabajado y estudiado plan de destruir laboralmente a Matías. Reconozco que la idea me atraía por varias razones, pero la tranquilidad del MAESTRO JEDI me invadió y decidí posponer el ASESINATO por no tenerlo del todo preparado.

El jefe cerró la puerta y me preguntó por mi deplorable aspecto. Como no podía contarle la verdad me inventé que después de una copas con un compañero de trabajo y cuando me dirigía a casa, unos desalmados me asaltaron armados con navajas y me pidieron la cartera. Le conté que forcejeé con ellos y que, aunque soy un maestro en artes marciales, recibí un navajazo en el costado, un puñetazo en la cara y varios golpes más por el cuerpo con los palos que llevaban, antes de dejar a varios de ellos KO y poder escaparme.

Un tipo normal se habría derrumbado en una situación similar ante su jefe, pero mi sangre fría no solo me estaba salvando de una situación caótica, sino que me estaba dejando como un HEROE.

Le enseñe el pinchazo en el costado, el golpe en la cara era evidente, y los moratones de la paliza que me dieron en la casa del Rata hicieron que mi jefe soltase un … ¡Menudos hijos de puta!.

Pero el jefe no era tan tonto como parecía y me preguntó que porqué estaba cubierto de vómito y que porqué no había ido a casa a cambiarme o a la policía a denunciar lo que me había pasado.

Mi PRIVILEGIADA mente se puso rápidamente en funcionamiento. Necesitaba hacer que la historia cuadrase y que el jefe no sospechase nada malo de mí. Durante unos segundos que se me hicieron eternos me quedé en blanco, pero al poco respondí:

-Cuando vi una pequeña posibilidad de huida la aproveché, pero el grupo entero salió corriendo para rematarme. Me adentré por varias callejuelas y cuando me di cuenta estaba frente a un callejón sin salida. Por miedo a que mis perseguidores me vieran, tomé la decisión de meterme en un contenedor de basuras. Tuve que quedarme dentro del mismo bastante tiempo, hasta que estuve seguro de que no estaban cerca.

Después le dije que al salir del contenedor me di cuenta de que había perdido la cartera y que de madrugada, sin dinero, apestando a mierda tras salir del contenedor y lejos de mi casa, pensé que la mejor solución era esperar a que abriese la oficina, y una vez dentro pedirle a alguno de mis compañeros el favor de llevarme a casa para cambiarme de ropa y poner la pertinente denuncia.

Mi jefe me miraba con una mezcla de asombro y admiración. Tengo que reconocer que para ser una historia inventada, resultaba hasta creible. Mis años viendo películas de espías daban sus frutos, y por primera vez mi jefe se percataba de mi valentía y arrojo.

Entonces ocurrió algo que rompió mi tranquilidad. Mi jefe me comentó que como habían llegado a sus oídos chismorreos acerca de que alguno de sus empleados consumía drogas, había estado hablando con un primo suyo que trabajaba en la policía como adiestrador de perros anti-drogas, y que estaba esperando en breve su llegada junto a la de uno de sus perros, para ver si eran ciertos o no los rumores.

Un sudor frío recorrió mi frente pues recordé que en este preciso momento llevaba las papelinas de coca en el bolsillo. Necesitaba tranquilizarme porque entre la resaca, los golpes, la falta de sueño y la cagalera que me estaba entrando con lo del perro policía no podía pensar y el tiempo pasaba en mi contra.

Mientras mi jefe me hablaba, miré por la ventana del despacho y vi como bajaba de un coche un tipo con un pastor alemán que se disponía a entrar en la oficina. El puto poli ya estaba aquí y el hijo de puta me iba a pillar con la droga en el bolsillo, tenía que hacer algo y rápido. Miré a mi jefe a los ojos y le dije.

-Perdóneme jefe, pero tengo diarrea y me estoy cagando.

Es una emergencia, le dije, y salí corriendo de su despacho dejándole con la palabra en la boca. Enfilé a toda prisa el camino del baño, mientras de mi bolsillo saqué una de las papelinas de coca y justo cuando pasaba por la mesa de Matías, me dio tiempo a espolvorearla por encima. No era mucha cantidad, pero fue lo único que se me ocurrió, y seguir raudo hasta meterme en el excusado.
 
Me desperté cuando aparecieron los empleados del banco. Me miraron con caras despectivas como si fuese un borracho habitual, pero estaba feliz por cómo se habían desarrollado los acontecimientos.

