Mi pirmer muerto fue el cura del barrio. No os penseis que era solo el cura, quiero decir, era alguién próximo a la familia que iba por casa de la abuela muchas veces, algo así como un primo segundo, era uno de esos curas de pelis italianas de los 60, en las que salen curas claro, iba con una sotana con 45 grados a la sombra en verano.
Mi abuela era amiga del cura porque fue comunista, no es que fuese una intelectual durante la república, creo que a duras penas leía, creo que era comunista porque mi abuelo era comunista. No os penseis que fue un intelectual durante la república, leía también malamente, pero el cabrón estaba enterado de todo. Mi abuelo era comunista porque eran gente que trabajaba el campo y no le gustaba que lo tratasen peor que a las mulas de carga. Se hubiera apuntado a los testigos de Jeovah si eso hubiera servido, vamos, que el capital se la bufaba, no creo que supiese que existia. Algo debió hacer bien porque a las horas del alzamiento se plantaron en casa de su madre, mi bisabuela, a por él y sus hermanos. Como no sabía de que iba la vaina fueron con ellos. Otro hermano se salvó porque preguntaron por un tal julian y se llamaba julio y dijo, no soy yo. Solo regresó mi abuelo, le dieron hostias hasta en la sangradura pero ja, mi abuela tenía un familiar en la falange, y por eso salvó el pellejo y las articulaciones más o menos.
El otro bendito apareció en un rio. Llamaron a su madre, os recuerdo, mi bisabuela, a que lo reconociera, le habían cortado las manos, sacado piezas de la dentadura. Y también los ojos. Digo yo que lo hicieron para divertirse, porque tampoco le dieron los restos para darles digna sepultura, la llamaron simplemente para decirle, esto es lo que hay. Apareció hace unos años con otros ocho o diez benditos, fuimos los únicos que dimos adn para que lo reconocieran, un tio mio muy mirado. Del resto o dejaron el pueblo o bueno, no se atrevieron, no os penseis que en los pueblos de la meseta las cosas se olvidan de un dia para otro.
A Julio, o Julian, no se le volvió a ver el pelo claro, hay una rama familiar por ahí excindida, igual me he follado a alguna prima segunda, vete a saber. El caso es que mi abuela pilló el recado y se volvió una señora en extremo pía. Me he comido mas misas que el crucifijo de la capilla lateral de la iglesia del pueblo si quereis saber. Una vez fui monaguillo en un convento de clausura, enterraron a la monja al amanecer, aquello parecía la escena de el congreso de los franciscanos en El nombre de la Rosa. Las mujeres no pueden acceder al interior de un convento de clausura, un crio de 10 para enterrar a una monja si. Eran otros tiempos.
Aparte de vivir con la cabeza gacha también ofreció a su primogénito como ofrenda y se hizo cura, sería una decisión estratégica catastrófica para la familia, porque el tio ni quería ser cura ni hostias. A nosotros por supuesto nunca nos lo confesó, claro, era como un crio grande porque, ahora en la distancia veo, no tenía ni crios, ni hipotecas y disfrutaba de la vida. Pero a nuestros viejos le decía que estaba hasta los cojones y que el lo que quería era follar y que lo habían metido cura por lo que lo habían metido. En realidad follar si que follaba, yo le he conocido alguna novia ya de viejo cuando todo se la bufaba. Lo de la mala decisión venía a que como no tenía casa aprovechó cuando los viejos, la abuela pía y el viejo comunista estaban cucus para venderse la casa de la familia por menos de 12000 euros, cuando mi viejo y mi tio se enteraron nada había que hacer, bueno si, se dejaron de hablar. Era un cason de mas de 10 habitaciones que el abuelo había ido apañando con los años, porque despues de la guerra se hizo albañil y era un manitas. Por cierto, mi abuelo comunista hizo la guerra con los nacionales y me contaba que se lo pasó de puta madre preparando judiadas a sus compañeros y tratando de no matar a nadie. También era un hedonista.
A lo que iba, el cura que murió era buena persona, no puedo decir otra cosa, era coherente con lo que contaba, no como mi tio, del que era un poco como el padrino, igual si que fue cura de verdad y no se pasó la vida rabiando porque no podía follar. Lo pusieron en una sala donde se reunían los jovenes para hacer catequesis, a mi esa gente me daba un poco yuyu, te invitaban a juegos moñas y todo era un poco rarillo. Hoy diría que era como una secta, siempre traté de mantenerme lejos. Nos hicieron ir a verlo, le habían puesto estola y toda la pesca y luego en el entierro habría más curas que gente normal, no recuerdo si me tocó trabajar ese día. Con el tiempo me recordó a las escenas donde palman los papas, asi estaba dispuesto. Enseguida vi que eso era un engaño y que el tio simpático que cuando te veía de daba caramelos o 5 duros no tenía nada que ver con aquel envoltorio vacío amarillento. No tenía 10 años y ya sabía que cuando palmas tu yo se va, se evapora, transiciona. Y lo que queda es una bolsa vacía.
Luego he conocido otros muertos, claro, pero siempre he pensado lo mismo. Ir a un cementerio no tiene ningún sentido, al menos para el muerto. Para tí igual, que te quedas más tranquilo. Cuando mueres simplemente te vas.