Aunque normalmente entraba a trabajar a las 9, fui corriendo hasta la oficina para colocar la droga en el cajón de Matías antes de que él llegase. Ciertamente mi aspecto no era el mejor por la mañana, pero la situación requería cierto SACRIFICIO por mi parte para asegurar el éxito.

Conseguí esquivar a todos mis compañeros y llegar hasta mi mesa sin ser visto. De mi cajón saqué la mochila donde guardaba el polvo acusador y miré la pequeña bolsita con malicia.

Me la guardé en el bolsillo y cuando me dirigía hacia mi objetivo tuve la mala suerte de cruzarme con el jefe. Cuando vio mi lamentable estado se quedó mirándome fijamente y me dijo que le acompañase a su despacho. Me quedé bloqueado, estaba tan cerca del éxito que no podía creer que algo pudiera estropearlo. Respiré profundamente y pensé en el momento estelar de ROCKY, cuando ya estaba totalmente preparado para el combate final y subía las escaleras donde entrenaba con los brazos en alto en señal de victoria. La banda sonora se repetía en mi cabeza mientras el jefe me señalaba la puerta de su despacho. Tan cerca y a la vez tan lejos del la gloria.

Mientras me dirigía hacia su despacho pensé en matarlo una vez estuviésemos dentro. Coger el abrecartas que había sobre su mesa de despacho y clavárselo certeramente en el corazón, para así poder continuar con mi trabajado y estudiado plan de destruir laboralmente a Matías. Reconozco que la idea me atraía por varias razones, pero la tranquilidad del MAESTRO JEDI me invadió y decidí posponer el ASESINATO por no tenerlo del todo preparado.

El jefe cerró la puerta y me preguntó por mi deplorable aspecto. Como no podía contarle la verdad me inventé que después de una copas con un compañero de trabajo y cuando me dirigía a casa, unos desalmados me asaltaron armados con navajas y me pidieron la cartera. Le conté que forcejeé con ellos y que, aunque soy un maestro en artes marciales, recibí un navajazo en el costado, un puñetazo en la cara y varios golpes más por el cuerpo con los palos que llevaban, antes de dejar a varios de ellos KO y poder escaparme.

Un tipo normal se habría derrumbado en una situación similar ante su jefe, pero mi sangre fría no solo me estaba salvando de una situación caótica, sino que me estaba dejando como un HEROE.

Le enseñe el pinchazo en el costado, el golpe en la cara era evidente, y los moratones de la paliza que me dieron en la casa del Rata hicieron que mi jefe soltase un … ¡Menudos hijos de puta!.

Pero el jefe no era tan tonto como parecía y me preguntó que porqué estaba cubierto de vómito y que porqué no había ido a casa a cambiarme o a la policía a denunciar lo que me había pasado.

Mi PRIVILEGIADA mente se puso rápidamente en funcionamiento. Necesitaba hacer que la historia cuadrase y que el jefe no sospechase nada malo de mí. Durante unos segundos que se me hicieron eternos me quedé en blanco, pero al poco respondí:

-Cuando vi una pequeña posibilidad de huida la aproveché, pero el grupo entero salió corriendo para rematarme. Me adentré por varias callejuelas y cuando me di cuenta estaba frente a un callejón sin salida. Por miedo a que mis perseguidores me vieran, tomé la decisión de meterme en un contenedor de basuras. Tuve que quedarme dentro del mismo bastante tiempo, hasta que estuve seguro de que no estaban cerca.

Después le dije que al salir del contenedor me di cuenta de que había perdido la cartera y que de madrugada, sin dinero, apestando a mierda tras salir del contenedor y lejos de mi casa, pensé que la mejor solución era esperar a que abriese la oficina, y una vez dentro pedirle a alguno de mis compañeros el favor de llevarme a casa para cambiarme de ropa y poner la pertinente denuncia.

Mi jefe me miraba con una mezcla de asombro y admiración. Tengo que reconocer que para ser una historia inventada, resultaba hasta creible. Mis años viendo películas de espías daban sus frutos, y por primera vez mi jefe se percataba de mi valentía y arrojo.

Entonces ocurrió algo que rompió mi tranquilidad. Mi jefe me comentó que como habían llegado a sus oídos chismorreos acerca de que alguno de sus empleados consumía drogas, había estado hablando con un primo suyo que trabajaba en la policía como adiestrador de perros anti-drogas, y que estaba esperando en breve su llegada junto a la de uno de sus perros, para ver si eran ciertos o no los rumores.

Un sudor frío recorrió mi frente pues recordé que en este preciso momento llevaba las papelinas de coca en el bolsillo. Necesitaba tranquilizarme porque entre la resaca, los golpes, la falta de sueño y la cagalera que me estaba entrando con lo del perro policía no podía pensar y el tiempo pasaba en mi contra.

Mientras mi jefe me hablaba, miré por la ventana del despacho y vi como bajaba de un coche un tipo con un pastor alemán que se disponía a entrar en la oficina. El puto poli ya estaba aquí y el hijo de puta me iba a pillar con la droga en el bolsillo, tenía que hacer algo y rápido. Miré a mi jefe a los ojos y le dije.

-Perdóneme jefe, pero tengo diarrea y me estoy cagando.

Es una emergencia, le dije, y salí corriendo de su despacho dejándole con la palabra en la boca. Enfilé a toda prisa el camino del baño, mientras de mi bolsillo saqué una de las papelinas de coca y justo cuando pasaba por la mesa de Matías, me dio tiempo a espolvorearla por encima. No era mucha cantidad, pero fue lo único que se me ocurrió, y seguir raudo hasta meterme en el excusado.

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Este hilo no es la narración de una historia, como alguno parece creer, sino que pretende ser una filosofía de vida a seguir, un camino duro pero eficaz con el que poder ascender la montaña del éxito laboral, tan solo armados con la constancia y la ilusión, frente a la hipocresía del estudio y la preparación académica que parece regir hoy en día en las empresas.

Quiero que aquellos que se encuentran menospreciados frente a compañeros muy preparados en idiomas, masters varios y gigantescos currículos, puedan ejercitar su particular guerra de guerrillas interna, minando la moral del enemigo día a día, poniendo cada cual su particular visión del hijoputismo, para que de una ver por todas estos despreciables compañeros dejen de mirar por encima del hombro al resto tan solo por el hecho de tener una mejor preparación académica que los demás.

Agradezco todos vuestros mensajes privados de apoyo, me siento muy animado con vuestro aliento y valoro a todos aquellos que habéis emprendido el siempre difícil camino del JEDI a traves de mi filosofía de la CONVICCION NEGATIVA.

Como mis enseñanzas están llegando a su fin, quiero daros un un último consejo. Visualizad las películas de ROCKY BALBOA varias veces, guiaros por su constancia y resistencia ante la adversidad, y aprended que no gana quién da mas golpes, sino aquel que permanece en pié al final del último asalto.
 
Perdona que haga esta aclaración, pero si quieres putear a un compañero de trabajo para ascender en la empresa, eso no de de Jedi... ERES UN PUTO SITH!!!
 
DarthMauricius rebuznó:
Perdona que haga esta aclaración, pero si quieres putear a un compañero de trabajo para ascender en la empresa, eso no de de Jedi... ERES UN PUTO SITH!!!

No eres un puto español de mierda.

La única forma de ascender en el trabajo en este país es putear, apuntillar y cagarte encima de la mesa del compañero.
 
DarthMauricius rebuznó:
Perdona que haga esta aclaración, pero si quieres putear a un compañero de trabajo para ascender en la empresa, eso no de de Jedi... ERES UN PUTO SITH!!!

Reza para que no nos encontremos en la misma empresa jamás o tu caída hacia el abismo sería de dimensiones TORBELLINESCAS.

Y utilizar anglicismos es una mierda, pero utilizar mierda directamente del inglés es de PEDANTES.

Supongo que se encuentra usted herido en el orgullo porque ocupa un puesto importante en una multinacional de moda gracias a un maravilloso master en el extranjero y tiene miedo que cualquiera de sus compañeros, menos preparados que usted, sea capaz de darle una patada en el trasero y largarlo de su puesto FOREVER.
 
Yo quiero descubrir la manera de ser un Trepa nivel 1, es la única forma de triunfar en este país.

Grandilocuente me encanta tu forma de escribir, haz más hilos y deja de escribir post con cuentagotas.
 
PAYONNER rebuznó:
Yo quiero descubrir la manera de ser un Trepa nivel 1, es la única forma de triunfar en este país.

Grandilocuente me encanta tu forma de escribir, haz más hilos y deja de escribir post con cuentagotas.

Precisamente este hilo muestra como ser un trepa y acabar triunfando.

Grandes discípulos han tenido mis AFAMADAS teorías, y muchos han llegado lejos gracias a mis dictados. Pepe "el del Popular", Luis Roldán, Leire Pajín, Paco el Pocero y otros muchos menos conocidos pueden dar fe de que el sistema funciona.

Respecto a su amable requerimiento le diré que escribiré cuando me salga de mis SANTOS COJONES, faltaría más.

Y ahora me retiro a mis aposentos a meditar, pues tengo una gran batalla en ciernes y no puedo ABANDONARME.
 
Seguimos con lo nuestro...

Una vez dentro del cuarto de baño, tiré el resto de la coca por el váter, maldiciendo al gilipollas de mi jefe por la estúpida idea del perro y al mismo tiempo alabando mis ENTRENADOS reflejos que hicieron posible visualizar al poli y salir por patas del despacho evitando la debacle. Una sonrisa iluminó mi apesadumbrado rostro por un momento.

Me lavé bien las manos con jabón y un poco de lejía del bote que la de la limpieza guardaba en un mueblecito bajo el lavabo y me aseé ligeramente mientras contemplaba mi triste imagen en el espejo del baño. Resultaba patético que un ser SUPERIOR como yo, se encontrase en una situación tan traumática y vergonzante como la que estaba viviendo, pero mi máxima de que “el que algo quiere, algo le cuesta”, estaba resultando del todo cierta.

Salí con celeridad del baño y volví al despacho del jefe a pedirle perdón por la “emergencia” que me había surgido, pero me di cuenta que su primo ya estaba dentro. Me di la vuelta con la idea de marcharme a mi casa para poder cambiarme y darme una ducha, pero el jefe me vió y me dijo que me acercase.

El primo, que tenía la misma cara de tonto que mi jefe, me miraba de arriba abajo mientras mi jefe acababa de contarle mi heroica historia. Su mirada era de absoluta incredulidad, pero viendo mi lamentable estado por lo menos sembré en el la semilla de la duda.

El que no dio opción a nada fue el hijoputa del perro. Nada mas verme se puso a gruñir y a olisquearme de arriba abajo. Se me ocurrió decir que probablemente fuera por el hedor de haber estado metido en el contenedor de basuras y no haberme duchado, pero lo cierto es que el chucho no dejaba de provocarme. Supongo que los perros, con su sexto sentido, se había dado cuenta de que yo, en realidad, era un arma asesina y no un ser humano normal.

Como el jefe quería que el perro buscase por la oficina antes de que llegase el grueso de los empleados que entraban a las 9:00, salieron del despacho y se pasearon por la oficina con el perro olisqueándolo todo. Cuando llegaron a la mesa de Matías, el perro empezó a ponerse como loco a raspar con sus patas por los cajones. Parecía que mi plan de última hora había surtido efecto, aunque sabía que no encontrarían nada en los cajones, pero al menos quedaría sembrada la duda sobre el consumo de Matías. El jefe asentía con la cabeza y repetía continuamente, ... "lo sabía, lo sabía", mientras que yo me hacía el sorprendido ante la situación creada.

Abrieron todos los cajones de su mesa y cuando llegaron al último se percataron de que estaba cerrado. Me preguntaron que si sabía por qué ese cajón estaba cerrado y les contesté que no, que Matías tenía una llave, pero que no tenía ni idea de porqué ni que guardaba dentro. Como el perro no paraba de rascar y olisquear, el jefe le dio permiso a su primo para forzar el cajón. Una vez abierto, rebuscaron pero no encontraron nada sospechoso.

Cuando estaban a punto de cerrar el cajón, el jefe se fijó en un pequeño sobre escondido. Lo abrió y una sorpresa MASTODONTICA se produjo.

El sobre contenía fotos donde aparecía el capullo de Matías participando en una orgía GAY. En una de las fotos se veía claramente a Matías chupándole la polla a un tio, mientras un negro le horadaba el ojete con un falo DESPROPORCIONADO.

La cara del policía era de absoluto descojono, pero la de mi jefe era de un dramatismo exagerado. La mía era la de un tipo que tiene 4 ases en la mano en la ronda final de un torneo de POKER.

Resultaba que Matías era maricón, y no un maricón normal, sino que además era un maricón vicioso, deshinibido y que participaba en orgías y le gustaba hacerse fotos para cascarsela a posteriori.

La escala de valores de mi jefe no aceptaba ni la simple existencia de los maricas, por lo que la visión de las fotos donde un NEGRO sodomizaba a un empleado suyo, unía su odio hacia maricas y negros en uno sólo, y le hizo montar en cólera, ponerse a gritar como un poseso insultos del tipo HIJO DE PUTA, MARICON, PUTO ENFERMO, MALNACIDO y similares, hasta que su primo le cortó y le dijo que pensaba que su misión en la oficina había terminado, y que tenía que llevarse al perro a entrenar, pues esta investigación era completamente extraoficial y no había encontrado ni rastro de drogas.

Y ahí nos quedamos el jefe y yo, mirándonos con cara de gilipollas y con las fotos de los maricones desperdigadas encima de la mesa.

El jefe recogió las fotos con cara de asco, como si por tocarlas pudiera contagiarse de algo, y las volvió a guardar en el cajón de Matías. Luego me dijo en tono amenazador, “espero que seas capaz de mantener la boca cerrada hasta que despida de la oficina a este DEGENERADO”.

Una ola de regocijo recorrió mi cuerpo desde la punta de mis pies hasta la cabeza. Todo mi trabajo, mi esfuerzo, mis artimañas habían logrado su objetivo. Había sido un duro camino, lleno de complicaciones y desdichas, pero lo que contaba era el resultado final, y éste era que Matías tenía los días contados como compañero. Tanta formación, tanto Master en el extranjero, tantos conocimientos y tanto buen rollo, no le habían valido para nada frente a mi constancia y dedicación.

El jefe me ordenó que me fuera a casa a descansar y que me tomase el día libre y se quedó en su despacho con lo ojos encendidos en asco, supongo que pensando en el momento de poder despedir a Matías y alejar para siempre de nuestras vidas un ser tan despreciable como él.

El despido no fue inminente, sino que tardó unos cuantos meses. Pero desde esa misma mañana Matías fue apartado de todo puesto de responsabilidad por el jefe, y además lo hizo delante de todo el mundo para fomentar el escarnio público, lo que unido a la fama que se había creado de drogadicto, hizo que cayese en lo más bajo del escalafón de la oficina.

Por supuesto, desde el incidente de las fotos, dejé de hablar con Matías, aunque él, en varias ocasiones, tratase de que volviéramos a tomar algo después del trabajo.

Matías se fue hundido, humillado y deprimido por la puerta trasera. Ni que decir tiene que el puesto de Matías tuvo en mi un digno SUCESOR, y que aunque mi labor no era tan impecable ni tan transparente como la de Matías, al menos el jefe sabía que yo jamás pondría mi culo a disposición de ningún negro del Senegal y eso, para ambos era más que suficiente.
 
Grandilocuente rebuznó:
Reza para que no nos encontremos en la misma empresa jamás o tu caída hacia el abismo sería de dimensiones TORBELLINESCAS.

Y utilizar anglicismos es una mierda, pero utilizar mierda directamente del inglés es de PEDANTES.

Supongo que se encuentra usted herido en el orgullo porque ocupa un puesto importante en una multinacional de moda gracias a un maravilloso master en el extranjero y tiene miedo que cualquiera de sus compañeros, menos preparados que usted, sea capaz de darle una patada en el trasero y largarlo de su puesto FOREVER.

A ver, hijo de Tojeiro, me gustaría saber a qué anglicismo te refieres.
 
DarthMauricius rebuznó:
A ver, hijo de Tojeiro, me gustaría saber a qué anglicismo te refieres.

Grandilocuente rebuznó:
Y utilizar anglicismos es una mierda, pero utilizar mierda directamente del inglés es de PEDANTES.

Yo no he dicho que usted haya utilizado un anglicismo, sino que lo que ha hecho algo aún peor. Ha usado una palabra directamente del inglés y sin venir a cuento en su respuesta, por lo que le he llamado PEDANTE.

Y como lo que usted pretendía era esgrimir que SHIT no es un anglicismo, (y evidentemente no lo es, tan sólo es MIERDA en inglés), es usted IDIOTA por no haber leído correctamente mi respuesta.
 
Por cierto Grandilocuente, alguien que quiere triunfar en el trabajo, no se dedica en cuerpo y alma a alimentar día si y día también su infecto hilo con ladrillacos del quince.

Después de estas clases magistrales le veo sirviendo el café a su compañero.
 
A ver, trisómico. Yo dije Sith, no shit. Un sith es un Señor del reverso tenebroso, fuerza oscura o como mierda quieras llamarle. Y metí el término ese porque te comparabas con un jedi... Yo pedante, puede, pero tú eres un reverendo subnormal que no sabe primero leer y hablas por hablar de cosas que no sabes una puta mierda y encima con infúlas de malote.

Por cierto, ves a venderle toda la historia que te inventas a George Lucas, quizás quiera hacer una película.
 

He esparado a que terminara la historia (¿es así, no?), conteniéndome a duras penas para no expresar antes mi opinión.

Y ahora, queda pronunciarme...

Enhorabuena hijoputa. Magnífica historia, y mejor contada. Le beso el culo, cienes de veces.


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Clay Davis aprueba este hilo.
 
DarthMauricius rebuznó:
A ver, trisómico. Yo dije Sith, no shit.

Tu escribiste Sith pero querías poner shit. Eres DISLEXICO y no se hable mas.

Respecto a Torquemada decirle que me he tomado el hilo como un ejercicio mas de superación. Gracias a todos mis CONOCIMIENTOS he ido ascendiendo laboralmente y por tanto tengo mas tiempo libre que compartir con todos aquellos que han querido ver en mis doctrinas una LUZ que les ilumina en la penumbra.

Todas mis teorías están mas que contrastadas por multitud de personas de mi entorno y que, gracias a ellas, han podido ascender de manera METEORICA en sus trabajos.

Sin afán de protagonismo y tan solo a modo de haceros ver las bondades de mis enseñanzas os dejo un par de comentarios de algunos "alumnos".

Marta, 34 años, soltera y sin compromiso.
-Yo trabajaba como vendedora en mi empresa y gracias a los INESTIMABLES consejos del Sr. Grandilocuente, ahora soy jefa de zona con el consiguiente incremento salarial que ello conlleva. He bajado dos tallas y tengo el busto mas duro por el entrenamiento JEDI.
Gracias Sr. Grandilocuente.

David, 42 años, casado y con dos hijos.
-Estaba cansado de recibir ordenes del inepto de mi jefe, estaba tan desesperado que incluso pensé en el suicidio. Gracias a la teoría de la "CONVICCION NEGATIVA" mi vida cambió para siempre y ahora mi jefe pasa las horas muertas en la cola del paro y yo ocupo su puesto. Soy un hombre nuevo.
Gracias por todo Sr. Grandilocuente.


Lucas, 25 años, divorciado (porque le pusieron los cuernos) y sin hijos.
-Mi vida era un infierno por culpa de mi trabajo. Hacía turnos dobles y no me los pagaban. Mis compañeros se reían de mi porque trabajaba mucho y cobraba poco. Fué conocer al Sr. Grandilocuente y su sistema y mi vida dió un giro de 140º. Ahora tengo un coche nuevo y mi novia es decente, apenas trabajo 4 horas al día y gano mas del doble.
Le estoy muy agradecido.


Estos son tan solo algunos de los testimonios de gente cercana a mi. Hay muchos mas pero no quiero parecer engreído. Los he puesto para que veais que realmente se puede cambiar de vida si se elige el camino correcto.
 
Te lo he pedido por MP pero debes de tener la bandeja llena de consultas y felicitaciones y me ha dado error, así que te lo pregunto por aquí:

¿Tienes el msn de Marta? Gracias por adelantado.
 
Grandilocuente rebuznó:
Tu escribiste Sith pero querías poner shit. Eres DISLEXICO y no se hable mas.


Si, el hilo muy divertido y tal, pero ahí te ha jodido. Se un HOMBRE y admítelo, cojones :lol:
 
Das Ich rebuznó:
Si, el hilo muy divertido y tal, pero ahí te ha jodido. Se un HOMBRE y admítelo, cojones :lol:


Ni de coña.

Estoy como loco contactando con los administradores de este lodazal para ver si puedo localizar al interfecto mediante la IP.

Una paliza a tiempo resuelve cualquier diferencia IDIOMATICA. Como comprenderá no voy a comprometer mi PRESTIGIO en el foro ahora que me llueven los privados pidiendo consejos.

Otra opción es comprarle a algun administrador la contraseña de la cuenta de nuestro amigo y postear dándome la razón a mi mismo. De momento descarto esta opción porque Main Man me ha pedido 20 euros por el trapicheo (no se que me ha contado de pagarle el taxi a una rumana en pelotas que había en su cama), pero es que este mes voy corto de efectivo.

Por supuesto que este LAMENTABLE incidente no va a quedar así.
 
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